La violencia crece en Afganistán, tras la salida de las tropas de EE.UU., en una guerra perdida de antemano

  • El incremento de la violencia es una consecuencia más de la retirada del 95% de las tropas norteamericanas y de la Organización del Tratado del Atlántico Norte (OTAN )

Más de 40 muertos, decenas de heridos y las estaciones de televisión y radio en manos de los talibanes son el último balance de los recientes enfrentamientos entre estos y las fuerzas armadas afganas, en esta ocasión en la provincia de Helmad.

Y aunque Estados Unidos respaldó el ataque aéreo del gobierno afgano sobre la capital de esta provincia, en la ciudad de Lashkargah, este incremento de la violencia no deja de ser una consecuencia más de la retirada del 95% de las tropas norteamericanas y de la Organización del Tratado del Atlántico Norte (OTAN) de la zona.

Desprotección de los civiles

El propio presidente afgano, Ashraf Ghani, ha mostrado su preocupación por esta situación y la “repentina retirada” de los efectivos, que ha aumentado la inestabilidad del país. También la Misión de Asistencia de la Naciones Unidas en Afganistán (UNAMA), según informaciones de France Press, ha declarado sentirse intranquila ante la desprotección de los civiles “a medida que empeoran los combates”.

Sin embargo, esta no es una situación que sorprenda a los expertos. El presidente Joe Biden ya dijo hace tiempo que siempre se había “opuesto a tener tropas en Afganistán”, ya que ninguna nación había conseguido “unificar el país” porque, como habían vaticinado los conocedores de esta compleja parte del planeta, ganar esa guerra era casi misión imposible.

El 11 de septiembre

La intervención estadounidense en Afganistán se activa tras la implicación de este país en el ataque terrorista a la Torres Gemelas de Nueva York, el 11 de septiembre de 2001, en el que murieron casi 3.000 personas. Su autor intelectual y la persona más perseguida del mundo desde entonces, Osama Bin Laden, jefe de un grupo islamista radical, es protegido por los talibanes que en ese momento dirigían el país.

Un mes después se dispara la ofensiva aérea estadounidense contra Afganistán, a la que se unieron otros países aliados con el fin de desplazar del poder a los talibanes y capturar a Bin Laden, lo que pareció funcionar durante unos meses. El terrorista fue aniquilado y la población recibió como héroes a las fuerzas militares extranjeras.

Antecedentes

Sin embargo los talibanes, que surgieron a mitad de la década de los 90 para liberar al país de los traficantes de opio que establecieron su propia dictadura en forma de asesinatos y otros abusos, especialmente en el sur de Afganistán, también habían sido recibidos como libertadores. Y aunque en los años 2000 una parte importante de la población afgana ya rechazaba las restricciones talibanes que sometían a las mujeres a la falta básica de libertades y oportunidades laborales, educativas y de conducta, la parte pashtún del país, apoyada por los militares pakistaníes, les apoyaron para evitar una colonización ideológica occidental e india de su territorio.

Desde entonces, la pérdida de vidas humanas y de miles de millones de dólares no han servido para modernizar y unificar un país compuesto por numerosas etnias y lenguas, dispersas en un territorio abrupto, basado en un sistema casi feudal y con una economía paupérrima.

Retirada

Tras dos décadas intentándolo, las fuerzas armadas de Estados Unidos abandonan Afganistán sin poder decir "misión cumplida", como reconoció recientemente la portavoz de la Casa Blanca, Jen Psaki, en su rueda de prensa diaria. “Es una guerra de 20 años que no se ha ganado militarmente”, añadió recordando la falta de fe de Biden, en ese sentido, desde hace tiempo.

Los ataques aéreos contra los talibanes, sin embargo, seguirán estando respaldados por Estados Unidos como apoyo a las fuerzas afganas, como señaló a finales del mes pasado el jefe del Mando Central militar norteamericano, el general Kenneth McKenzie: “Estamos preparados para continuar con este nivel de apoyo en las próximas semanas si los talibanes continúan sus ataques”.

Visas a inmigrantes

Al mismo tiempo, el Departamento de Estado del gobierno está ofreciendo estatus de refugiado potencial a aquellas personas de origen afgano que han colaborado con los Estados Unidos como traductores, periodistas y trabajadores de organizaciones no gubernamentales, entre otras actividades.

Como señala el New York Times, la acción está destinada a “proteger a quienes puedan estar en riesgo por su afiliación con los Estados Unidos” pero que no son elegibles para los programas especiales de visas de inmigrantes, que también se han puesto en marcha para reasentar a miles de afganos en el país.

Presión al gobierno

Y si bien no será fácil para ellos porque primero tendrán que conseguir salir de Afganistán y llegar a un tercer país para para poder solicitar su estatus de refugiado, las visas se irán abriendo a un mayor número de ciudadanos afganos según los talibanes vayan logrando avances territoriales.

Previamente, varios medios de comunicación, entre los que se encuentran el Washington Post, ABC News, CNN, Fox News o el New York Times, habían enviado una carta tanto al presidente Biden como a varios congresistas solicitando medidas de protección para aquellos afganos que habían trabajado como traductores, reporteros o personal de apoyo en su país. La causa son los asesinatos y amenazas perpetradas por los talibanes, durante años, contra todos ellos.