Reino Unido tensa las relaciones con China por la represión de los uigures y el uso medicinal de pangolines

  • El ministro de exteriores británico prohíbe las importaciones procedentes de Xinjiang, donde se utiliza como mano de obra forzada a la etnia musulmana uigur

  • Acusa al gobierno de Xi Jinping de violar los derechos humanos, de “tortura" y de "barbarie”, mientras que Pekín niega todas las acusaciones

  • Johnson les culpa de propagar el covid a través de los pangolines, mamíferos muy cotizadas a los que se les atribuyen poderes curativos y sexuales

Las relaciones entre Reino Unido y China se han tensado esta semana a partir de los comentarios del ministro de exteriores, Dominic Raab, y del primer ministro, Boris Johnson, que no han gustado nada al gobierno comunista chino. Primero fue Raab que, este martes, en el parlamento, anunció una serie de medidas para garantizar que las compañías británicas no se puedan aprovechar de la mano de obra forzada uigur en la provincia de Xinjiang.

Prohibió la importación de productos que sean sospechosos de esta práctica y la exportación de cualquier bien que pueda ser utilizado para reprimir a esta etnia. Y acusó a China de violar los derechos humanos, de “tortura” y de “una barbarie que creíamos que se había quedado atrás en otros tiempos”.

Unas horas más tarde, durante una cumbre internacional sobre la protección de la biodiversidad, Johnson calificó a la medicina natural china de “demente” y la culpó de desencadenar la pandemia del coronavirus. Se refirió al uso de las escamas de los pangolines, que se utilizan con fines medicinales en China. Dijo que esto provocó el comercio ilegal de estos mamíferos y la propagación del virus. China, que estaba representada en la cumbre por su vicepresidente, Han Zheng, atacó muy duramente a Johnson.

Campos de prisioneros uigures

La etnia uigur vive en la región de Xinjiang, en el noroeste de China, una zona muy rica en petróleo. Hablan túrquico y son musulmanes. Pekín los tacha de separatistas y de terroristas. Hay unos 11 millones de uigures. Se calcula que un millón están encerrados en los llamados “campos de reeducación”, que no son más que campos de prisioneros. La BBC fue uno de los medios que compartieron en 2019 documentos secretos obtenidos por el Consorcio Internacional de Periodistas de Investigación.

Estos documentos recogían las directrices de los altos cargos del gobierno a los responsables de los campos y mostraban el lavado de cerebro sistemático que sufren. Cómo son encerrados, adoctrinados y castigados. Se los obliga a aprender el mandarín, se les prohíbe el islam y han instalado cámaras en todas partes, incluidos lavabos y duchas, sin ángulos muertos, para que a nadie le asome por cabeza el pensamiento de marchar. Solo son liberados si lo autorizan cuatro comités y consideran que ya se han “reeducado”.

Otro informe de la agencia Associated Press de junio de 2020 revelaba una campaña de represión en los últimos cuatro años en la región de Xinjiang catalogada por algunos expertos como “genocidio demográfico”. El informe fue elaborado a partir de estadísticas, entrevistas con exdetenidos y documentos gubernamentales. Revelan un programa de control de natalidad iniciado en 2016 con más de 60.000 operaciones quirúrgicas para esterilizar a mujeres, la implantación de dispositivos intrauterinos anticonceptivos (DIU) a más de 400.000 mujeres y abortos forzados. En apenas dos años Xinjiang pasó de ser una de las zonas con mayor crecimiento demográfico a ser la de menor natalidad.

Esclavos del algodón

Otra investigación del ‘think tank’ Centre for Global Policy, con sede en Washington, publicada el 14 de diciembre, denunció que había 570.000 uigures que eran utilizados como mano de obra esclava para trabajar en los campos de algodón de la región. Xinjiang produce el 85% de todo el algodón chino y el 20% del mundo. Los niños son separados de sus padres e internados en escuelas y los padres son puestos a trabajar todo el día en fábricas o campos de algodón porque así no tienen tiempo para ir a rezar ni para participar en las actividades de la comunidad. Explica también que cada año van a las aldeas 70.000 policías para reclutar trabajadores y que muchas veces tienen que llevarse a ancianos porque la mayoría de los jóvenes están en “campos de reeducación”.

Compañías como Nike, Gap o Adidas han sido acusadas de utilizar mano de obra forzada uigur en su cadena de fabricación. Los almacenes británicos Marks and Spencer han dicho que no venderán productos que contengan algodón procedente de Xinjiang. También se ha descubierto que la compañía china de tecnología Huawei creó un sistema de reconocimiento facial para identificar a uigures en multitudes y seguirlos.

Un importante grupo de parlamentarios conservadores encabezados por el exlíder Iain Duncan Smith está presionando al gobierno para que denuncie el genocidio uigur a los tribunales británicos. China supone el 4,4% de todas las exportaciones británicas y el 6,8% de todas las importaciones. Raab dijo que esto es trabajo de los tribunales internacionales. También explicó que disponen de imágenes satelitales que muestran la escala de los campos de internamiento, la presencia de fábricas dentro de ellos y la destrucción de mezquitas. China sigue negando sistemáticamente todas las acusaciones y sin permitir la entrada de ninguna comisión de derechos humanos en la región.

Tráfico ilegal de pangolines

Tampoco gustaron en Pekín las declaraciones de Johnson acusando a China de haber originado la pandemia a través de los pangolines. Los pangolines son unos mamíferos pequeños e inofensivos, sin dientes, con una larga cola y recubiertos por unas duras escamas. Decenas de miles de estos animales son asesinados cada año para su uso para la medicina tradicional china. Se atribuyen a sus escamas poderes curativos, casi milagrosos.

Están hechas de queratina, como las uñas o los cuernos. Se usan en la medicina tradicional china para curar dolencias que van desde las dificultades de lactancia hasta la artritis. Se muelen hasta convertirlas en polvo. Creen que su sangre y sus embriones curan la impotencia. Su carne está considera como una exquisitez entre la clase rica china y vietnamita. Por esto se ha convertido en un animal muy preciado. Representa ni más ni menos que el 20% de todo el comercio ilegal de animales salvajes. Es una especie en peligro de extinción.

En su participación en la conferencia sobre la biodiversidad, el primer ministro dijo que la pandemia del covid “fue el producto del desequilibrio de la relación del hombre con el mundo natural”. También dijo que se trata de “una enfermedad zoonótica [que se transmite de animales a seres humanos] que se originó a partir de los murciélagos o los pangolines y de la demente creencia que si mueles las escamas de un pangolín, de alguna manera te convertirás en una persona más potente [sexualmente] o lo que sea que la gente crea”.

El origen del coronavirus

Boris Johnson no va tan desencaminado”, explica a NIUS Pablo Pardo, corresponsal de ‘El Mundo’ en Washington que ha cubierto temas de tráfico de animales. “Pudo ser un murciélago que orinara sobre un pangolín en Malasia”. Los científicos creen que algunos de los peores brotes de enfermedades virales recientes como el SARS, el MERS, el ébola o el Covid se originaron en murciélagos.

Se han identificado dos grupos de coronavirus relacionados con el virus en los pangolines malayos introducidos de contrabando en China, según un estudio de la Universidad de Hong Kong. Los científicos han pedido el cierre de los mercados callejeros como el de Wuhan donde se vende la carne animales salvajes. También apuntan a esta línea de investigación científicos de la universidad de Guanghzou. Pardo también se refiere a las propiedades sexuales y curativas atribuídas a los pangolines como “pura superchería” y que “decir ‘medicina tradicional china’ es como llamar ‘prospectiva’ al horóscopo”.

Y explica que no se hace nada parar el tráfico ilegal de pangolines porque no son “emblemáticos como las ballenas, los elefantes, los rinocerontes o los tigres” y “no atraen la atención de la opinión pública ni de los medios de Occidente”, y también porque “China es el mayor socio comercial e inversor de los países que lo exportan”. El gobierno chino criticó las palabras de Johnson y dijo que se trata de “especulaciones” y que lo único que hacen es “perturbar la cooperación internacional”. Este jueves un grupo de epidemiólogos internacionales de la Organización Mundial de la Salud llegan a China para estudiar el origen del virus. Es la tercera vez que permiten su entrada.