La historia real de Ed Gein, el asesino obsesionado con su madre por cuyos crímenes fue considerado un 'monstruo'

La historia real de Ed Gein, el asesino obsesionado con su madre por cuyos crímenes fue considerado un 'monstruo'
Imagen de Charlie Hunnam, en el papel de Ed Gein en la nueva serie sobre el asesino estadounidense. Informativos Telecinco
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El nombre de Ed Gein puede que no le suene a muchos, pero si hablamos de la cultura popular de crímenes hay que referirse a este asesino y profanador de tumbas estadounidense, un hombre cuyos crímenes fueron tan retorcidos que inspiró a personajes históricos en películas como 'Psicosis', 'La matanza de Texas' o 'El silencio de los corderos'.

Nacido en 1906 en Wisconsin, Edward Theodore Gein fue conocido como el 'carnicero de Plainfield' (también el 'demonio de Plainfield'). Cometió los crímenes de asesinato y profanación de tumbas entre 1954 y 1957. Se le atribuyen al menos dos víctimas mortales confirmadas: Mary Hogan en 1954 y Bernice Worden en 1957. Además, afirmó haber realizado hasta 40 visitas nocturnas a cementerios para exhumar cuerpos -principalmente de mujeres que le recordaban a su madre-, aunque las autoridades solo pudo confirmar la profanación de nueve tumbas.

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Con los restos humanos confeccionaba objetos macabros como máscaras, cinturones, muebles e incluso un traje de piel completo. Durante las investigaciones, los agentes también llegaron a plantear la posibilidad de que hubiera practicado canibalismo, pero nunca se encontraron evidencias sólidas y concluyentes. Se trata de una historia con múltiples adaptaciones cinematográficas y documentales. De hecho, este viernes 3 de octubre se ha estrenado la serie 'Monstruo: la historia de Ed Gein', protagonizada por Charlie Hunnam, que profundiza en la vida y los crímenes de este asesino.

Ed Gein, uno de los asesinos más temidos en la historia de EEUU

Edward Theodore Gein creció en el campo, en un entorno familiar complejo y aislado. Su padre alcohólico y distante y su madre, Augusta, con una devoción por la Biblia prácticamente obsesiva y una percepción muy particular del pecado, marcaron profundamente su infancia. Tenía un hermano mayor, Henry, con quien mantuvo una relación complicada. La familia vivía en Plainfield, un pueblo pequeño de aproximadamente 700 habitantes, donde todos se conocían. Quienes lo recuerdan de niño destacan que era introvertido y extraño, con risas incontrolables y grandes dificultades para entablar amistades.

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La influencia de su madre fue decisiva en la formación de Ed, como le llamaban. Augusta le inculcó que el mundo estaba lleno de peligros y que las mujeres y el alcohol eran manifestaciones del mal, del pecado. La educación religiosa extremadamente estricta y la constante vigilancia materna contribuyeron al aislamiento social y al desarrollo de una obsesión enfermiza hacia la progenitora, algo que marcó las conductas posteriores del criminal.

El hermano de Ed Gein falleció en extrañas circunstancias

La muerte del padre obligó a Ed y a Henry a trabajar para mantener a su madre. La relación entre ambos hermanos se tensó, ya que Henry percibía la cercanía de Ed con Augusta como inapropiada. En 1944, Henry murió en un incendio en circunstancias poco claras. Según Ed, el accidente ocurrió mientras limpiaban un terreno y perdió de vista a su hermano durante el fuego.

Algunos biógrafos posteriores mencionaron que el cadáver presentaba signos de un golpe en la cabeza, lo que alimentó sospechas hacia Ed, pero nunca se reunieron pruebas suficientes para acusarlo formalmente. Un año después de este hecho, falleció Augusta, lo que dejó a Ed completamente aislado.

El hallazgo de los restos mortales de Bernice Worden y Mary Hogan

En 1957, Bernice Worden, la dueña de una ferretería local, desapareció de manera repentina. La policía registró su negocio y encontró rastros de sangre, además de una nota que señalaba a Ed como el último cliente. Al acudir a la granja del joven, los oficiales hallaron a Worden muerta, decapitada y colgada por las piernas, en un escenario escalofriante que revelaba la magnitud de sus crímenes. En la casa se encontraron numerosos objetos hechos con restos humanos: máscaras, utensilios, lámparas y otros artículos confeccionados con piel y huesos de mujeres.

También aparecieron restos de Mary Hogan, una camarera desaparecida que había atendido a Ed en un bar de la zona. Entre los objetos, figuraba una máscara con su rostro. El granjero confesó haberla matado porque creía estar enamorado de ella. Los hallazgos de la policía incluyeron varias calaveras y otros restos procedentes de cementerios. Se determinó que Gein solía desplazarse con su coche, un Ford, para transportar los cuerpos que desenterraba.

El juicio y la muerte de Ed Gein

Ed Gein fue acusado formalmente por el asesinato de Bernice Worden. Tras su arresto en 1957, se le declaró mentalmente incompetente para enfrentar juicio debido a su diagnóstico de esquizofrenia y fue internado en un hospital estatal para criminales con trastornos mentales. Años después, en 1968, fue declarado competente y juzgado.

El tribunal lo encontró culpable del asesinato de Worden pero legalmente insano, lo que significó que no cumplió condena en prisión, sino que permaneció internado en el hospital psiquiátrico. Allí continuó hasta su muerte, el 26 de julio de 1984, a causa de complicaciones derivadas de cáncer y problemas respiratorios y circulatorios. Tras su fallecimiento, fue enterrado junto a su madre en Wisconsin, cerrando uno de los capítulos más oscuros y notorios de la historia criminal estadounidense.

La historia de Ed Gein inspiró al cine

La figura de Ed Gein, a pesar de que no se había trasladado al cine de forma literal, sirvió de molde para varios de los grandes villanos del terror. En 'Psicosis'' (1960), Alfred Hitchcock llevó a la pantalla a Norman Bates, un personaje inspirado en Gein. Ambos compartían una relación enfermiza con la madre, marcada por la dependencia emocional y el aislamiento. Gein mantenía intacta la habitación materna y mostraba una sumisión total a su figura, mientras que Bates convivía con la momia de su madre como si siguiera viva.

Más tarde, 'La matanza de Texas' (1974) se inspiró en la iconografía macabra hallada en la granja de Plainfield: máscaras de piel, muebles y utensilios hechos con huesos humanos, elementos que también dieron forma a Leatherface y su casa del horror. Asimismo, en 'El silencio de los corderos' (1991), el personaje de Buffalo Bill retomó la idea más perturbadora de Gein, como era la confección de un traje de piel femenina para transformarse. Aunque la película mezcló influencias de otros asesinos reales, ese detalle habría llegado del 'monstruo' de Plainfield.