Conte lanza sus ‘Pactos de La Moncloa’ a la italiana sin el respaldo de la oposición

  • El primer ministro convoca unas jornadas para debatir sobre la recuperación económica

  • Estarán presentes la presidenta de la Comisión, Ursula Von Der Leyen, o la del BCE, Christine Lagarde

  • Conte se presenta como el hombre que sacará a Italia de la crisis

Únicamente las banderas de Italia y la Unión Europea han acompañado a Giuseppe Conte en las fotos de los últimos tres meses. El primer ministro ha vivido el sueño de cualquier político. Nadie le ha robado la escena, sólo el presidente de la República, Sergio Mattarella, ha compartido protagonismo, reforzando así la centralidad de Conte. A Italia le gustan estas figuras, la del hombre solo al comando y la del protector de las instituciones. El jefe del Gobierno encarna ahora ambas, pero como a los símbolos hay que alimentarlos de acciones, su último movimiento consiste en organizar unas jornadas para hablar del futuro del país y presentarse como el factótum de la recuperación económica.

Su equipo de comunicación ha bautizado el invento como los “estados generales de la economía”, un nombre solemne que se inspira en las asambleas que convocaba la monarquía francesa para tratar asuntos urgentes. Y en este caso, la urgencia se traduce en la salida a una crisis que hundirá la economía italiana más de un 10% a final de año. De momento, el único salvavidas activo es el programa de compra de deuda del BCE, pero en 2021 debería llegar la ansiada lluvia de dinero de la UE, que anuncia 172.000 millones para Italia, y nadie quiere moverse en la foto.

El evento patrocinado por Conte se inaugurará este sábado, con un gran cartel de estrellas invitadas, y se prolongará una semana. El primer día se espera a la plana mayor de la UE, con la presidenta de la Comisión, Ursula Von der Leyen, a la cabeza. La escoltarán el presidente del Parlamento Europeo, David Sassoli, y el comisario de Economía, Paolo Gentiloni, ambos italianos. También habrá un asiento para la presidenta del BCE, Christine Lagarde, y el secretario general de la OCDE, Ángel Gurría. Los debates se celebrarán en la Casina del Bel Respiro, un palacete de verano de los papas construido en el siglo XVII y hoy propiedad del Gobierno, ubicado en la Villa Doria Pamphilj, uno de los parques más grandes de Roma.

No habrá cobertura mediática, las charlas serán a puerta cerrada y sólo al final del evento se espera una conferencia a modo de resumen. Por supuesto, del propio Conte. Están invitados los agentes sociales, personalidades del mundo de la cultura, de las ideas, inversores y la oposición. Sin embargo, estos últimos han declinado la oferta. Los partidos de la derecha mantuvieron una reunión conjunta, de la que concluyeron que “los italianos no necesitan más shows y pasarelas, sino ayudas estatales y colegios abiertos y seguros. El lugar de debate es el Parlamento, no los desfiles”. El líder de Forza Italia, Silvio Berlusconi, había amagado con acudir, pero la más tajante en su negativa fue Giorgia Meloni, de Hermanos de Italia, que sigue ganando solidez, combinando una imagen de seriedad con métodos radicales.

Conte está jugando una doble estrategia: por un lado, se coloca en el centro, como único protagonista de la recuperación económica; y, por otro, trata de compartir responsabilidad en la crisis con otros actores, como ya hizo al nombrar a un grupo de expertos para la recuperación”, opina Lorenzo Castellani, politólogo de la Universidad Luiss. La iniciativa recuerda a los nuevos Pactos de La Moncloa que reclamó Pedro Sánchez y que finalmente se trasladaron al Congreso, en forma de comisión parlamentaria. Con la diferencia de que en Italia el molde lo dibujará solamente Conte y su equipo. “Habrá que comprobar si será un acto propagandístico o si se puede extraer algo positivo de las voces presentes”, añade Castellani.

El plan del directivo de Vodafone

Entre los asistentes estará Vittorio Colao, ex consejero delegado de Vodafone y uno de los empresarios italianos más respetados, al que le encargaron trazar la hoja de ruta para la recuperación económica. Terminado el trabajo, su equipo le acaba de presentar a la Presidencia del Gobierno un informe de 121 páginas con un centenar de recomendaciones, entre las que destacan exonerar a las empresas de responsabilidades por la epidemia, digitalizar la administración pública, fomentar el teletrabajo, mejorar las vetustas infraestructuras o contratar investigadores. Colao se ha mantenido siempre en un segundo plano y ahora Conte, al que probablemente le fue impuesto desde las instituciones el nombramiento de este directivo, mantiene su plan guardado en el cajón.

“Tras el documento de Colao, que ha hecho un trabajo fundamental, las recomendaciones de la UE o el FMI, todos se preguntan si era necesario el acto organizado por Conte”, reflexiona Carlo Cottarelli, ex directivo del FMI y hombre de la máxima confianza para el presidente Mattarella. Resulta extraño que por su formación e influencia Cottarelli no haya sido invitado. “No quiero politizar, pero parece más un evento político que económico. Sin embargo, a veces esta visión política puede servir como catalizador para la toma de decisiones”, responde al teléfono desde Washington.

Tan personalista ha sido la convocatoria de estas jornadas que incluso ha habido roces entre el primer ministro -un abogado que fue nombrado por el Movimiento 5 Estrellas, aunque ya haya abandonado absolutamente el círculo de la formación- y el Partido Democrático (PD), sus socios de Gobierno. Especialmente con el ministro de Finanzas, Roberto Gualtieri, del PD, quien cree que algo tendría que decir en los planes económicos de su país.

Esta semana se publicó un sondeo que le otorgaría a Conte un 14% en caso de formar un partido, por lo que el premier se vio obligado a hacer unas inusuales declaraciones en la calle, frente al Palacio Chigi, la sede de la Presidencia. “¿Tendría un 14%? Lo desconozco, porque yo no tengo ningún partido”, declaró. Conte se tiene a sí mismo, a las banderas y al otro hombre que siempre sale en la foto: Rocco Casalino, su jefe de comunicación y verdadero artífice de la conversión del abogado desconocido al respetado primer ministro.