El trágico destino del exgendarme Abdellah: el peaje de España a Argelia a cambio del gas

  • A finales del pasado mes de agosto, España expulsó al exsargento de la Gendarmería desertor y activista contra el régimen argelino Mohamed Abdellah a instancias de Argel

  • El ministro del Interior, Fernando Grande-Marlaska, aseguró en presencia de su homólogo argelino el jueves pasado en Madrid que Argelia es “una prioridad” y “un actor clave” para España

Como “una prioridad” y “un actor clave” definió a Argelia el ministro del Interior Fernando Grande-Marlaska a su homólogo argelino, Kamel Beldjoudentame, en el comienzo de la visita de trabajo de dos días de este último a España a finales de la semana pasada. Según la nota del Ministerio argelino de Interior, la gira se inscribió “en el marco del refuerzo de las relaciones de cooperación entre Argelia y el Reino de España en general y de los Ministerios del Interior de los dos países en particular”. Por su parte, desde el departamento que dirige Grande-Marlaska se aseguró que “nuestros países comparten muchos intereses y retos comunes, con importantes desafíos que requieren, hoy más que nunca, respuestas conjuntas que ofrezcan soluciones eficaces”.

El ministro español del Interior visitó Argel en agosto de 2020 y los dos titulares del ramo se reunieron el 11 de mayo en Lisboa, pocos días antes de la crisis migratoria de Ceuta, con ocasión de la cumbre UE/África. (También mantuvo un encuentro Grande-Marlaska con el titular de Interior tunecino, pero no con el marroquí, lo cual avanzaba lo que estaba por venir). El ministro español y el argelino han mantenido contactos telefónicos y por videoconferencia en varias ocasiones, la última el pasado 13 de octubre, según la nota oficial de La Moncloa.

Asimismo, el 26 de octubre la vicepresidenta tercera del Gobierno Teresa Ribera era recibida en Argel por el ministro de Energía argelino. Un mes antes el ministro de Exteriores José Manuel Albares hacía lo propio con su homólogo argelino y con el mismísimo presidente Abdelmajdid Tebboune en la capital del país magrebí.

Un balance que palidece al compararse con el mantenido con las autoridades marroquíes: la última vez que el ministro español de Interior se reunió con su homólogo marroquí fue en noviembre de 2020. Y hasta hoy. La última vez que un ministro español ha mantenido un encuentro con un marroquí fue el 21 de agosto: el ministro de Exteriores José Manuel Albares mantuvo entonces un encuentro telemático con su homólogo Nasser Bourita. El precedente fue un ya lejano 23 de febrero, cuando la anterior responsable de la diplomacia Arancha González Laya y Bourita se vieron también telemáticamente para constatar el aparente buen estado de las relaciones y trabajar en la fecha de la Reunión de Alto Nivel, que sigue aplazada sine die.

La sintonía hispano-argelina impide cicatrizar la herida con Marruecos

Lo cierto es que, en un momento en que las relaciones entre los dos vecinos magrebíes adquieren tintes dramáticos, la sintonía entre España y Argelia no gustan nada en Rabat, que sigue haciendo esperar al Gobierno de Pedro Sánchez para sellar la aparentemente cercana normalización de relaciones. Ni la embajadora de Marruecos en Madrid, Karima Benyaich, ha regresado a su puesto cuando hace ya seis meses de su marcha, ni la Reunión de Alto Nivel tiene fecha, como tampoco la tiene el primer encuentro presencial entre miembros de uno y otro gobierno. A pesar de que en un discurso pronunciado el pasado 20 de agosto el rey Mohamed VI habló de la “inauguración de una etapa inédita” en las relaciones entre Marruecos y España, desde Rabat se asegura que las heridas van a tardar aún algún tiempo en cicatrizar.

Aunque trascendieron pocos detalles sobre las dos jornadas de trabajo de la delegación argelina en Madrid, el mensaje de buena sintonía fue nítido: España quiere preservar el buen momento con Argelia, cuyo gas necesita imperiosamente en un momento delicado como el actual. A pesar de que Argel cerró definitivamente el pasado 31 de octubre el gasoducto Magreb Europa, por el que transitaba una quinta parte del gas argelino que se consume en España, las autoridades argelinas reiteran una y otra vez que no habrá problema de suministro.

Oleada migratoria argelina

El del hidrocarburo no es el único quebradero de cabeza para Madrid en los últimos meses: la presión migratoria procedente de Argelia ha sido una constante en todo 2021. La prolongada crisis económica argelina, acentuada duramente por la pandemia, explica el repunte de llegadas en los últimos meses.

A finales del mes pasado eran casi 10.000 los argelinos que habían entrado ilegalmente en España desde comienzos de año, un 20% que en 2020, según datos de AFP. La argelina es la primera nacionalidad en llegadas irregulares a España, de acuerdo a datos de Frontex.

La nota del Gobierno de España daba cuenta de que la lucha contra la inmigración irregular y el crimen organizado fueron los puntos fuertes de la agenda de trabajo y de que los dos ministros se comprometieron a “explorar nuevas acciones preventivas para aliviar la presión migratoria en la región”. Grande-Marlaska dio las gracias al ministro argelino por la cooperación policial en el sur del país, “esencial para lograr que la presión migratoria llegada de países subsaharianos no sea mayor”.

Asimismo, la delegación argelina –al ministro del Interior le acompañaron el director general de Protección Civil, el director de Cooperación Internacional y el director de Estudios y Síntesis del Ministerio- tuvo como objeto conocer in situ el funcionamiento del sistema de protección civil española, la gestión de la seguridad vial y el modelo de seguridad ciudadana.

La tragedia del exgendarme argelino Mohamed Abdellah

La buena onda entre Madrid y Argel, que ha garantizado una y otra vez a las autoridades españolas que no faltará el gas este invierno, tiene sus peajes. Uno de ellos tiene nombre y apellidos: Mohamed Abdellah. Se trata de un exsargento desertor de la Gendarmería argelina de 33 años que emigró a España en el verano de 2018. El joven, que emigró de manera irregular, se ha significado en los tres años residiendo en España por su activismo en redes sociales contra la corrupción del régimen argelino, especialmente en el seno de las fuerzas de seguridad. Solicitó asilo político en marzo de 2019. El 12 de agosto de este año, cuando esperaba en Vitoria para renovar su permiso de residencia, era detenido y transferido a un centro de internamiento para extranjeros en Barcelona. Finalmente, el 21 de agosto España lo expulsó en un barco fletado por Interior desde Almería junto a una treintena de harragas argelinos, según el diario argelino El Watan.

El joven argelino ingresó en la Gendarmería argelina en 2013, donde se desempeñó como responsable de las cámaras y los helicópteros de vigilancia de las fronteras entre su país y Túnez. Abdellah comenzó a denunciar la corrupción y los sobornos que observaba en el seno del cuerpo, además del contrabando de armas y crudo que se producía en la frontera. Fue en vano.

A su regreso a Argelia, el exgendarme, padre de dos hijos –que seguirán en España con su madre-, fue detenido tan pronto como descendió del ferry fletado por Interior –por un coste superior a los 30.000 euros- merced a una convención suscrita por los dos gobiernos. Desde entonces, Mohamed Abdellah se encuentra en prisión preventiva. Le espera un tribunal militar. La Justicia de su país, que lanzó en marzo del año pasado una orden de detención internacional contra él, le acusa de “pertenencia a grupo terrorista”, “blanqueo de dinero en el marco de una organización terrorista” y “financiación de un grupo terrorista con objetivo de atentar contra la seguridad del Estado”. El joven colabora estrechamente con el movimiento opositor islamista Rachad, al que se vincula con el histórico Frente Islámico de Salvación.

Además, el exsargento de la Gendarmería, que cuenta con casi 130.000 seguidores en Facebook y con 145.000 en Youtube, será juzgado por “deserción, rebelión y traición”. El movimiento del Hirak .-que defiende el fin del régimen militar en Argelia- dentro y fuera del país denuncia que las torturas que supuestamente el joven sufre en la cárcel, además de las amenazas recibidas. Con motivo de la visita del ministro argelino a Madrid la semana pasada una manifestación de denuncia fue convocada ante la sede del Ministerio del Interior denunciando su caso. Abdellah no es el único disidente que Argel reclama a España. Activistas opositores consultados por NIUS están convencidos de que la expulsión de Mohamed Abdellah de España es política y denuncian que las autoridades argelinas esgrimen la carta del terrorismo para silenciar toda disidencia. El joven no tiene historial delictivo en España.

El régimen argelino, que experimenta una creciente oposición interna, pretende la extradición desde España de tres opositores más. Las próximas semanas servirán para conocer si el Gobierno de Pedro Sánchez accede a las peticiones argelinas.