La familia Fendi presenta a Picasso en el corazón de Roma

  • "Jeune Femme" de Picasso llega a la galería Fendi en Roma

  • Es el retrato de la que fue su amante durante ocho años, Fernanda Olivier

  • El montaje de Raffele Curi aborda un homenaje total a Picasso

Al centro de Roma llega, envuelto en una caja con un gigante ‘Fragile’ escrito fuera, uno de los cuadros más importantes de la era cubista de Picasso. Aterriza desde Rusia, cedido por el Museo Hermitage, en una ciudad llena de arte en cada esquina, pero donde ningún cuadro del pintor español está expuesto de forma permanente en sus decenas de museos públicos. Es, sin duda, su presencia una anomalía. Así lo defiende quién lo ha conseguido, Alda Fendi, hija de la famosísima familia de la moda por excelencia en Italia, que restauró el lugar que lo alberga, a unos pasos del Palatino -donde vivían todos los emperadores- con una terraza desde la que se ve toda Roma.

‘Jeune Femme’ (Mujer joven) de Picasso, cuadro de 1909 que retrata a la que fue su amante durante ocho años, Fernanda Olivier, podrá verse en esta particular galería, llamada Rhinoceros, hasta mayo y de forma gratuita. Alda Fendi, pelo rubio alborotado y gafas azul eléctrico, lo tiene claro: “El arte es universal, quería que accediese todo el mundo. Sin cultura nos morimos siempre, más en esta época pandémica”.

Quien ha diseñado toda la exposición, que con “la excusa” del cuadro, pretende realizar todo un homenaje a Picasso, es el artista Raffele Curi, que ha querido dejar constancia de la “alegría” de Picasso, con la que muchos lo definían. Es por eso que elige no mostrar al inicio de la exposición el cuadro, la antesala es casi lo más sorprendente de todo. Decenas de pantallas por el suelo, el techo y las paredes, que lo cubren todo, reproducen un ensayo del Ballet Nacional de España.

Castañuelas y taconeos, y las voces que marcan el compás se convierten en los teloneros de la afamada obra de arte. La intención de “la fiesta” era la de crear un contraste, cuando se traspasa el arco que lleva a la sala donde está el Picasso la sobriedad y el negro dan protagonismo a quién toca: la retratada Fernanda Olivier, que está sentada y desnuda, posando ante Pablo.

Un cuadrado blanco marcado en el suelo con cinta aislante delimita la distancia de seguridad que se debe mantener con la obra, un hombre de pie controla que nadie se acerque más de la cuenta y que no salte la alarma que protege esta joya. “Es todo un proceso, un ritual, cada vez que llega un cuadro. Vienen los operarios con sus guantes, lo sacan, lo cuelgan…”, habla la hija de Alda Fendi, Alessia Caruso Fendi, que acompaña a su madre en la labor artística de su fundación, el verdadero sueño original de esta mujer con uno de los apellidos más poderosos del mundo y de Italia en la moda.

Picasso que enamora

En sus 91 años de vida Picasso realizó entre cuadros, dibujos, cerámicas… Más de 35.000 obras artísticas que se encuentran repartidas por todo el mundo. Su obra fue prolífica y cambiante, su estilo evoluciona constantemente, como lo describen los expertos en arte. Esta obra que ahora llega a Roma tuvo varios bocetos, decenas de pinturas de desnudos durante más de 15 años en los periodos azul y rosa, y es representativa del período del inicio cubista analítico del autor, en el que creó decenas de cuadros con características muy similares. En está obra vemos que se libera de detalles, dispone de su musa en un ambiente oscuro y abstracto. Y es ella, Fernando Olivier, la mujer de la que estuvo tremendamente enamorado durante ocho años. La modelo que escapaba de un marido déspota y que incluso tuvo que cambiar su nombre, conoció al pintor español en la habitación Bateau-Lavoir de Montmartre, donde vivían los artistas y escritores pobres. A lo largo de toda la exposición las muchísimas relaciones sociales de Picasso están representadas en una recopilación de fotografías sobre su vida, algunas de ellas inéditas, donde se puede ver con personalidades cómo Briggitte Bardot o Hemingway.

Todo en este enclave, zona cero de la fundación de Roma -aquí dicen que llegó la cesta de Rómulo y Remo- es de altura. El palacete que alberga la Fundación Alda Fendi fue rediseñado por Jean Nouvel, uno de los arquitectos más importantes del mundo y, pegado al edificio se encuentra el histórico Arco de Giano, del siglo IV d.c, medio abandonado desde hace 28 años -cuando fue dañado por una atentado mafioso en las proximidades- entre tantas antiguedades en la capital romana, pasaba desapercibido ante la falta de iluminación.

Una concesión temporal lo puso en manos de Alda Fendi que trajo a Vittorio Storaro, uno de los mejores directores de fotografía del mundo, con tres premios Oscar, para que diseñase una nueva iluminación acorde con la grandeza del arco, que mide 16 metros de alto. Ahora se puede visitar todos los sábados y, desde los ventanales de las paredes que custodian está obra de Picasso, se puede mirar perfectamente iluminada a la antigua Roma a los ojos.