Rescates

Un dron militar apaga la esperanza de rescatar a Natalia Nagovitsyna en el Pico Pobeda: no se han hallado signos de vida en su tienda de campaña

Natalia Nagovitsyna, la montañera atrapada en el Pico Pobeda. Informativos Telecinco
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La esperanza de rescatar a Natalia Nagovitsyna se desvanece. La montañera rusa quedó atrapada el 12 de agosto en la inhóspita cima del Pico Pobeda, –ubicado en Kirguistán a 7.200 metros de altura–, y desde entonces los sucesivos intentos por llegar hasta ella no solo se han visto frustrados, sino además abocados a la tragedia. Aunque el 19 de agosto un dron la halló haciendo gestos con sus manos en una tienda de campaña, ahora, otra de estas aeronaves no tripuladas enviada a la zona ha confirmado que no se han hallado signos de vida.

“No se registró movimiento en el interior”, comunicaba este miércoles 27 de agosto el Ministerio de Situaciones de Emergencia de Kirguistán, que poco antes había decidido declarar oficialmente como desaparecida a la montañera, lo que en esencia reconocía la imposibilidad tanto de salvarla como de encontrar su cadáver y declararla muerta.

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No en vano, la última de las operaciones de rescate promovida por el Ministerio de Defensa Local tuvo que cancelarse por la misma razón que por la que fracasaron todos los intentos previos de ayudarla: las complejísimas condiciones climáticas en la montaña, la altitud en la que quedó atrapada Nagovitsyna con una pierna rota y la peligrosidad de la operación, que básicamente convertía el hecho de salvarla en un desafío casi suicida y en el que, de hecho, ya ha habido que lamentar un fallecimiento y un accidente de helicóptero.

El ruego desesperado del hijo de Natalia Nagovitsyna, frente a una final fatal

Aferrándose a la última imagen de la montañera en la falda de una montaña muy temida por los expertos, el hijo de la Nagovitsyna, Mijail,había lanzado un ruego desesperado apelando no solo a las autoridades de Kirguistán, sino también a las rusas, para que no abandonaran a su progenitora. “Mi madre está viva”, manifestó en las redes sociales compartiendo aquella imagen del dron que el 19 de agosto la captó saludando reiteradamente con las manos para dar muestras de que seguía sobreviviendo; de que continuaba batallando contra las dificultades que de por sí supone sobrevivir a esa altura.

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Allí, a 7.200 metros, y más allá del agotamiento de los víveres disponibles, cada día que pasa supone una batalla del cuerpo por compensar no solo las bajísimas temperaturas que van más allá de -20 grados, sino sobre todo la falta de oxígeno. Por eso, los más expertos desde hace ya una semana insistían en dar prácticamente por imposible que Natalia Nagovitsyna, pese a su gran experiencia en la montaña, pudiese sobrevivir.

Más de dos semanas después, y sin haber podido alcanzarla, lo que era un pronóstico ya parece darse prácticamente por hecho. Máxime cuando las autoridades locales y los profesionales aseveran que ya no podrá efectuarse rescate alguno hasta el próximo año, entre primavera y julio, cuando pase el mal tiempo, habida cuenta de que en el Pico Pobeda el invierno empieza ya desde septiembre.

Nula visibilidad, rachas de viento, avalanchas, congelación, déficit de oxígeno… Las condiciones en el lugar, enfatizan, no hacen casual el hecho de que nadie jamás haya sido rescatado en ese lugar desde 1955.

El rastro trágico de los intentos de rescate de Natalia Nagovitsyna

Pese a todo, en estos 16 días que se cumplen este 28 de agosto desde que se quedase atrapada en la cumbre de la montaña, se han desarrollado sucesivos intentos por salvarla. Tras su incidente el 12 de agosto al romperse la pierna, lo que le impidió abordar el descenso, tres compañeros que iban con ella, –el ruso Roman, el alemán Gunter y el italiano Luca–, intentaron ayudarla.

Primero la dejaron una tienda y un saco de dormir y se organizaron para pedir ayuda descendiendo hasta el campamento instalado a 6.800 metros. Un día después, el alemán y el italiano lograron proveerla de comida, bebida y un mechero con una bombona de gas. Sin embargo, todo daría un giro dramático cuando el 15 de agosto, bajo las circunstancias extremas en que se encontraban y con el clima complicándose aún más, el montañero italiano, identificado como Luca Sinigiglia, moría en los intentos de ayudarla por congelación y un edema cerebral.

Mientras todo se recrudecía en la cima, los otros compañeros que partieron con Nagovitsyna, –el ruso y el alemán–, tuvieron que ser socorridos mientras ella, a mucha más altitud, permanecía atrapada en soledad en la inmensidad del Pico Pobeda.

Tras la muerte del italiano, el 16 de agosto un helicóptero militar intentó abordar una primera operación de rescate, pero resultó completamente fallida cuando la aeronave tuvo que acometer un aterrizaje forzoso a  4.600 metros, –aún muy lejos de Nagovitsyna–, en el cual resultaron heridas tres personas, y entre ellas el piloto.

Ese incidente, de hecho, propició que un segundo helicóptero tuviese que desplazarse para socorrer a estos últimos, dejando así atrás a la montañera.

Después de aquello, el Ministerio de Kirguistán aseveró que, tras la confirmación de que había sido localizada dando señales de vida por el dron del 19 de agosto, iba a movilizar un Eurocopter de Airbus para dar con ella.

Esperaban hacerlo el 24 de agosto, pero, otra vez, todo se complicó. Posponiendo la misión primero y cancelándola después, un día más tarde hubieron de asumir que ya no iban a poder alcanzarla. Con una visibilidad nula y unas condiciones muy peligrosas para todos, asumieron la necesidad de declararla desaparecida, indicando que lo que intentarían sería enviar un nuevo dron a la zona si siquiera eso era posible.

Ayer, finalmente, confirmaron que un dron militar avanzado se desplazó hasta ese punto, pero, como informa el medio ruso Starhit, los resultados no han hecho sino terminar de apagar la esperanza de poder salvarla. “Según el operador, no se registró movimiento en el interior”, ha confirmado el Ministerio de Situaciones de Emergencia de Kirguistán.

Intentar otro rescate, un suicidio

Con esta última noticia, todo parece abocado al final de la operación. La única esperanza para la familia estaría así en hallar financiación privada de alguien que, movilizando a un grupo de gente, envíe a un equipo que sea capaz de operar sabiendo que pondrá completamente en peligro su propia vida para intentar localizar a Nagovitsyna.

No en vano, el campamento base de la montaña ha sido desmantelado, como ha confirmado el encargado del mismo. "Enterrar a más personas para retirar el cuerpo es simplemente un delito", ha dicho, haciendo ver que cualquier intento de rescate, en efecto, ahora sería un suicidio.

Natalia Nagovitsyna quería ser el ‘Leopardo de las Nieves’

Nagovitsyna, que cumplió el 20 de agosto los 48 años en la cima del Pico Pobeda, buscaba la distinción de 'Leopardo de las Nieves', una forma de homenaje a su pareja, Mikhail Nagovitsyn, quien murió en la montaña de Khan Tengri, también en Kirguistán, con un edema cerebral. Se encontraba con él en el momento en que sucedió todo y, de hecho, lejos de abandonar su pasión, Nagovitsyna llegó a colocar una placa conmemorativa en ese pico, recordando a su marido.

La conquista de la cima del Pico Pobeda, el segundo más alto de la antigua Unión Soviética, era otra forma de reconocimiento. Conocido también como Pico Victoria en honor a la victoria soviética en la ‘Gran Guerra Patria’, es parte de una de las cinco cumbres (junto al Pico Lenin, el Korzhenevskaya, el Ismail Samini y el propio Khan Tegri) a coronar para logra la distinción de ‘Leopardo de las Nieves’.