Andrea Crisanti, virólogo estrella de Italia: "Hay que cambiar el rastreo y hacer test a todos los contactos"

  • El experto apuesta por no verificar previamente si estas personas han estado en contacto con los infectados

  • "El rastreo actual es altamente ineficiente y requiere muchísimos recursos"

  • El confinamiento, "cuanto antes se haga, mejor"

Desde el inicio de la pandemia Andrea Crisanti lleva en su currículum el reconocimiento de haber salvado el Véneto. Su estrategia en el municipio de Vo’ Euganeo, basada en aislar a todos los positivos y hacer test a la población al completo, sirvió de modelo para la región. Véneto consiguió salir bien parada de la primera ola y ahora Italia, siguiendo el ejemplo del director del laboratorio de microbiología de la Universidad de Padua, está resistiendo en la segunda. Rompió con el presidente del Véneto, el derechista Luca Zaia, pero asegura que ha recibido ofrecimientos de varios partidos para ir en sus listas.

Italia registra actualmente 38 casos por cada 100.000 habitantes en las últimas dos semanas, muy lejos de los 330 de España o los 232 de Francia. Una de las claves italianas parece estar en una detección temprana de los casos. Sólo el 2,9% de los test dan positivo, por lo que los servicios médicos de este país están logrando contener la expansión del virus. Esto se traduce en que los enfermos de Covid ocupan de media un 5% de las camas de hospital y un 3% de las UCI.

PREGUNTA - Según los datos del Ministerio de Sanidad italiano, su país está detectando el 35% de los casos a través del rastreo. Se trata de un porcentaje muy alto. ¿Cómo lo están haciendo?

RESPUESTA- El modelo italiano deriva mucho de la experiencia de Vo’. Allí hicimos test a todo el mundo y conseguimos parar la transmisión. Si hubiéramos hecho sólo rastreo, hubiéramos identificado a una parte de los positivos, pero se nos hubiera escapado el 60%. ¿Por qué? Porque el rastreo se basa en la capacidad de las personas de recordar lo que han hecho en los últimos cinco días. Muchas veces no lo recuerdan, están mal y no pueden hablar o están superadas desde un punto de vista emotivo. Por tanto, este tipo de rastreo requiere muchos efectivos humanos y es altamente ineficaz. Lo que estamos haciendo nosotros es una mezcla entre el rastreo de contactos y lo que se llama ‘network testing’ (test en red). Es decir, hacemos test a todo el ámbito de interacción social de la persona positiva: amigos, familiares, vecinos o compañeros de trabajo, sin asumir ningún conocimiento previo sobre estas personas. Este método es mucho más eficaz, requiere una capacidad de realizar test mayor, pero permite identificar muchos asintomáticos y terminar inmediatamente con un rebrote.

P- Les hacen test tengan síntomas o no.

R- Olvídese de sintomáticos o asintomáticos. Nosotros vamos y hacemos pruebas a toda la red de contactos de esta persona, independientemente de que el contagiado recuerde haber estado con ellos o no.

P- ¿Esto se está haciendo en toda Italia?

R- Por lo general, sí, aunque después hay pequeñas diferencias en las distintas regiones. Hubo un brote en La Spezia [noroeste, región de Liguria], donde hubo 10 positivos y terminaron haciendo 3.600 test. Al final encontraron 120 positivos y el foco se acabó.

P- ¿Cuántas personas están trabajando en esto? ¿Es necesario tener un equipo humano muy amplio?

R- No, son necesarias muchas menos personas que para el rastreo de contactos. Porque en ese caso son necesarias llamadas de teléfono, verificaciones, decretar cuarentenas… Con nuestro modelo, usted se lo comunica a los familiares, amigos o compañeros de trabajo y después va al lugar y les hace el test a todos. Le pongo un ejemplo, en Padua dio positivo un administrativo de la Universidad e hicimos test a todo un edificio. Identificamos a otros tres o cuatro, que mediante el rastreo no hubieran salido.

P- ¿Los encargados son los sanitarios de los centros médicos o hay personal específico contratado?

R- Es simplemente el personal de los ambulatorios. El número exacto no lo tengo.

P- ¿Ésta es la diferencia entre su país y otros donde la situación es mucho peor?

R- No hay otras diferencias. El virus es el mismo.

P- En España, una de las razones por las que estamos tan mal es que no hay rastreadores.

R- Claro, porque es necesario un montón de tiempo. De hecho, no deberían hacerlo más y hacer lo que estamos haciendo en Italia. Olvidaos de este rastreo porque es ineficiente y requiere muchísimos recursos.

P- Durante el verano, cuando en Italia había muy pocos positivos, usted decía que no se estaba buscando bien, sobre todo entre la gente joven. ¿Lo está haciendo ahora?

R- Sí, ahora han comenzado a hacerlo. Mire, yo creo que en Italia la estrategia del Véneto ha creado escuela y han entendido que si se multiplicaban las pruebas al final se conseguía controlar la transmisión.

P- ¿Qué piensa de los test de saliva que están desarrollando ahora?

R- Tienen una sensibilidad más baja. No existe un test perfecto para todas las situaciones. Las pruebas de saliva son útiles para hacer un cribado. Si, por ejemplo, quiero saber si en los colegios hay mucha transmisión viral, en lugar de hacer un PCR, que es invasivo y requiere una logística mayor, hago el test de saliva. Si no hay ningún positivo en la escuela, termina ahí. Por el contrario, si hay varios positivos, paso a la PCR, porque el salivar me va a dejar fuera varios casos.

P- En Italia, de los 50.000 enfermos registrados, 47.000 están aislados en sus casas. ¿El motivo también sería este tipo de rastreo, con el que se localiza antes a los enfermos?

R- No, el problema de las hospitalizaciones es una cuestión de probabilidad. Cuantos más infectados hay, llegan más al hospital.

P- Pero si se les encuentra antes, es posible ponerlos en cuarentena y quizás no tengan que ir al hospital.

R- Eso sí. Y así impedimos infectar a otros, que pueden ser más vulnerables.

P- En cuanto al confinamiento, ¿cuánto puede empeorar la situación resistirse a cerrar una zona? ¿Es efectivo si se hace ya con una alta tasa de contagios?

R- Yo creo que cuanto antes se haga, más eficaz es.

P- Algunos expertos consideran que el umbral para confinar debería estar en 350 casos por cada 100.000 habitantes, en España están hablando de 500. ¿Está de acuerdo?

R- No sé qué modelo han usado, pero sin conocer la estructura matemática del modelo o las hipótesis que lo sostienen, por lo general uno se equivoca. Italia, por ejemplo, no tiene un umbral.

P- ¿Cree que habrá países que puedan resistir esta segunda ola o tarde o temprano les llegará a todos?

R- Yo creo que si Italia aumenta la posibilidad de hacer test y mantiene la estrategia actual, probablemente los casos podrían aumentar sin llegar a lo que llamamos ‘punto de ruptura’. Es decir, cuando la transmisión ya no es controlable. Italia, por ejemplo, puede controlar hasta 7.000 u 8.000 casos al día. En otros países habría que estudiar bien sus circunstancias.