El protocolo que se activaría en caso de que el cáncer del rey Carlos III se complicase

Retirado ya de las funciones públicas y junto a la reina Camila, el rey Carlos III seguirá el consejo médico desde su residencia de Sandringham, en la campiña inglesa. Hasta allí se desplazó en la tarde de este martes, justo después de su breve y esperado reencuentro con su hijo menor, el príncipe Harry, que tomó un vuelo de once horas desde Los Ángeles tras conocer su diagnóstico de cáncer.

Desde esta residencia despachará asuntos de Estado mientras dure el tratamiento para la enfermedad que padece, de la que el Palacio de Buckingham ha preferido no aportar detalles a mayores de los que expresó en el comunicado del lunes. Y aunque la intención es transmitir tranquilidad y optimismo tras la detección incipiente del tumor, existe la posibilidad de que el monarca se vea incapaz de ejercer sus funciones. Es entonces cuando se activaría legalmente un protocolo en el que los consejeros de Estado le representarían.

Según marca la ley, estos consejeros deberían ser los siguientes cuatro adultos mayores de 21 años en la línea de sucesión. También la reina Camila, su esposa. Esto, en un primer momento, implicaría al príncipe Guillermo, al príncipe Harry, al príncipe Andrés y a la princesa Beatriz de York. Sin embargo, cuando fue coronado en 2022, el monarca se encargó de modificar esta regulación para que "solo los miembros oficiales de la familia real puedan ser llamados a actuar como consejeros del Estado".

Esto eliminaría de la lista de candidatos tanto a su hijo menor como a su hermano y su sobrina, apartados de las obligaciones institucionales. A cambio, Carlos III expresó su deseo de que se incluyese de manera vitalicia a sus otros dos hermanos, la princesa Ana y el príncipe Eduardo.

Movimientos en el tablero real

Mientras la situación no se agrave, quienes están cubriendo los huecos que deja en la agenda oficial son tanto su esposa como su hijo mayor, el príncipe Guillermo, que en la mañana de este miércoles ha salido a escena tras veinte días alejado del foco por la operación abdominal de Kate Middleton. De uniforme, el príncipe de Gales ha retomado el trabajo tras unas semanas cuidando a su mujer, que permanece convaleciente y sin vistas de recuperar la normalidad hasta después de Semana Santa.

Rostro serio y aparente cansancio del futuro rey en este acto de entrega de honores estatales. El vuelco que la enfermedad de Carlos III ha dado a la rutina de los Windsor impone una revisión de agendas, pero también de relaciones familiares. El regreso ayer del príncipe Harry habría complacido a su padre, según este biógrafo "NO todo está perdido", asegura, mientras las especulaciones descartan por ahora un encuentro con reconciliación entre los dos hijos del rey

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