Un año desde el confinamiento de Wuhan: sus ciudadanos viven ahora cierta normalidad

  • Las autoridades chinas impusieron un confinamiento de 76 días

  • El régimen chino recuerda lo vivido con una exposición

  • Las mascarillas parecen ser el último vestigio de la enfermedad

El 23 de enero de 2021 se cumple un año de una de las noticias que ha marcado nuestras vidas. Hace 365 días, las autoridades chinas confinaron la ciudad de Wuhan tras detectarse un nuevo coronavirus que ya ha causado estragos en todo el planeta. Un año después buena parte del mundo sigue impotente ante la pandemia mientras en el lugar de origen parece que han conseguido recuperar parte de la normalidad.

Un año después de su confinamiento, la ciudad china de Wuhan continúa más cerca de la normalidad que ninguna otra. Sin casos desde hace meses, las mascarillas parecen el último vestigio de la enfermedad en una población que recibía el 2021 de forma multitudinaria.

“Aún estamos en guardia”, dice un residente jubilado, preocupado por el centenar de casos registrados en las últimas horas en el norte del país.

Un estricto confinamiento domiciliario

Lo cierto es que queda atrás ese 23 de enero de 2020 en el que iniciaban un estricto encierro domiciliario de 76 días, incomunicados por tierra y aire, que el régimen chino recuerda ahora, entre la emoción y la exaltación oficial, con una exposición. Con los uniformes de sus héroes sanitarios ante una enfermedad cuyo brote inicial se asociaba con un mercado de mariscos.

El primero en identificar el virus, casi un mes antes, fue Li Wenliang, un oftalmólogo que causó la ira de Pekín entre acusaciones de alarmismo y que acabaría muriendo infectado. En cuestión de días se silenciaba una ciudad de once millones de personas.

Los contagiados comunicados oficialmente, 50 000, y los fallecidos, menos de 4 000 aún hoy, no parecían corresponderse con la vigilancia extrema y el despliegue para levantar hasta 14 hospitales provisionales, algunos en tan solo ocho días.

El 18 de marzo, una semana después de declararse la pandemia, Wuhan dejaba de tener positivos.

El 8 de abril, con el mundo sumido ya en el caos del virus, arrancaba su paulatina vuelta a la normalidad sin más olas de contagio. Con control permanente y cribajes masivos ante la menor sospecha, mientras estos días guarda cuarentena un equipo de la OMS que pretende investigar el origen de este coronavirus.