Un hombre de 81 años sobrevive a las picaduras de centenares de abejas asesinas en Oklahoma, EEUU

  • Carl Amos, un hombre de 81 años, ha sobrevivido a centenares de picaduras de abejas en Oklahoma, EEUU

  • Las abejas le picaron durante tres horas en todo el cuerpo hasta que unos trabajadores pudieron ayudarle

  • El hombre se partió la cadera y fue trasladado al hospital, donde le extrajeron centenares de aguijones

Carl Amos, un hombre de 81 años, ha logrado sobrevivir a centenares de picaduras de abejas africanizadas, conocidas como ‘abejas asesinas’, en el patio de su casa en Maysville, Oklahoma (EEUU). Diez días antes, en Los Ángeles, un hombre se desplomó tras picarle un enjambre.

Veinte días después de lo ocurrido, continúa recuperándose en el hospital de Norman, Oklahoma, donde le tuvieron que extraer del cuerpo cientos de aguijones de abejas. Además, el hombre, que se cayó durante el inesperado ataque, se partió la cadera y le han tenido que operar.

Las abejas le picaron durante tres horas

Los hechos ocurrieron el 26 de mayo, sobre las diez de la mañana, según publica el diario The Washington Post, a quien Carl Amos ha contado su historia. El hombre había salido al patio a cortar el césped, cuando escuchó un zumbido.

Entonces, se bajó de la cortadora para buscar un spray repelente. No pudo ni cogerlo. Un enjambre de abejas se le echó encima. Trató de huir de ellas, pero se tropezó y cayó al suelo. Las abejas comenzaron entonces a cubrir su cuerpo y, a pesar de que llevaba manga larga y pantalón, los aguijones llegaron hasta su piel.

Era casi incapaz de moverse del dolor, pero logró sacar una servilleta del bolsillo para cubrirse los oídos y bajarse lo máximo posible un sombrero que llevaba puesto para taparse la frente, cuenta al mencionado diario.

Intentó llamar a emergencias con el móvil, pero no pudo introducir correctamente su contraseña. Así, sacó la pistola que tenía guardada y utilizó la funda para taparse los ojos. Disparó tres veces al aire, una señal de socorro que se empleaba en el desierto, pero nadie acudió a su ayuda.

Tres horas después, unos trabajadores pasaron por allí al regresar de su almuerzo y le vieron en el suelo. Llamaron a emergencias e intentaron alejar a los insectos con una manguera de agua.

Amos fue trasladado a un hospital de Norman, donde fue operado de la cadera, que se partió como consecuencia de la caída, y donde los médicos le extrajeron cientos de aguijones de abejas.