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A lo largo de los últimos meses, las encuestas nacionales respecto a la intención de voto electoral han dado ventaja al candidato demócrata Joe Biden, logrando en algunos casos una ventaja de hasta 11 puntos sobre el presidente republicano Donald Trump.
La gestión de la pandemia del mandatario ha sido uno de los puntos claves para que la balanza se haya inclinado a favor de los demócratas. Sin embargo, en Florida, uno de los estados decisivos en el resultado de las votaciones y donde la comunidad latina tiene un peso importante (representan aproximadamente el 20% del electorado), en un sondeo reciente, Trump parece recibir mayor respaldo de los latinoamericanos con un 50% sobre un 46% para Biden.
Según los expertos, este respaldo a Trump se debe especialmente a su popularidad entre los cubanos y venezolanos estadounidenses. Los puertorriqueños, por su parte, tienden más hacia el que fuera exvicepresidente en la era de Barak Obama, pero, ¿cuáles son los aspectos que más preocupan al electorado hispano de Florida?
Ernesto Velázquez es cubano estadounidense español de ascendencia gallega. Llegó a Estados Unidos hace 25 años, y su voto, cuenta a NIUS, se lo dará al Partido Republicano. “El año pasado voté por Trump y este año, volveré a hacerlo. He estado indeciso, pero no me gusta la vicepresidenta que ha elegido Biden. Kamala Harris juega mucho con la izquierda, los demócratas han hablado bien del movimiento Black Lives Matter (BLM) y creo que eso no es bueno para este país. Si a Biden le pasara algo, Harris sería la presidenta, y eso no me gusta”.
Para Velázquez, la senadora por California, y ex fiscal de distrito de San Francisco y posteriormente también de California, “dio perdón a presos que tenían unas causas criminales y ha sido muy suave hacia la policía”.
Estados Unidos se ha visto inmerso en una oleada de protestas raciales y disturbios en numerosos estados, a raíz de la muerte del afroamericano George Floyd a manos de la policía. Los enfrentamientos entre manifestantes y las autoridades, con la participación de grupos de la extrema izquierda y también de supremacistas blancos, ha hecho que el país viva una de sus peores etapas de violencia callejera, y todo ello, en medio de una pandemia.
Velázquez, de 53 años, considera que “lo que está pasando con los Antifa y los Black Lives Matter es producto de la extrema izquierda con gente que está por encima de los poderes como George Soros, igual que en España ayudó a Cataluña con el movimiento independentista, y en Latinoamérica impulsó las políticas de extrema izquierda”.
Velázquez, ha viajado con frecuencia a España hasta la llegada del coronavirus y sigue con interés la política de “la madre patria”: “Para mí el PSOE era social socialista, pero cuando ahora han hecho pactos con la extrema izquierda, con Podemos, ha habido un cambio radical. La gente le tiene miedo a la extrema izquierda y eso lo que está pasando en España y no quiero que suceda en Estados Unidos”.
De igual manera piensa otro joven cubano llamado Ernesto Juvier, de 27 años: “Me preocupa con un triunfo de la izquierda se vaya perdiendo la esencia de lo que es el capitalismo. Soy una persona libre gracias a mi pasaporte español, no al cubano, a pesar de que el cubano me costó más que el español, así es todo en el socialismo comunismo.
Pienso que si España se continúa sumergiendo en la izquierda, va a reflejarse en el espejo de Cuba, Venezuela, Argentina y Brasil. Yo deseo para Estados Unidos cualquier cosa menos el socialismo comunismo”.
Juvier está convencido de que el actual presidente continuará en la Casa Blanca tras las elecciones del próximo 3 de noviembre: “Creo que el pueblo americano va a elegir a Trump. No soy su fan, es bruto para la política, pero sabe hacer negocios con otras naciones”.
Otra de las razones por las que Juvier no cree el Partido Demócrata se debe a una visita que la mujer de Joe Biden, Jill Biden, hizo a la isla cubana en 2016: “Estuvo visitando las escuelas cuando Biden era vicepresidente de Obama, viendo cómo funcionaba el sistema educativo, o retomar ideas, a saber… A mí no me van a engañar como cubano que llevamos 60 años con la espada de la dictadura clavada. ¿Qué hace la mujer de Biden en Cuba? Muchos cubanos se quejan de que Trump separa las familias, pero se les olvida que desde el 59 la inmigración en Cuba es masiva y Trump no estaba en el poder en el 59. Son otras personas las que separan a las familias cubanas”.
Antes de la pandemia, la economía de EEUU estaba en su mejor momento”Además del miedo a la tendencia más izquierdista, tanto a Velázquez como a Juvier les preocupa la economía del país en el que han progresado profesionalmente. Velázquez, quien trabaja en el sector inmobiliario, piensa que “Trump no es político, su manera de ser, muy duro con las mujeres, con los inmigrantes, no estoy de acuerdo con esa parte, pero en cuestión administrativa logró tener unos buenos números en economía, y creo que Trump remontará el país. Juvier, por su parte, que trabaja en remodelaciones y arreglos en las casas, considera que Trump no ha hecho una buena gestión en la crisis sanitaria “pero antes de la pandemia, la economía de Estados Unidos estaba en su mejor momento, y más aún en comparación con la de años atrás. Llevo cinco años en este país, he trabajado duro, sin parar, y el año que viene podré probablemente comprar mi primera propiedad”.
En lo que respecta a la inmigración, Juvier considera que “Trump es un presidente bien estricto, él está tratando de controlar lo que no tenía control hasta cierto punto. Podemos comparar el sistema migratorio con otros países para ver cuál es más flexible. Si me voy a Alemania no me van a dejar entrar tampoco. Los países que más inmigración tienen son los que tienen gobiernos de izquierda”.
Al preguntarle acerca de la actuación policial y las manifestaciones de protesta racial, Juvier cree que “en los métodos de la policía hay cosas incorrectas, pero yo creo que hacen muy buen trabajo en general. He visto videos de oficiales arrestando personas que han cometido delito y esas personas no obedecen lo que la policía le manda, por eso las autoridades toman medidas. Si a mí me dice un policía que levante las manos, las levanto. Eso no quiere decir que esté de acuerdo con la manera en la que se arrestó a George Floyd, pero EEUU es posiblemente el país más seguro del mundo. ¿Qué sería de una nación sin control policial?, que es lo que está proponiendo el movimiento BLM”.
“Me preocupan brechas sociales, la interacción social de las minorías en todos sus ámbitos, la educación y la salud”De manera muy diferente opina la puertorriqueña Margarita Guzmán, profesora de arte y filología hispánica, y residente en Miami desde hace 10 años. “BLM es una deuda histórica que tiene este país con las minorías. Es un problema racionalmente ignorado por todos los gobernantes, que ha traído mucha división en la población”.
A Guzmán, quien votará en los próximos comicios por los demócratas, le preocupa especialmente “la convivencia, las brechas sociales, la interacción social de las minorías en todos sus ámbitos. Por supuesto la educación y la salud, el estado del bienestar. No comulgo con el candidato que corre en la presidencia porque no creo que represente al conjunto y la diversidad de este país. Dada la situación, mi voto irá para Biden”.
Con respecto a Trump piensa que el magnate “no conecta con una parte de la población con los jóvenes, los negros, los hispanos, está alejando de la gente que en realidad constituye este país cuando la diversidad cultural de Estados Unidos hace que el país sea especialmente fuerte. Aquí tienes la oportunidad de conocer gente de todas las comunidades; eso es una riqueza, su diversidad, es la gran ventaja que tiene este país sobre otros, y por eso creo también que una migración organizada es una cuestión positiva”.
Guzmán además considera que al Partido Demócrata le están dando un cliché que no le corresponde: “En Estados Unidos no hay una izquierda como la conocen en España, lo que quieren aplicar son políticas más progresistas, más cercanas a las europeas, y lo tachan de socialista extrema leninista. Se habla desde el desconocimiento profundo de lo que son las izquierdas latinoamericanas y europeas, y se hace una amalgama. No es igual la izquierda chilena a la venezolana, que tiene un discurso más conservador, populista, excluyente, amenazador, tratando a los demás como los malos, como hace Maduro en su discurso. La oposición republicana juega con eso, con la vulnerabilidad, con el miedo, como decían los marxistas “la religión es el opio del pueblo”.
En elecciones anteriores, Guzmán se decantó por Obama en sus dos legislaturas, al que califica como el presidente más "ilusionante y transformador”: “Obama quiso hacer el seguro de salud global. Cuando propuso sanidad gratuita, lo tacharon de socialista, pero ¿qué tiene eso de socialismo?, lo tienen algunos países latinoamericanos, se da en Europa, pero aquí, sí les parece mal porque va en contra de los grandes intereses empresariales del país. Pagamos un desfalco por el seguro de salud, y a la hora de usarlo, hay que seguir pagando muchísimo. Eso conduce a la sociedad en la pobreza, la estás condenando al ostracismo y a la marginalidad”.
“La pandemia - opina la profesora puertorriqueña-, Donald Trump la ha manejado fatal. La reacción ha sido tardía, no ha habido un proceso de educación y transmisión al ciudadano, la ha manejado de manera partidista y oportunista sin tomar en serio los intereses del país ni de los ciudadanos, y sólo tomando en cuenta sus intereses políticos y la gente que le responde económicamente”.
Además de haber viajado por toda Latinoamérica, y vivir en Puerto Rico y en República Dominicana, donde pasó gran parte de su infancia, Guzmán cursó varias licenciaturas en España donde estudió literatura hispánica, comunicación, y filosofía y arte, pero es consciente de que no todos tienen esas oportunidades a su alcance: “Es muy difícil que el ascensor social funcione desde la marginalidad porque si no tienes las mismas oportunidades que otros, es bien duro, y lo digo desde un punto de vista empático, porque afortunadamente, no me he encontrado en una mala situación. Trump y sus secuaces no tienen empatía alguna y acentúa las diferencias en su discurso”.
Al igual que Guzmán, Alejandro Mata, un venezolano de 35 años que trabaja en un hotel en Miami, votará por los demócratas en las elecciones presidenciales: “Estoy en proceso de ciudadanía y por primera vez podré ejercer mi derecho al voto en Estados Unidos. Votaré a Biden porque me considero más demócrata que republicano”.
No obstante, Mata valora la política que Trump está llevando a cabo en relación a Venezuela: “Es cierto que ha tomado medidas contra el gobierno del que yo estoy huyendo, y está ayudando de alguna manera a salir a mi país de la dictadura, pero creo que este presidente está muy loco y pienso que Biden aplicaría la política de la misma manera”.
Una de las razones por la que Mata no se siente identificado con el líder del partido Republicano y Trump, se basa en su discurso: “Hay mucho debate entre nosotros los venezolanos con respecto a esto. En mi comunidad hemos visto mucha similitud entre el tipo de campaña que hace Trump y la que hizo Hugo Chávez, autoritario, insultando a la gente, con una política muy agresiva que no veo en los demócratas. Además, no estoy de acuerdo con el sistema de sanidad capitalista de Estados Unidos, no concibo la falta de control de armas, y los demócratas, son bastante más razonables desde mi punto de vista en esto que los republicanos”.
Guzmán se encuentra en proceso de ciudadanía y pudo legalizar su situación porque hace cuatro años se casó en Estados Unidos con un puertorriqueño del que se enamoró: “Mi proceso ha sido muy diferente al de otras personas. Fue Obama quien aprobó el matrimonio igualitario y a raíz de eso, pude poner en marcha un proceso migratorio para legalizar mi situación, pero tengo amigos que siguen en el limbo migratorio después de muchos años esperando resolver su estatus legal. Con Trump se ha acelerado el proceso, pero eso no quiere decir que les favorezca el resultado, porque en los casos de asilo político, como fue inicialmente el mío, y el de otros muchos amigos, te piden mucha documentación en poco tiempo y se termina postergando”.
La situación de mi país tiene un factor muy preponderante en mi decisión electoral porque todavía tengo familia allí”Otro venezolano llamado Víctor Ruíz, gerente de ventas en el sector de telecomunicaciones y medios, coincide en algunos puntos de vista con su compatriota Mata y con la puertorriqueña Guzmán, pero no en el voto. Ruíz lo tiene claro, votará a Trump: “La situación de mi país tiene un factor muy preponderante en mi decisión porque todavía tengo familia allí. Mi inclinación total es hacia Trump y ese es el punto de vista de casi el 100% de los venezolanos porque el mayor respaldo de Estados Unidos hacia Venezuela ha sido de los republicanos y específicamente de parte de Trump. Él ha sido el único que ha llamado al gobierno venezolano por su nombre: dictadura”.
Para Ruíz, quien vive en Estados Unidos desde hace más de 20 años, lo más preocupante si gana Biden las elecciones, es “que no haya una continuidad de todo el esfuerzo que ha hecho con Trump”, y recuerda que el presidente estadounidense logró que 60 países han apoyado al presidente interino Juan Guaidó en contra de Maduro”.
Otra parte importante, razona Ruíz, es que “el venezolano tiene la esperanza de que el gobierno de EEUU, a través de una coalición internacional, haga una acción mucho más contundente en Venezuela, incluso una intervención militar, para sacar a este grupo de personas del gobierno, porque el problema de Venezuela es que no es uno sólo, sino un grupo de personas, un conglomerado, está dirigiendo el país. Si ganan los demócratas, van a aflojar la presión y la esperanza de que exista una acción mucho más contundente, se desmorona”.
Aún así, Ruíz advierte que “no soy un enamorado de Trump. Tiendo más al centro republicano que al centro demócrata, pero en este momento, el partido republicano no es republicano sino “trumpista”. Soy de la opinión de que la gente magnifica a los demócratas como si fueran socialistas como Maduro, o como lo que está sucediendo en Argentina con Alberto Fernández, o como está sucediendo en España, se están yendo a la extrema izquierda”.
Para Ruiz, los demócratas han unido más socialmente el país y “Trump ha creado un distanciamiento tanto racial como racista, es un supremacista blanco. Obama deportó a más gente que Trump pero este se expresa de una manera muy proponente y tiene más que ver en cómo lo dice. Eso está dividiendo y segmentando al país”.
Con respecto a la política internacional y sus relaciones en general, tampoco Ruíz le da el aprobado al presidente: “Estados Unidos es uno de los países más poderosos del mundo, además de ser el más consumista por lo que muchas economías del mundo dependen del consumo de EEUU, y Trump las relaciones internacionales no las ha cultivado, por el contrario, ha tratado de hacerle bullying a la economía y a todas las relaciones internacionales, no ha ayudado con el tratado de libre comercio en Centroamérica ni con Sudamérica…”.
La mala gestión de la pandemia del coronavirus en Estados Unidos, donde han muerto cerca de 200.000 personas y más de 6 millones han sido contagiadas, es otro aspecto que Ruíz desaprueba del mandato de presidente Trump, coincidiendo con las opiniones de Velázquez, Juvier, Guzmán y Mata: “Ha sido bastante irresponsable, tenía mucha información y no tomó acciones a su debido tiempo, no ha escuchado a los asesores, lo cual no ayudó a contener de una manera efectiva la llegada del Covid-19 a este país”.
“No sé quién va a ganar las elecciones, votaré por Trump, pero está muy reñido. El presidente maneja muy bien los medios y sabe cómo captar audiencia, y además, tiene el carisma que le falta a Biden”, concluye Ruíz.
Por su densidad de población con cerca de 22 millones de habitantes -el tercero más grande de EEUU- Florida es reconocida como un estado “bisagra” y los expertos aseguran que quien no gana en este estado, no gana la presidencia. Al menos así ha sido desde el año 2.000. De ahí la importancia del voto latino y la preocupación de los candidatos a la presidencia para convencer a los más indecisos, a menos de 50 días de las elecciones.