En qué puedo invertir el premio de la lotería de Navidad de 2025

La cuestión no es solo “en qué invierto”, sino “cómo no meter la pata”
Ni coches ni viajes: esto es en lo primero en lo que se suelen gastar el dinero los ganadores de la Lotería de Navidad
Ganar el Gordo en 2025 significa, literalmente, que tu banco ingresará 400.000 euros por décimo, pero Hacienda se quedará con una parte. Así, los primeros 40.000 euros están exentos y sobre el resto se aplica un 20% de gravamen que se retira directamente al cobrar el premio. De este modo que el ganador recibe en realidad 328.000 euros netos. Además, es importante saber que los premios de loterías no se integran en la base imponible del IRPF: basta con la retención practicada al cobrarlos.
Con esa cifra ya en la cuenta corriente, la cuestión no es solo “en qué invierto”, sino “cómo no meter la pata”.
Antes de mover un euro: parar, planificar y tapar agujeros caros
Los expertos financieros ante la pregunta de “qué hacer si me toca la lotería” insisten en lo mismo: no hay que tomar decisiones en caliente, sino que se debe hacer una foto de tus finanzas, incluyendo deudas, propiedades y objetivos, para después dividir el premio en “partes” para distintos fines.
Para muchos el primer uso racional debería ser amortizar deudas caras, en especial créditos al consumo y parte de la hipoteca, porque los intereses de esos préstamos suelen superar ampliamente la rentabilidad de cualquier producto conservador. Esa limpieza de balance es, en la práctica, una “inversión” con rentabilidad garantizada: dejar de pagar intereses.
Colchón y corto plazo: depósitos y Letras del Tesoro
Para la parte del premio que quieras mantener muy segura, algunos analistas proponen opciones clásicas:
- Depósitos bancarios protegidos por el Fondo de Garantía de Depósitos, que cubre hasta 100.000 euros por cliente y entidad; por encima de esa cifra, recomiendan repartir el dinero en varios bancos.
- Letras del Tesoro, que en la última subasta de 2025 se han adjudicado con una rentabilidad marginal del 2,004% a 12 meses y del 1,968% a 6 meses, con una fuerte demanda entre particulares.
Son productos de riesgo muy bajo, aunque con unos niveles de inflación que hoy en día se acercan al 3%, la rentabilidad real de las Letras puede ser negativa. Aun así, sirven como “parking” temporal mientras defines un plan a más largo plazo.
A medio y largo plazo: diversificar sin obsesionarse con el pelotazo
Para quien quiera algo más que liquidez, las propuestas de casas de análisis pasan por diversificar. Para un enfoque conservador las opciones serían renta fija y fondos de corto plazo que invierten en deuda pública o depósitos interbancarios y se caracterizan por baja volatilidad.
Si queremos tomar un enfoque más equilibrado a la hora de invertir ese dinero, podemos optar por fondos mixtos o carteras gestionadas que combinan bonos y bolsa, pensados para quien asume cierto riesgo pero prioriza estabilidad.
Sí vamos a meternos de lleno en el mundo de las inversiones, optando por un enfoque dinámico, perfecto para perfiles con menos aversión al riesgo, algunos expertos mencionan fondos de renta variable, acciones o ETF, siempre entendiendo que la volatilidad y las posibles pérdidas son mucho mayores.
La CNMV, en todo caso, repite tres mantras básicos: “no invierta en lo que no comprenda”, “desconfiar de altas rentabilidades sin riesgo” y “utilice solo intermediarios registrados”, especialmente ante ofertas que llegan por redes sociales o internet.
Chiringuitos, plazos y el dinero de los décimos no vendidos
Un premio grande también atrae a oportunistas. Las guías de la CNMV sobre chiringuitos financieros describen esquemas que prometen “elevados rendimientos” y acaban apropiándose del capital del inversor; advierten de que esos supuestos gestores no están autorizados y operan al margen de la supervisión.
Y mientras piensas qué hacer con tu dinero, la Lotería sigue haciendo el suyo incluso con los décimos que nadie compra. Así, los décimos no vendidos son propiedad del Estado y que, si uno de esos números resulta agraciado con un gran premio, el dinero no va a parar a manos de particulares, sino que regresa directamente a las arcas del Estado. Además, los décimos premiados caducan a los tres meses desde el día siguiente al sorteo; pasado ese plazo, el Gordo pasaría a las arcas del Estado, ya que se queda con todos los premios no repartidos.
En resumen: el Estado sabe muy bien qué hacer con el dinero que se queda en el bombo o que nadie cobra. Si la suerte te sonríe en 2025, la verdadera decisión está en tu lado: tomarte tiempo, blindarte frente a chiringuitos y construir, con ese premio, algo que dure más que el eco del 22 de diciembre.

