El cable roto del funicular en Lisboa no cumplía la normativa para el transporte de personas

El funicular accidentado en Libsoa
El funicular accidentado en Lisboa. Europa Press
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El accidente del funicular de Gloria en Lisboa, donde 16 personas murieron el pasado 3 de septiembre, se produjo por la rotura de un cable que no cumplía con la normativa para el transporte de personas, ni con los requisitos de la propia empresa de transporte urbano. Así lo señala el informe preliminar del Gabinete de Prevención e Investigación de Accidentes de Aeronaves y Accidentes Ferroviarios (GPIAAF), organismo gubernamental encargado del caso.

Las primeras hipótesis apuntaban a que el cable se rompió y que los frenos de la máquina fallaron, lo que hizo que el vagón que estaba en la parte alta descarriló a gran velocidad e impacto con un edificio. El segundo vagón apenas había comenzado el ascenso.

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El cable tenía aún por delante una vida útil de 263 días, por lo que no estaríamos ante un fallo de fabricación, sino ante una posible avería que haya provocado un rozamiento indebido que causó la ruptura del cable.

El mismo día del accidente ese vagón pasó una inspección de seguridad de tan solo 20 minutos. Los sindicatos son muy críticos y señalan que este servicio, cuando era público, duraba 24 horas. Los medios portugueses adelantan ya que la Policía Judicial tiene ya indicios suficientes para sostener una acusación por homicidio doloso.