La estrategia de Draghi para sustituir el gas ruso en cuarenta días

  • Draghi visitará Argelia el próximo lunes

  • La diversificación de contratos a medio y largo plazo garantizan la sustitución del gas ruso

Italia ya tiene perfilado el plan para sustituir el 40% de su gas natural que llega de Rusia. Una estrategia contrarreloj que han tejido mano a mano el ministro de Transición Ecológica, Roberto Cingolani, en colaboración con el de Exteriores, Luigi di Maio. Ambos llevan semanas perfilando en sus viajes internacionales los acuerdos y las alianzas que permitan la desconexión rusa.

Italia está buscando aumentar contratos con algunos países y encontrar nuevos proveedores de gas para sustituir el que importaban a Rusia. El peligro del recorte del suministro y el peso de seguir comprando recursos energéticos a un país que ha causado y desarrolla cada día una estrategia de guerra comienza a ser ineludible para algunos países de la UE.

El plan de Italia, como repitió el premier Mario Draghi en sus últimas comparecencias, era afrontar una diversificación de suministradores, haciendo que la dependencia del más del 40% del gas ruso quedase diluida con otros países. El objetivo, siendo más concretos, era resolver, al menos, la mitad de los 29 mil millones de metros cúbicos de gas provenientes de Moscú, con contratos que se remontan al 1974.

Italia se ha echado las culpas en las últimas semanas del poco trabajo de política exterior de las últimas décadas y de la poca visión al no haber explorado otros mercados. Al haber un solo gran vendedor se pueden generar situaciones como las actuales. Tener diversos proveedores facilita bloqueos de este tipo e Italia corre para hacer los deberes que la puedan salvar de una crisis energética antes del próximo invierno.

Con ese fin el Ministro de Exteriores Luigi di Maio lleva todo el mes de marzo de ruta internacional para cerrar acuerdos de nuevos mercados. Ha estado en Congo, en Angola, en Qatar, en Argelia, el pasado fin de semana en Azerbaiyán y este lunes en Armenia. En todas estas visitas, en ocasiones acompañado de representantes de las empresas implicadas, como ENI, la principal energética italiana, se consolidan planes comerciales, estrategias de suministro y canales de acceso al propio gas. El plazo, aún así, como explicaba el propio Ministro de Transición Ecológica Cingolani ante la prensa, no es inmediato. Para consolidar esta estrategia Italia necesitará al menos tres años, como señala el Gobierno, y deberá trabajar en sus propias infraestructuras.

Italia, principal cliente de Argelia

Las relaciones energéticas del país transalpino con Argelia eran ya fructíferas, era el segundo proveedor, llegaba a vender un 22,8% de gas a Italia, siempre por detrás del gran proveedor que era y aún es Rusia. El último viaje de Di Maio y las comunicaciones en los últimos días entre las empresas implicadas de uno y otro país, confirman que las relaciones no hacen más que mejorar en materia energética de cara al futuro.

La idea es que se pueda incrementar la venta del gas a través del gasoducto Transmed (trasmediterráneo). Justo cuando las relaciones con España se enfrían tras la decisión de Madrid de un cambio de posición sobre el futuro del Sáhara Occidental, que tiene a Argelia como principal aliado. Pero se ha dado un paso más, ahora es Draghi el que anuncia que el próximo lunes viajará a Argelia para encontrarse con el presidente Abdelmajic Tebboune.

Precisamente en el anterior encuentro institucional en el país, el del ministro di Maio con su homólogo Ramtane Lamamra, con el presidente Tebboune y con el Ministro de la Energía Mohamed Arkab se cimentaron las bases de las buenas comunicaciones entre ambos países. El Ministro italiano habló tras aquel encuentro expresando que “Argelia es desde siempre un proveedor fiable, tiene un rol fundamental y eso confirma el valor estratégico de nuestra partnership”.

De aquella reunión salió la luz verde definitiva al aumento de venta de gas argelino a Italia en el corto, medio y largo plazo y los encuentros posteriores, especialmente tras el anuncio del primer ministro, solo refuerzan la idea de colaboración entre ambos países.

La sombra de las sanciones

La compra de gas ruso deja de ser en los últimos días solo un debate de necesidades energéticas. La idea de dejar de financiar el horror de la guerra, que crece cada día y ha conmocionado especialmente al planeta tras la situación que se ha conocido en Bucha, se pone cada vez más de relevancia. En la mesa de los Gobiernos europeos, quienes desde ayer se oponían a bloquear las importaciones en el sector energético ahora tienen varios argumentos menos para poner el freno. Aún así, en las últimas sanciones no se ha incluido este punto. El Gobierno italiano conoce su vulnerabilidad pero está trabajando para mitigarla, el propio Draghi en varias ocasiones confesaba que la compra energética al Kremlin financiaba la guerra. Hay quien pide en el seno del Gobierno, como el líder del PD, Enrico Letta, que se corte a cualquier precio cuanto antes.

Italia aún cuenta con 2,5 mil millones de metros cúbicos de gas almacenado que no plantearía problemas en el corto período, pero que podría durar, aproximadamente hasta el próximo otoño.

La sensación es que renunciar al gas ruso no es imposible, representa una oportunidad que esta decisión se deba tomar con la UE en una unidad que diluye la vulnerabilidad italiana. Además de diversificar los mercados, se habla de otras propuestas como un techo al precio del gas, que ya se lanzó informalmente de forma conjunta en el encuentro con los países del sur, España, Portugal y Grecia, de hace unas semanas en Roma.

A eso se le añadiría el aumento de la apuesta por energías renovables y el incremento de la capacidad de infraestructura del propio país en la materia. Draghi siente el alivio de un problema común, sabe que la crisis energética debe ser afrontada conjuntamente con la UE y también las sanciones al más alto nivel con respecto a Rusia.