Las bodegas españolas De Muller y Heras Cordón son proveedores oficiales de vino tinto en el Vaticano: consagrados hasta por seis papados

Las bodegas españolas De Muller y Heras Cordón son proveedores oficiales de vino tinto en el Vaticano: consagrados hasta por seis papados
El vino de misa de De Muller. Informativos Telecinco
  • La bodega fue "la primera y la última" en ser proveedora oficial pontificio: "El vino tiene que estar lo suficientemente rico para consagrar"

  • Sus vinos fueron una herramienta de las liturgias cristianas para consagrar durante seis papados

  • La última hora de la muerte del papa Francisco

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Barcelona¿Sabían que la Ciudad del Vaticano es el país con mayor consumo de vino por habitante? Se beben alrededor de unas 72 botellas de media al año por persona. Una tradición de la que tiene gran culpa España, como por ejemplo las Bodegas Heras Cordón, en Álava, o la bodega De Muller, en Tarragona, envían anualmente miles de botellas al año.

La bodega Heras Cordón, proveedor oficial de vinos del Vaticano:

"Se puede decir que esta bodega cuenta con la bendición papal, llevan casi 25 años enviando anualmente unas 2.000 botellas de vino tinto y de La Rioja a la Santa Sede", explica el reportero Asier Báilez desde el interior de la bodega. Tras esto, el periodista añade: "Fue el papa Juan Pablo II quien le otorgó el certificado de proveedores oficiales del Vaticano. Luego lo renovó el Benedicto XVI y el papa Francisco, ahora queda saber qué hará el nuevo papa".

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El vino tinto de Heras Cordón muestra en su etiqueta los nombres del papa Francisco y un mensaje que no pasa desapercibido para el Vaticano: "Cantaré eternamente las misericordias del señor". Es un vino "muy agradable en boca y fácil de beber", unas características que lo han convertido en ideal para los eventos oficiales.

José Luis Heras, gerente enólogo de la bodega, explica cómo comenzó esta hermandad: "Mi padre tuvo una audiencia privada con Juan Pablo II y desde el año 2003 nos convertimos en proveedores oficiales". Además, explica que el nuncio tiene que desplazarse hasta la bodega para catar el vino y dar el visto bueno.

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"Retiramos una partida para ellos, después se seleccionan las 10 mejores y por último, dentro del embotellado, se realiza la mejor selección", termina detallando sobre el proceso de selección de las botellas que acaban en la Santa Sede.

La bodega De Muller, su vino ha sido consagrado por seis papados

Una bodega de Tarragona ha sido "la primera y la última" en ser proveedor oficial del pontificio. El Vaticano pidió un vino de misa especial y De Muller se presentó a un concurso en 1888 que ganaron y lograron convertir una de sus botellas en una herramienta indispensable en las liturgias cristianas para consagrar durante seis papados.

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"Fue así hasta el Concilio Vaticano II, cuando se terminaron las oficialidades", explica a Informativos Telecinco Eduard Martorell, propietario de las Bodegas de Muller, con una tradición del mundo vitivinícola desde hace 150 años.

"Hay una normativa canónica que dice que el vino tiene que ser puro y no puede llevar sustancias que no sean propias del mismo vino. Seguimos esta normativa y certificamos que el vino es apto para la liturgia", añaden desde la bodega catalana, donde el vino sigue elaborándose de la misma forma desde que ser convirtieron en proveedores oficiales de la Santa Sede.

Un vino "suficientemente rico" para consagrar

Ahora, ya no venden directamente al Vaticano: "Sabemos que siguen comprando nuestro vino. Mayormente, el mercado sigue siendo la iglesia, pero es un vino de alta calidad, precio asequible y con historia. Muchos restaurantes de alta cocina lo usan para maridar o postre", destaca el propietario de las Bodegas de Muller.

Cuando fueron proveedores pontificios, el vino tenía que ser lo "suficientemente estable" para viajar largas temporadas en barco: "Se utilizaba una alta concentración en azúcar y alta graduación alcohólico, sin conservantes naturales. No añadir sustancias químicas y trabajo minucioso en bodega para que el vino esté lo suficientemente rico para consagrar".

Un producto "dulce" y "natural", que cuenta con "notas de fruta madura y de oxidación": "En nuestra etiqueta consta que es un vino de misa. El Vaticano nos cedió poner escudo de cada uno de los papas a los que servimos y conservamos título de proveedores históricos".

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