El sector pesquero italiano anuncia huelga general por la subida de los carburantes

  • Italia es el segundo país que más gas importa de Rusia por detrás de Alemania en la UE

  • Draghi viaja a Bruselas para presentar sus nuevos planes energéticos ante la falta de gas ruso con la tercera inflación más alta de la UE

  • El combustible supera la barrera de los dos euros litro y salta la huelga general del sector pesquero

Las consecuencias de la guerra en Ucrania atraviesan a los diferentes países europeos que deben hacer frente a la vulnerabilidad de sus mercados tras el aislamiento económico impuesto a Putin para intentar frenar el conflicto. Italia se ha levantado este lunes con el precio del combustible rozando los máximos históricos, a más de dos euros el litro de gasolina en algunas regiones, y a eso se suma una factura energética desorbitada que pone en riesgo la economía de familias y empresas a lo largo y ancho del país desde hace meses y que este martes llegará a 588 euros por megavatio hora. A esa situación se suma la estimación de subida del precio que sufrirán algunos productos básicos como el pan o la pasta tras el cierre de la exportación de centeno, avena o trigo que salía de Ucrania, uno de los grandes exportadores mundiales de esta materia prima.

Hoy Draghi viajaba a Bruselas para presentar el nuevo plan energético en el que trabaja Italia para hacer frente a la falta de gas ruso (del que depende más de un 40%) y a una posible crisis energética antes de otoño. En los últimos días el Ministro de Exteriores Di Maio ha viajado a Argelia y se han dado conversaciones también con Qatar para buscar nuevos acuerdos energéticos que sustituyan los que Italia había firmado con el Kremlin durante décadas. El objetivo de reducir la vulnerabilidad ante la falta de gas ruso ha sido ratificado asimismo por las palabras de Ursula von Der Leyen: “La Comisión europea mañana hará una serie de propuestas orientadas a la diversificación del mercado de gas ruso, inversión en renovables y eficiencia energética”.

Italia era especialmente dependiente del gas ruso, entre los primeros países de la UE en vulnerabilidad en la materia. En los varios discursos ante la Cámara desde que ha comenzado la guerra, Draghi ha afrontado la necesidad de un nuevo plan energético que prevé apostar particularmente en este país por las renovables o incluso reabrir las centrales de carbón. En cuanto a los mercados internacionales, el primer ministro, ha hablado también de la posibilidad de doblar la capacidad del gasoducto Trans-adriático, que entró en funcionamiento en 2020, y que ha sido objeto de protestas por su impacto ambiental. Esta vía de abastecimiento permite a Europa importar gas de Azerbaiyán por el norte de Albania y Grecia y el Mar Adriático y entrar en el sur de Italia a través de la región de la Puglia. Además, el debate sobre aumentar la producción de energía nuclear se mantiene abierto en el seno del Gobierno.

Este huracán en los comercios internacionales está siendo visible en los datos de la inflación que en Europa creció este año un 5,8%. Italia se encuentra en el medio de la tabla, con un 6,2%, por debajo de España, con un 7,5%. En cambio, fijándonos en el aumento del precio derivado directamente de los costes energéticos la vulnerabilidad expresada por el propio Draghi, en las últimas semanas, es aún más visible. Italia ha subido un 46,4% los costes de la energía, se encuentra en el tercer puesto por debajo de Francia y Alemania, y ha mitigado la subida ligeramente con las medidas que Draghi ha lanzado directamente sobre la factura.

Al problema energético, central entre las prioridades italianas en este momento, se le suma, al igual que en otros países europeos, el precio desorbitado del combustible. Desde el pasado viernes en Italia el precio de la gasolina ya ha superado el límite de los dos euros el litro.

Se espera que aún lo haga más durante esta semana y los primeros grandes perjudicados son la industria del transporte o la pesca. Esta última ha anunciado una huelga general de una semana a modo de protesta ante la imposibilidad de hacer frente a estas tarifas. Italia es el segundo país de la UE en número de pesqueros (12.000), representa el 15% de los barcos de pesca comunitarios y tiene un gran peso en la economía del país.