Las claves del golpe de Estado en Sudán

El triunfo del golpe de Estado militar liquida las esperanzas democráticas del país africano, que había comenzado una transición a raíz del derrocamiento del régimen de Omar al-Bashir
Lejos de arredrarse, decenas de miles de sudaneses desafían en la calle a los militares golpistas, quienes no han dudado en emplear la violencia para reprimir las protestas
Dos golpes de Estado en menos de dos años. La precaria transición hacia la democracia salta por los aires. Una ilusión colectiva traicionada. Riesgo de una escalada de violencia. Sudán, independiente desde 1956 y gobernado casi siempre por autocracias, resume las dificultades de las sociedades árabes y africanas en su lucha por la instauración de instituciones civiles electivas. Este lunes el general Abdel Fattah al-Burhan, jefe del Consejo Soberano del país, perpetró un golpe de Estado que liquida el proceso de transición iniciado tras el derrocamiento del régimen de Omar al-Bashir en abril de 2019. Además, la asonada se une a las registradas en Chad, Mali y Guinea en menos de nueve meses.
De una tacada, el general disolvió el Consejo Soberano que hasta el lunes presidió y el Gobierno transitorio, decretó el estado de emergencia y detuvo a varios miembros del citado gabinete, incluido el primer ministro Abdalla Hamok, en arresto domiciliario desde el lunes por haberse opuesto a la asonada (y, en un giro casi surrealista del guion, protegido en casa del propio general Al-Burhan). La suspensión de unas instituciones mixtas, pactadas hace dos años entre militares y civiles, que debían pilotar el proceso de transición hasta la celebración en 2023 de elecciones libres. No puede decirse que el golpe sea una sorpresa habida cuenta las tensiones entre civiles y militares registradas en los últimos meses. El jueves de la semana pasada una multitud de sudaneses se echó a la calle para pedir el cumplimiento del acuerdo de transición de 2019. Al mismo tiempo se produjeron protestas favorables a los militares.
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“Los líderes militares de Sudán lanzaron un golpe de Estado contra la democracia de Sudán. El golpe representa un intento de hacerse con el poder de forma cínica por una serie de oficiales del Ejército desesperados por preservar los privilegios militares y temerosos de que un poder civil auténtico fiscalizaría su gobernanza”, explicaba en el digital especializado Middle East Eye la especialista británica en historia sudanesa Willow Berridge.
Sudan coup 2021: Is Burhan following Sisi’s playbook to crush democracy? | Willow Berridgehttps://t.co/xjLv6U7t1s
— Middle East Eye (@MiddleEastEye) 26 de octubre de 2021
Al-Burhan insistía este martes en que su intervención no tiene otro objetivo que salvar al país de la guerra civil y aseguraba que la transición a la democracia no corre peligro. “Los peligros de los que fuimos testigos la semana pasada pudieron haber conducido al país a la guerra civil”, afirmaba el general golpista en una rueda de prensa ante los medios.
Oposición en la calle y represión violenta
Lejos de aceptar con resignación la asonada, una parte importante de la sociedad sudanesa se ha echado a la calle con valentía para oponerse a la interrupción del proceso de transición. La oposición civil, liderada por la coalición de Fuerzas para la Libertad y el Cambio - plataforma opositora que dirigió las protestas contra la caída de Omar al-Bashir en 2019-, ha llamado a la sociedad a oponerse al golpe, a la desobediencia civil y a la huelga general. Por su parte, el Ejército sudanés y fuerzas paramilitares no han dudado en reprimir violentamente a los manifestantes que salían a protestar en Jartum, dejando al menos una decena de víctimas mortales y más de 150 heridos. Las autoridades sudanesas cerraron el aeropuerto internacional de la capital, aunque anunciaron el miércoles su reapertura y han interrumpido las conexiones a Internet y telefónicas. El golpe va en serio.
Soldiers in Sudan fired live rounds at pro-democracy protesters after the military dissolved the government and took over in an apparent coup.
— AJ+ (@ajplus) 25 de octubre de 2021
The military arrested civilian leaders, ending a joint civilian-military council that has ruled since Pres. al-Bashir's ouster in 2019. pic.twitter.com/AiVtygk8CI
Suspensión de las garantías constitucionales
El golpe militar de este lunes entraña además la suspensión de varias disposiciones del documento constitucional para la transición. Entre ellos el artículo 78 del texto, que fija que tanto las reformas como la suspensión del marco constitucional requieren del apoyo de los dos tercios de los miembros del Consejo Legislativo de Transición.
También queda suspendido el artículo 11.3, que establece que durante los primeros 21 meses del período de transición el Consejo Soberano debía estar liderado por miembros elegidos por los militares. Los restantes 18 meses del citado período transitorio, la institución debía estar dirigida por un civil procedente de la coalición de Fuerzas para la Libertad y el Cambio. El período civil de la transición debería comenzar el próximo 17 de noviembre.
Si hubiera que hacer caso a sus palabras, el general sudanés dirigirá los destinos del país hasta 2023, fecha en que cederá el testigo a un “gobierno representativo, independiente y justo”. Escéptico sobre la perspectiva de un regreso al statu quo anterior es el director ejecutivo de la World Peace Foundation, profesor de la Tufts University de Massachusetts y experto en Sudán Alex de Waal en declaraciones a la cadena Al Jazeera: “Es un intento brutal y desnudo por hacerse con el poder. Nada de lo que pueda decir Al-Burhan puede ocultar la realidad básica de que lo que está intentando hacer es liquidar las aspiraciones de los sudaneses, que fueron expresadas en la revolución de 2019. Los demócratas y revolucionarios estaban dispuestos a compartir el poder con los militares, pero cuando esperaban la rotación del jefe del Consejo Soberano en los próximos meses tal como se había acordado, Al-Burhan quiere quedarse con el poder”.
What happened for students is aviolation of human rights,a violation of his dignity, starting with being beaten with sticks and hoses, spraying water, forcing him to lie on the ground for 3 hours under the heat of the sun, and looting students' phones and belongings.#SUDAN_COUP pic.twitter.com/hAY28vgv3q
— لا للحرب (@stopwarinsudan) 26 de octubre de 2021
Según la historiadora Willow Berridge, “Al-Burhan lo tendrá difícil para establecer un sistema de partido único, pero, a diferencia de Nimeiri en 1969 y Al-Bashir en 1989, no cuenta con un movimiento ideológico que le dé respaldo. No será una tarea sencilla regresar a los islamistas para obtener la legitimidad ideológica, teniendo en cuenta que Al-Burhan obtuvo el favor inicial del eje Egipto-Arabia Saudí-Emiratos justamente por su capacidad de distanciarse de los islamistas”.
Rechazo generalizado de la comunidad internacional
El golpe del general Burhan ha obtenido un amplio y profundo rechazo de la comunidad internacional. Desde Naciones Unidas hasta la Liga Árabe, pasando por la Unión Europea o la Unión Africana, se pedía la liberación de los detenidos y la continuidad del proceso de transición.
I condemn the ongoing military coup in Sudan. Prime Minister Hamdok & all other officials must be released immediately. There must be full respect for the constitutional charter to protect the hard-won political transition. The UN will continue to stand with the people of Sudan.
— António Guterres (@antonioguterres) 25 de octubre de 2021
Especialmente duras han sido las declaraciones de condena de Estados Unidos y Francia, las dos potencias occidentales con mayor peso en la región. Desde el Hexágono, su presidente Emmanuel Macron condenaba el lunes “con la mayor firmeza la tentativa de golpe de Estado. Por su parte, el enviado especial de Estados Unidos para el Cuerno de África, Jeffrey Feltman, aseveraba que las autoridades de su país se encontraban “profundamente alarmadas”. La Administración anunció además la suspensión inmediata de ayuda a Sudán por valor de 700 millones de dólares.
Reunido en sesión extraordinaria este martes, el Consejo de Seguridad de Naciones Unidas fue, en cambio, incapaz de articular una declaración de condena unitaria. Rusia se desmarcó de la postura de los representantes occidentales y su embajador se negó a considerar “golpe de Estado” lo sucedido, pidiendo “el cese de la violencia por ambas partes”. Por su parte, el secretario general de Naciones Unidas António Guterres, quien había condenado la asonada en la víspera, lamentaba este martes “la epidemia de golpes de Estado” registrada en los últimos meses, incluidos los de Guinea, Mali, Chad o Birmania.
.@USAID stands resolutely with the people of #Sudan, including those mobilizing to protect the freedoms they won through their revolution. We strongly condemn the military takeover. This young woman—not tanks & coercion—captures the spirit of the people: pic.twitter.com/PXJu4LoIco
— Samantha Power (@PowerUSAID) 25 de octubre de 2021
Dos años de tensiones e incapacidad
Sudán lleva más de dos años instalado en la inestabilidad y el desencuentro a raíz del derrocamiento del régimen de Omar al-Bashir –una dictadura de tres décadas- en abril de 2019 tras meses de protestas. Militares y civiles han sido incapaces hasta ahora de ponerse de acuerdo en la forma de pilotar la transición hacia un poder civil y la tensión entre ambos sectores no ha hecho más que crecer en los últimos meses. Por si fuera poco, el país africano se halla sumido en una profunda crisis económica. La inflación se combina con los graves problemas de suministro de combustible y alimentos básicos. El Ejecutivo de transición había tratado de implementar reformas monitorizadas por el FMI con objeto de atraer la inversión y la ayuda extranjera. Un proceso truncado.
El golpe de Estado de este lunes se produce algo más de un mes después de otra tentativa golpista de militares y civiles leales a Al-Bashir que se saldó con la detención de cuarenta militares. No han faltado los signos que apuntaban a que, antes o después, los militares acabarían imponiendo su ley, como ocurrió finalmente este lunes. Pocos apuestan ahora a que Sudán pueda volver a la casilla de salida en que se encontraba aún el pasado domingo.