El año en el que la "Realpolitik" cambió a Scholz y a Alemania

  • Hace un año, el canciller Scholz pronunciaba un discurso en el Bundestag avanzando a los alemanes que la ilegal guerra de Rusia contra Ucrania abría un nuevo capítulo histórico, un “tiempo de cambio”.

  • Pese a haber realizado notorias modificaciones en políticas como la energética, los asuntos exteriores, queda pendiente otro aspecto clave de aquel discurso. A saber, la defensa.

  • Espoleada por Putin, Alemania abre una nueva era en Defensa, Exteriores y Energía

La ilegal guerra de Rusia contra Ucrania ha supuesto un vuelco geopolítico brutal en Occidente. Pero posiblemente sea Alemania el país de la Unión Europea donde más se han notado las alteraciones necesarias para adaptar el país a lo que el canciller Olaf Scholz ha llamado “tiempo de cambio” o “cambio histórico”.

Con esos términos puede traducirse la expresión Zeitwende, palabra que utilizaba hace ya un año el jefe del Gobierno alemán en ya célebre intervención en el Bundestag, pronunciada el 27 de febrero de 2022.

Un año después de que el canciller explicara aquellas palabras, el “tiempo nuevo” en que ha entrado Alemania ha implicado cambios importantes en la dirección del país. Alemania ha logrado, por ejemplo, independizarse de las fuentes de energía fósiles rusas. Desde que comenzó este 2023 sacan pecho en Berlín por haber abandonado, entre otras cosas, el gas ruso del que Alemania se había hecho tan dependiente.

En menos de un año, Alemania ya ha inaugurado varias terminales para poder disponer de gas natural líquido. El país carecía de estas infraestructuras, tanto consideraron segura la llegada de gas natural barato de Rusia los sucesivos cancilleres alemanes. Sólo así se entiende que, antes de que Vladimir Putin diera orden de invadir Ucrania, Alemania llegase a comprar a Rusia nada menos que el 55% de gas que importaba.

En cuestiones diplomáticas, Alemania ha abandonado la Ostpolitik, una manera de hacer política respecto a Rusia que consistía en hacer negocios con Moscú en espera de poder democratizar al país de Putin y de crear interdependencias. La Ostpolitik, algo esencial en la identidad del Partido Socialdemócrata de Alemania (SPD), la formación de Scholz, parece a estas alturas carecer de sentido. La invasión rusa contra Ucrania, de hecho, ocurrió cuando la Ostpolitk parecía en los estertores.

En el Gobierno germano ofrecen como prueba del cambio alemán respecto a Rusia, entre otras cosas, el hecho de que Berlín se haya sumado a los diez paquetes de sanciones de la UE que se han aprobado ya contra el régimen del inquilino del Kremlin. Oficialmente, sin embargo, en el Ejecutivo de Scholz dicen que no van a rehusar el diálogo con Rusia.

Se mantienen canales abiertos con Rusia

“Incluso en esta situación extrema, es tarea de la diplomacia mantener abiertos los canales de comunicación. Cualquier otra cosa la considero irresponsable”, según los términos del canciller. Es esta lógica que hay que entender por qué Scholz, al igual que el presidente francés Emmanuel Macron, han mantenido llamadas telefónicas con Putin durante el primer año de la invasión. En vano ha pedido Scholz a Putin, por ejemplo, que retire sus tropas del territorio ucraniano y que Rusia respete la integridad territorial rusa.

En materia de asuntos exteriores, un año después del discurso dominado por la palabra Zeitwende, el país que más se ha beneficiado de los cambios operados en la política alemana es, sin duda, Ucrania. Cuando Scholz llegó al poder tras las elecciones generales de 2021, el Gobierno alemán tenía como uno de sus principios no exportar armas a zonas de conflicto. La guerra rusa contra Ucrania cambió esto de un modo radical.

En el Bundestag, tras iniciarse la invasión rusa, Scholz anunciaba las primeras entrega de armas destinadas a ayudar a la defensa de los ucranianos. Un año después de aquel discurso, han llegado a Ucrania sofisticados sistemas de defensa, aunque sólo recientemente aceptó Alemania el envío de los tanques Leopard, de fabricación germana, y la entrega de vehículos blindados para la infantería Marder. En 2022, se ha estimado en 2.200 millones de euros la cantidad de material militar enviada a Ucrania.

Se podría haber hecho más” por Ucrania

“Si uno mide lo que ha hecho Alemania en función de lo que era, entonces, los cambios ocurridos en la política alemana tras el discurso de Scholz han sido enormes, y han ocurrido en un periodo relativamente corto de tiempo”, dice a NIUS Marcel Dirsus, experto del Instituto para la política de Seguridad de la Universidad de Kiel. “Pero si uno mide lo que se ha hecho con lo que habría hecho falta hacer, en realidad, habría hecho falta hacer más. Se podría haber hecho más”, añade.

A su entender, la política exterior se discute ahora en Alemania de manera “más realista”. “Alemania, por ejemplo, ha aportado mucho a Ucrania, pero al Gobierno le ha costado mucho enviar armas, aunque han terminado haciéndolo”, sostiene. Alude Dirsus, por el ejemplo, al debate sobre los tanques Leopard.

Alemania tiene previsto entregar 14 de estos tanques a Ucrania, en concreto del modelo Leopard 2 A6. Berlín también ha aceptado que otros países europeos con existencias de estos carros de combate germanos puedan reexportarlos a Ucrania.

Seguramente lo más importante que ha logrado Scholz en esta materia es vincular a Estados Unidos en el envío de los tanques alemanes. Scholz condicionó el envío de los carros de combate alemanes a que hubiera también tanques estadounidenses Abrams yendo en dirección Ucrania. Se salió con la suya. Los Abrams también llegarán a Ucrania.

Pero más allá de una política exterior más realista y un apoyo a Ucrania que en la Cancillería Federal sostienen que convierte a Alemania en “uno de los países que más ayudan”, al país de Scholz le cuesta entrar en "el tiempo nuevo" cuando se trata de abordar la defensa.

La defensa sigue siendo una tarea pendiente

Hace un año, en el Bundestag, Scholz presentaba la creación de un fondo especial de 100.000 millones de euros que serviría para paliar el mal estado de revista del Ejército alemán. Hasta ahora, sólo una pequeña fracción de ese dinero se ha empleado de verdad.

Según las cuentas del Ministerio de Defensa, este año se habrán empleado 30.000 millones de euros de ese fondo. El ritmo con el que se emplea ese dinero, como el ritmo con el que se ha decidido el envío de material pesado a Ucrania, es lento.

A los industriales de la Defensa, firmas como Krauss-Maffei Wegmann o Rheinmetall, se les ha escuchado decir que aún están a la espera de recibir peticiones oficiales para una producción de armas que beneficiaría a un Ejército alemán en cuyas altas instancias se ha reconocido que estaba – y está – más bien “desnudo” ante una amenaza como la que ahora representa Rusia. Los envíos de material militar a Ucrania no han hecho más que complicar esta situación.

La lentitud del proceso de rearme alemán tiene un agravante, y es la aparente indeterminación respeto al gasto en defensa. Scholz ya decía en su discurso del Bundestag que su país, en poco tiempo, pasaría a cumplir el compromiso de la OTAN de gastar un 2% de su PIB en defensa, un compromiso que Berlín, como innumerables capitales europeas, ha dejado caer en el olvido. En 2021, Alemania empelaba un 1,3% de su PIB en defensa.

Sin embargo, el 2% sigue siendo tema de debate para el SPD de Scholz. La crónica política da cuenta estos días de que hay una parte del SPD en el que la idea de que “la paz, sin armas se consigue” pesa más que el principio de realidad. Ni la brutal agresión de Rusia contra Ucrania ha cambiado las opiniones de este núcleo duro de pacifistas socialdemócratas.

“Al parecer, hay en el SPD gente preocupada ante la eventualidad de que, al aumentar el gasto en defensa, más material militar vaya a acabar siendo enviado a Ucrania. Esto hace que uno se pregunte: ¿Cómo es posible que, después de un año de guerra, no podamos ponernos de acuerdo en llegar al 2% del PIB en defensa? Pero es que, ¿Por qué no se gasta más dinero del fondo especial para defensa?”, se plantea Dirsus desde el Instituto para la política de Seguridad de la Universidad de Kiel.

Como respuesta puede valer que hay parte del SPD que vive ajena al "tiempo de cambio" que anunció su canciller. Y, sin todo, el SPD detrás suya, Scholz no puede acelerar el paso en el “tiempo de cambio” abierto por la agresión de Rusia contra Ucrania.