El voto anticipado ya calienta motores en Estados Unidos

En el contexto de unas elecciones presidenciales históricas en Estados Unidos, condicionadas por la pandemia de coronavirus, el voto en ausencia y por correo (anticipados ambos) se presenta ya como la opción más clara para el 33% de la población votante. Este porcentaje puede empezar a movilizarse ya con la bajada de bandera que supone la recepción y posterior envío de las papeletas para el voto. Así, en Carolina del Norte ya han distribuido 737.000 papeletas para empezar a ejercer el voto en ausencia (más del 10% de los votantes registrados) mientras que a lo largo de este mes otros 20 estados harán lo mismo.

Siguiendo con los datos que arroja la reciente encuesta de la cadena de televisión NBC y la empresa de sondeos Survey Monkeys, junto al 33% que votará de forma anticipada, otro tercio de los votantes acudirá a las urnas en persona y un 11% asegura que no votará. Pero, a pesar de estos datos y de que el sufragio anticipado se practica en el país desde hace muchos años, hay una parte de la población que se siente confusa sobre la fiabilidad de este sistema e incluso desconoce cómo hacerlo.

Para ejercer el derecho al voto, en ambos casos, hay que ser mayor de 18 años, haber residido al menos 6 meses en el estado desde el que uno se ubica y estar registrado en la base de datos electoral. Básicamente el voto en ausencia funciona a través de unas papeletas que se solicitan con antelación y luego se envían por correo cuando no hay posibilidad de votar en persona. El voto por correo es la alternativa existente a tener que votar de forma presencial, independientemente de que haya posibilidad de hacerlo o no. Pero la llegada del virus ha hecho que los términos se difuminen y a veces se den las dos situaciones.

La posibilidad de votar en ausencia existe en todo el país aunque las reglas para ejercerlo varían de un estado a otro. Se usa más en estados donde la práctica del voto por correo no es universal pero debido a la irrupción del Covid-19, unos 35 estados de un total de 50 que conforman el país, han cambiado su política para que todos las personas votantes que lo soliciten puedan hacerlo sin tener que presentar una justificación, como ocurría antes (bien por estar desplazado con las fuerzas armadas o por enfermedad).

Texas, Nueva York, Indiana, Carolina del Sur, Luisiana y Mississipi requieren aún de la alegación de motivos específicos para justificar que los votantes reciban papeletas para ejercer el voto en ausencia. Mientras que en Florida, Pensilvania, Ohio, Michigan y Wisconsin (todos ellos estados bisagra, con un voto cambiante y muy decisivo) no es necesario en estas elecciones presentar una justificación.

El primer paso para votar por correo tradicionalmente ha sido la solicitud de la papeleta, que puede hacerse por envío postal o electrónico. En la mayoría de los estados dicha solicitud debería ser enviada antes de la segunda semana de octubre. Tras la recepción de la papeleta electoral hay que rellenarla, introducirla en el sobre oficial y firmar y fechar este para que el voto sea válido. La papeleta deberá estar en la oficina electoral antes del 3 de noviembre.

Hay cinco estados (Colorado, Hawai, Oregón, Washington y Utah) donde las elecciones se realizan sólo por correo y otros como California, Nebraska y Dakota del Norte que dan la opción de que la votación se desarrolle sólo con esta modalidad, sin que sea necesario que nadie vote de forma presencial aunque también pueda hacerse. En estos momentos además hay estados que, sin tener mucha tradición de sufragio por correo, están enviando papeletas a los ciudadanos para que no tengan que exponerse a las aglomeraciones y minimizar el riesgo de contagio del virus.

Este está siendo uno de los caballos de batalla de las elecciones: el envío de papeletas a votantes que no las han solicitado y que está indignando al partido republicano. Especialmente al presidente Trump, que ha declarado en una entrevista a la cadena Fox que “si optan por este envío universal por correo se envían decenas de millones de papeletas a todos, incluidos a sus perros”. Sin embargo, hay sitios como Colorado que desde 2013 es un estado ejerce el voto por correo y ya envía desde hace tiempo las papeletas a sus votantes, independientemente de si estos las han solicitado o no.

Y es que el voto anticipado está a punto de comenzar y los nervios en la campaña electoral empiezan a aflorar. Los estados que inician la posibilidad de enviar sus votos anticipados, el próximo 28 de septiembre, serán Dakota del Sur y Wyoming, mientras que Oklahoma será el último y no lo hará hasta 29 de octubre. La fecha límite para la recepción de los votos también difiere según los estados. En Luisiana están obligados a recibir, como muy tarde, las papeletas el 27 de octubre aunque en Washington tienen hasta el 3 de noviembre, fecha oficial de las elecciones a nivel nacional.

En este sentido, el último y muy reciente sondeo de la Universidad de Monmouth, realizado en todo el país, señala que un 22% de los encuestados se muestran muy confiados con el voto por correo, un 39% dice que solo relativamente y un 24% no da ningún crédito a la fiabilidad del voto anticipado. Sin embargo, una parte importante ya ha manifestado su intención de hacer uso de esta opción.

De hecho, un informe de la Comisión de Asistencia Electoral tras las elecciones de 2016 de Estados Unidos revela que la proporción de ciudadanos que votan en persona el mismo día de los comicios ha ido disminuyendo, durante la última década, de forma constante. Ya en 2016, cuatro de cada diez personas lo hicieron de forma anticipada y en estas elecciones ha sido el mismo Donald Trump, a pesar de su campaña contra esta modalidad, quien ha solicitado el voto en Florida para poder ejercerlo por correo, ya que tiene fijada su residencia en el condado de Palm Beach.

También la propia página web del gobierno explica que se está haciendo lo posible para facilitar la opción del voto anticipado a los votantes por lo que las explosivas declaraciones del presidente en contra del sufragio por correo parecen ceñirse más a una estrategia política para alentar una abstención que podría beneficiar a los republicanos que una íntima convicción. Lo que parece claro es que la recta final de esta carrera presidencial será más atípica que nunca, casi tanto como lo han sido los meses precedentes.