La exabogada de Ramón, uno de los asesinos de Sandra Palo: "Eran conscientes de lo que hacían, las penas deben endurecerse"

Emilia Zaballos, abogada de uno de los condenados por el crimen de Sandra Palo, recuerda el caso en la web de Informativos Telecinco
Caso Sandra Palo: ¿dónde están ahora sus cuatro asesinos? Los que quedaron en libertad volvieron a delinquir
La crónica negra de España registra numerosos crímenes en los que los verdugos pudieron encontrar una sensación de impunidad después de los hechos cometidos. Uno de ellos es el caso Sandra Palo, un brutal asesinato que tuvo lugar en Madrid el 17 de mayo de 2003, hace justo 22 años.
A la joven getafense la agredieron sexualmente y la mataron cuatro jóvenes, de los que tres eran menores de edad. Salvo el que era un adulto, los otros tres implicados pasaron ocho o menos años en centros de reeducación y quedaron en libertad. Todos volvieron a delinquir.
Con motivo del aniversario de este crimen, Emilia Zaballos, la que fuera abogada de Ramón, uno de los menores condenados, recuerda en el portal web de Informativos Telecinco cómo afrontó el caso y reflexiona sobre si hubiera que modificar y actualizar de nuevo la Ley del Menor, una cuestión que sigue generando debate en la actualidad. La letrada asumió una defensa sobre la que tuvo muchas dudas. Y siempre ha mostrado empatía por la familia de la víctima.

El papel de la abogada en el caso Sandra Palo: "lo primero" que se replanteó fue "no llevar su defensa"
Sandra Palo, diagnosticada con una discapacidad psíquica por un accidente de tráfico cuando era adolescente, había ido a tomar algo con su grupo de amigos del taller ocupacional al que acudía todas las semanas. La vecina de Las Margaritas pasó con ellos varias horas y decidió regresar en autobús a su casa. Iba acompañada de un amigo. Sin embargo, en la parada fueron sorprendidos por cuatro jóvenes que iban montados en un coche verde. Entonces, uno dijo 'me quiero liar con esa'. Los criminales intimidaron a los jóvenes con un cuchillo, les hicieron subir al vehículo y, en mitad del camino, hicieron apearse al amigo de Sandra.
Posteriormente, se detuvieron en un callejón de Leganés, junto a una empresa ubicada en la carretera de Toledo (N-401), cerca de Villaverde y, después de violar a la joven entre todos, la atropellaron en al menos ocho ocasiones y quemaron el cuerpo con gasolina. Las autoridades investigaron lo ocurrido y, entrado el mes de junio de 2003, arrestaron a 'El Malaguita', 'Ramón', 'Ramoncín' y 'El Rafita'. El primero de ellos era el único con 18 años. En ese momento entró en escena Emilia Zaballos.
"Me contrataron como abogada particular. Ramón fue el primero en ser detenido, apenas unas semanas después del crimen, en junio. Y fue el primero en declarar. La Policía le convenció. Le dijeron que le iban a ayudar, que tenía que colaborar y contó absolutamente todo. Confió en los agentes, dio todos los nombres y narró todo. Incluso con detalles de cómo se cometió todo", explica la abogada, que asegura que, cuando escuchó el relato, "lo primero" que se replanteó "fue no llevar su defensa".

La reflexión de la abogada sobre la posibilidad de aumentar las penas a menores con delitos de sangre
"Me pareció brutal todo lo que había descrito", precisa Zaballos, que cambió de opinión al saber que el criminal no tenía ningún medio para tener una defensa, ni sabía cómo afrontar ese proceso. "Cuando la jueza le dio su declaración para que la leyera, empezó a llorar y me dijo que no sabía leer y que nunca le habían llevado a la escuela. Nadie le inculcó valores. Vivía con su abuela y sus padres le abandonaron. De pequeño comía de contenedores. Durante toda su vida, además, nadie había comunicado a asuntos sociales su situación. Decidí hacerme cargo de la defensa porque todo el mundo debe tenerla, es un derecho. Ahora, la forma de vida que tenía y el hecho de que la sociedad no atienda a situaciones de vulnerabilidad no justifica lo que hizo. Bajo ningún concepto", agrega la letrada, que subraya que ella solo hizo su trabajo como profesional.
Ramón, que vivía en la Cañada Real, cumplió la condena que determinaron para él siendo menor; ocho años en un centro y cinco en libertad vigilada. "No tuve más contacto con él. Las noticias sobre si volvió a delinquir me han llegado por la prensa. Sé que tuvo muchos problemas. Y es que, si me hablas de reinserción, yo quiero creer en ella. Pero con determinados delitos tan graves, y sobre todo cuando hay incluso delitos a nivel sexual, es muy difícil. En el caso de los menores es reeducación, y también es complicado", comenta la exabogada del joven condenado, que considera que las penas, tanto en este caso como en otros ocurridos con menores implicados, debieron y deberían ser mayores.
"La responsabilidad penal debe rebajarse de los 14 a los 12 años para todos los delitos. Porque la edad en la que uno es mayor o menor de edad no tendría que ser el dato administrativo del DNI. Depende de la madurez, el entorno y las circunstancias de cada uno. Hay personas que con 25 años son súper inmaduras y se dejan influenciar. Pero hay personas que con 13 o 14 años, y concretamente estos niños, sabían lo que hacían. Ramón estaba ya casado cuando lo conocí. A los 15 años", explica Zaballos, que también asumió años atrás la defensa del asesino del caso Anabel Segura y creó la Fundación Zaballos para la defensa de los derechos constitucionales.

Emilia Zaballos considera que en el caso Sandra Palo ya hubo una 'manada': "Se cumplían todos los requisitos"
La abogada considera que hay una "desproporcionalidad" entre los delitos leves y los delitos graves: "En los delitos leves hay penas muy grandes. Y en los graves, sobre todo delitos de sangre con delitos sexuales, a pesar de que con el tema de los adultos ya se ha corregido, las penas con los menores tendrían que ser mayores". Zaballos, además, asegura que el término de 'manada' ya se comenzó a utilizar con asiduidad a raíz de este caso, ya que "se cumplían todos los requisitos".
"Hubo un ensañamiento, un sufrimiento innecesario y daños colaterales. Ante un sufrimiento de este nivel no hay forma de que una familia pase el duelo. No hay forma de resarcir, aunque estuvieran toda la vida en prisión. Y el duelo es muy complicado de cerrar. Además, lo que hicieron fue improvisado. Y caer en manos de unas personas que te violan y te asesinan, si además son 'chapuzas', el daño se incrementa de forma considerable. Muchas veces las leyes no van de acuerdo con lo que es el concepto de justicia y moralidad", detalla la experta.
Zaballos ha mostrado en multitud de ocasiones su "apoyo" a la madre de Sandra Palo, quien ha honrado la memoria de su hija durante estos 22 años y siempre pidió una mayor pena para los asesinos y modificar en profundidad la Ley del Menor. El espíritu de alegría de la joven getafense sigue presente. Y el crimen no debe caer en el olvido para que la sociedad sea consciente de los hechos que se cometen y no se vuelva a repetir. Estos días son muchos los que pasan por el monolito en memoria a Sandra Palo en el Parque Castilla-La Mancha de Las Margaritas para rendirle homenaje. Su recuerdo perdura en el tiempo.
