“El satanismo está aquí para quedarse”: el ‘Templo Satánico’, oficialmente reconocido como iglesia

Rubén Fernández 26/04/2019 01:04

Con Estados Unidos todavía conmocionado con el oscuro y complejo entramado de la secta Nxivm, en la que algunas famosas y millonarias se han declarado culpables de actuar para ‘cazar’ esclavas sexuales para su líder, Keith Raniere, quien próximamente se enfrentará a su juicio, ahora el terremoto lo ha provocado otro suceso que tampoco está exento de controversia. Según informa The Wrap, y como el propio grupo ha confirmado, el Templo Satánico ha sido reconocido oficialmente como iglesia con el beneplácito del Servicio de Impuestos Internos, la instancia federal de Estados Unidos encargada de la recaudación fiscal, que les ha otorgado el estatus de ‘exentos de expuestos’. Lo que esto significa, básicamente, es que además de esa exención, tendrán la misma protección legal que tienen otras religiones, incluyendo el acceso a espacios públicos como otras organizaciones religiosas; la posibilidad de que ahora puedan solicitar subvenciones gubernamentales; o reafirmar su posición ante la justicia en la lucha contra la discriminación religiosa, entre otras licencias, tal y como ellos mismos han explicado a través de Instagram.

En este contexto, la decisión no está exenta de polémica. No solo porque debemos recordar que en Estados Unidos hay una importantísima masa de población católica conservadora, sino porque, además, ‘The Satanic Temple’, como se denomina en inglés, tiene ya en su haber distintos antecedentes en los que, precisamente, se erigieron como foco de la discordia. Algunos de éstos los recoge un documental sobre ellos mismos denominado ‘Hail Satan?’ (Salve Satanás?), dirigido por Penny Lane, que llegó a estrenarse en el mismísimo Festival de Cine Sundance de este año.

Plantan una estatua de Bephomet junto al Capitolio de Arkansas

Autoproclamados defensores de la libertad religiosa, la libertad sexual, y, en definitiva, de la lucha contra cualquier tipo de opresión por parte de las autoridades gubernamentales, muy sonada fue su forma de combatir la propuesta de un político local que pretendía levantar una estatua de los Diez Mandamientos junto al edificio del Capitolio de Arkansas, el ‘Arkansas State Capitol’. La respuesta que ellos dieron fue plantar, en ese mismo lugar, una estatua, pero de Baphomet, una deidad antropomórfica, con alas y con cabeza de cabra, que es uno de los símbolos más representativos del satanismo.

Numerosos medios se hicieron eco de aquel suceso ocurrido en agosto de 2018. También el presidente de los Ateos de America, Nick Fish, se pronunció para defender que el acto no era un ataque a los Diez Mandamientos, sino una muestra por la igualdad ante la ley.

Actividad sexual sobre su tumba

Pero si sonado fue aquello más escandaloso fue cuando, en respuesta a unas declaraciones del líder de la Iglesia Bautista de Westboro, en Kansas, –catalogadas de homófobas–, decidieron presentarse sobre la tumba de la madre de éste y, entre individuos del mismo sexo, intercambiar tocamientos y besos entre otras libertades. Fue durante lo que denominaron como ‘La Misa Rosa’, un ritual para, según ellos, convertir tras la muerte un espíritu heterosexual en uno homosexual, tal y como explica el medio Vice.

“El satanismo está aquí”

Lucien Greaves, portavoz y cofundador – junto a Malcolm Jarry– del Templo Satánico, ha defendido la decisión de aceptar ese estatus de ‘exento de impuestos’, porque si controversia ha habido desde el lado de sus detractores, también la ha hay desde los que intentan comprender su alineamiento. Es decir, si el Templo Satánico se define como un adalid en la lucha contra la opresión de las autoridades, defensor de las libertades religiosas y sexuales y… de la separación de la Iglesia y el Estado, entonces, ¿por qué ahora, –y después de haberlo rechazado con anterioridad–, deciden aceptar que les reconozcan, oficialmente como iglesia?

La respuesta parece ser simple: “A la luz de los asaltos teocráticos a la separación de Iglesia y Estado”, consideran que “aceptar la exención de impuestos religiosos, en lugar de renunciar a ello en protesta, puede ayudarnos a mejorar”. Algo así como un ‘si no puedes con tu enemigo, únete a él’, –al menos en términos jurídico-económicos–, para plantar batalla después de tú a tú.

“El satanismo está aquí para quedarse”, han advertido.

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