De Blasio, último gran representante demócrata de Nueva York bajo presión

  • De Blasio, en caída libre en las encuestas no se presenta a la reelección

  • La variante Delta y la mala gestión del huracán Henry ponen en entredicho su gestión

El alcalde de Nueva York, Bill de Blasio, hizo lo que pudo el pasado sábado para retener a los miles asistentes que habían acudido al concierto “Welcome Back NYC”, con el que se pretendía retomar la normalidad en la Gran Manzana tras un año y medio marcado por la pandemia. Pero un rayo provocado por la tormenta tropical Henri y los abucheos entonados por el público hicieron no solo que el concierto fuera suspendido, sino que el demócrata tuviera que abandonar el escenario de forma abrupta.

Y no fue solo el rayo el detonante del enfado de las personas asistentes. El concierto se realizó en medio de un número creciente de nuevos casos de Covid, propulsados por la variante Delta, que ahora supone más del 95% de las infecciones del todo el estado de Nueva York y casi el 94% de las de Nueva Jersey, lo que cuestiona la idoneidad del concierto en ese momento.

Variante Delta

Y es que, según el New York Times, el promedio de casos en Estados Unidos ha aumentado un 44% en los últimos 14 días, las hospitalizaciones un 53% y las muertes un 108% en ese mismo período. Aunque De Blasio ordenó que los asistentes a los conciertos debían demostrar que estaban vacunados con al menos una dosis de la vacuna y los menores de 12 años usar mascarilla, el concierto no pareció ser el evento ideal para comenzar la remontada de la ciudad. Menos aún cuando los cinco barrios de la ciudad de Nueva York están considerados como zonas de "alta transmisión”, según los Centros para el Control y Transmisión de Enfermedades. A esto hay que sumar la designación de "alta transmisión" también para 20 de los 21 condados de Nueva Jersey y cinco de Connecticut, estados limítrofes con el de Nueva York desde donde asistieron miles de personas al concierto de Central Park.

Todos los profesores tendrán que vacunarse contra el coronavirus antes de reincorporarse a las clases la semana que viene. La medida también ha provocado el enfado de los sindicatos de profesores de la ciudad que han anunciado acciones legales contra el alcalde. La ciudad de Nueva York cuenta con el mayor sistema educativo público de Estados Unidos y un presupuesto anual de 27.000 millones de dólares.

Huracán Henri

Henri, que se había convertido durante unas horas en el tercer huracán de 2021 de la cuenca atlántica, con vientos sostenidos de hasta 70 millas, llegó a Nueva York como tormenta tropical pero ante las dudas de que esto no ocurriera, el aún gobernador de Nueva York, Andrew Cuomo, ya había solicitado precaución a los ciudadanos y advertido de que las tormentas y vientos podrían ser tan devastadores como los de la tormenta Sandy ocurrida en el 2012. A pesar de las advertencias climatológicas de las autoridades, De Blasio siguió adelante con la organización del concierto insistiendo en que el espectáculo continuaría. "Queremos traer de vuelta el concierto" decía por el micrófono, mientras desde megafonía se insistía en que “un rayo detuvo el concierto, por favor, busquen refugio por su seguridad”.

Enfado y cancelaciones

Al mismo tiempo, artistas como Bruce Springsteen, Elvis Costello o Paul Simon, entre otros, esperaban para salir a actuar y el enfado del publico aumentó hasta llegar al abucheo hacia un alcalde que se había empeñado, en el peor momento, en proyectar una sensación de normalidad manteniendo un acto multitudinario en medio de un aumento de casos por la variante más peligrosa de la pandemia y coincidiendo con la llegada de un huracán.

De hecho, antes de eso ya algunos de los principales eventos del verano de Nueva York habían sido cancelados mientras otros están pendientes de confirmación. Es el caso del popular Desfile del Día de las Indias Occidentales, que ha sido pospuesto hasta el próximo septiembre, o el desfile anual de sirenas de Coney Island, que habría tenido lugar en septiembre, y ya ha sido cancelado.

Explicaciones

Preguntado antes del concierto, en su rueda de prensa diaria, por la posibilidad de seguir realizando actos en la ciudad de Nueva York, De Blasio contesto: "Algunas organizaciones han dicho que quieren tener sus eventos nuevamente, algunas quieren hacer una versión modificada, algunas la posponen para 2022. No hay una sola forma de hacer las cosas”. "Cuando se trata de conciertos al aire libre, hay que decir que son solo para personas vacunadas. Definitivamente estamos alentando el uso de mascarillas. Pero quiero enfatizar que la clave aquí es la vacunación", añadió.

Otros eventos

Pero ya a principios de este mes, el Salón Internacional del Automóvil de Nueva York se había convertido en una de las primeras víctimas de la variante delta de la pandemia. Ante el aumento de contagios, los organizadores decidieron cancelar el encuentro unas dos semanas antes del inicio programado.

Todo ello a pesar de que el salón del automóvil, fundado en 1900, es una de las convenciones más populares de la industria automotriz, con más de un millón de asistentes cada año. También, en Nueva Jersey, tanto el maratón como el medio maratón Novo Nordisk 2021 se cancelaron debido al "impacto desconocido" de la variante delta.

La sombra de Cuomo

De Blasio es uno de los representantes demócratas con más poder en el estado de Nueva York y más aún en la ciudad, de la que es alcalde, pero sus últimas desafortunadas decisiones están contribuyendo a erosionar el legado de los dirigentes de este partido en un estado clave para ellos. De hecho, de forma sorpresiva y tras caer en picado su popularidad ha decidido no presentarse a la reelección. De Blasio fue el alcalde elegido de la Gran Manzana con menos apoyo popular de la historia de la ciudad.

Esto se suma a la reciente renuncia del gobernador Andrew Cuomo, acuciado por las acusaciones de acoso sexual y laboral, y deja tocado a un partido que en 2022 volverá a la carrera electoral de las elecciones intermedias en las que un tercio del Senado y 435 escaños de la Cámara de Representantes serán revalidados por los votantes. Toda una prueba de fuego para los dirigentes de un partido que, empezando por la imagen del propio presidente Biden, no pasa por su mejor momento.