Abascal acude en Roma a la cita del club de la ultraderecha europea

  • La ultraderecha tiene en Roma su capital europea y el líder de Vox no se ha querido perder la última cita

El lugar elegido era un hotel de lujo, al lado de la exclusiva Plaza de España de Roma. El Grand Hotel Plaza, un lugar de esos de nombre rimbombante, en el que los botones llevan levita y bombín. En el recibidor esperaba la acreditación de Santiago Abascal, señalada como “invitado VIP”. El líder de Vox confirmó su presencia a última hora y ni siquiera está previsto que hable. Lo importante para él es formar parte del selecto club de la ultraderecha europea, en el que ya es un socio más.

El acto, en esta ocasión, se llama ‘Nacional Conservadurismo’ y lleva el apellido de ‘Dios, Honor, País: Presidente Ronald Reagan, Papa Juan Pablo II y la Libertad de Naciones’. Se trata de un par de jornadas de conferencias -lunes y martes- en las que varios líderes internacionales defienden un modelo basado en el patriotismo y la religión, con Reagan y Juan Pablo II como referentes. Los mismos que durante la segunda mitad del siglo XX fueron considerados azotes del comunismo.

Y en este contexto, Abascal tendrá la oportunidad de reencontrarse con sus aliados europeos. También se espera la presencia del primer ministro húngaro, Victor Orbán; Marion Maréchal, la sobrina de Marine Le Pen, que acaba de abrir un centro de estudios en Madrid con la colaboración de Vox; y la mejor aliada del líder de Vox en Italia, la líder de Hermanos de Italia, Giorgia Meloni. Finalmente, se ha caído del acto el ex ministro del Interior italiano Matteo Salvini, en plena recomposición de su estrategia política.

Marion Maréchal merodeaba este lunes por la noche en el recibidor del hotel, sin querer hacer declaraciones. Todo se ha organizado de forma tan extraña que las charlas se celebran a puerta cerrada, con una escasa presencia de informadores. Sin embargo, Giorgia Meloni, que ejercía como anfitriona, convocó a los periodistas en un aparte. “Para nosotros, Santiago Abascal es un amigo, son los hermanos españoles”, decía en castellano la líder de Hermanos de Italia, ante una pregunta de este medio.

El bautizo de Abascal

No es la primera vez que se ven las caras Abascal y Meloni. En septiembre, el diputado español ya acudió a la convención anual que organiza el partido italiano, de corte tradicionalista y conservador, mucho más cercano a Vox que la Liga de Salvini o la Agrupación Nacional de Le Pen, que enarbolan un discurso de clase. Sin embargo, ese acto le sirvió a Abascal para encontrarse ya con Orbán o Salvini. Fue su bautizo de fuego en el club de los soberanistas europeos.

Aquellos encuentros se produjeron pasadas las elecciones generales de abril y en vísperas de las celebradas en noviembre. Y, si bien, en las primeras Vox había hecho pocas referencias -o ninguna- al contexto internacional, antes de las segundas Abascal sorprendió hablando de “soberanía”, “fronteras” o “globalismo”. Empezó a compartir el vocabulario de sus socios europeos, triunfó en las urnas y fue integrado en el club.

Previamente había dado sonoros portazos, como cuando rechazó acudir a un mitin organizado por Salvini en Milán, antes de las elecciones europeas, al que acudieron también la flor y nata de la ultraderecha comunitaria. Lo distancia del italiano las simpatías que éste mantiene por el independentismo catalán, pero tras varios choques por este motivo, terminaron siendo amigos.

La mano de Bannon

Todo por quedar encuadrado dentro de una corriente global, que tiene a Donald Trump como factótum y a Roma como primera capital europea. Aquí es donde ha tenido más margen de maniobra el ex asesor de Trump, Steve Bannon, quien vio en el Gobierno formado por la Liga de Matteo Salvini y los populistas del Movimiento 5 Estrellas el mejor impulso para “romper definitivamente el eje izquierda-derecha”.

En Italia los movimientos derechistas siempre han tenido un importante seguimiento y ahora se han transformado para convertirse en los nuevos caladeros de votos de una antigua izquierda de tradición comunista, que también tuvo mucho arraigo en el país. No es un fenómeno único de Italia, pero sí que es aquí donde tiene más posibilidades de llegar al poder. Lo hizo, ya en parte, con Salvini durante su etapa como ministro del Interior y a eso apuntan las encuestas en caso de que se celebraran ahora mismo elecciones. La coalición ganadora sería la formada por Salvini y Meloni.

Tampoco el líder de la Liga se manejaba en el discurso de la ultraderecha europea hace unos años. Lo aprendió de Marine Le Pen y lo perfeccionó gracias a Bannon. Mientras que Meloni sólo pasó de ser una simple representante de una extrema derecha minoritaria a la estrella incipiente del momento después de entrar en contacto con sus socios europeos. Hace un par de años Bannon fue invitado a un congreso de Hermanos de Italia en el que lanzó su “internacional populista”. En Italia funcionó, Abascal tomó nota y acudió al mismo acto al año siguiente.

Conservadurismo religioso

En el programa de la conferencia de este miércoles en Roma sólo figuraba como representante de Vox su eurodiputado Hermann Tertsch. Y junto a él y el resto de líderes están también varios periodistas y pensadores que sirven como referencia para la extrema derecha y un sector ultraconservador religioso. En su última visita a Roma, Abascal también aprovechó para reunirse con el cardenal guineano Robert Sarah, considerado uno de los principales opositores del papa Francisco y protagonista de la última polémica en el Vaticano gracias a un libro contra el fin del celibato en la Iglesia.

En esa ocasión, Sarah se sirvió de Benedicto XVI -que comparte sus visiones- como apoyo intelectual y ahora estos líderes aprovechan la figura de Juan Pablo II como referente de un conservadurismo religioso. Los mecenas de este evento, que nació el año pasado en Washington, son distintos institutos de estudios, que tienen su sede en Reino Unido, Holanda, Hungría, Estados Unidos, Israel o Italia.