Lo que un mecánico recomienda no decir nunca en el taller para evitar que te cobren más
Los mecánicos recomiendan evitar meter las narices en su trabajo diciendo cómo tiene que ser la reparación.
Llevar tus propias piezas, decir cuáles tienen que ser los pasos de la reparación o no aceptar el diagnóstico son algunos ejemplos a evitar.
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Puede que, junto con los dentistas, uno de los profesionales que más tememos por el dolor que nos va a suponer pagar la factura son los mecánicos. Cuando tenemos una avería, nos puede romper la contabilidad del mes la reparación, pero este coste se puede acrecentar si no tomamos ciertas precauciones que pueden repercutir en el precio final del servicio. A continuación, rescatamos el testimonio de unos mecánicos con las cosas que no decir nunca en el taller.
El consejo de un mecánico para que no te cobren de más
David Long, un mecánico profesional conocido en redes sociales como “Car Wizard”, ha compartido con sus seguidores una serie de consejos para que los clientes eviten una serie de comportamientos que se pueden traducir en un incremento en la factura de la reparación o revisión de tu coche.
Según este mecánico, lo primero que hay que evitar es decir que arreglen todo. Un vehículo tiene un número enorme de piezas y, técnicamente, estás dando tu aprobación para que cambien prácticamente cualquiera de ellas, sea cual sea el estado, si todavía puede aguantar unos cuantos miles de kilómetros o si era necesario cambiarlo para la avería por la que has acudido al taller. El mecánico recomienda mejor que se haga un diagnóstico y, posteriormente, se llegue a un acuerdo a de aprobación o denegación de las reparaciones que habrá que hacer. Dar ese primer consentimiento da pie a que se pueda engordar enormemente la factura del servicio.
La segunda cosa que evitar es dar un diagnóstico previo al mecánico. “Nadie sabe concretamente aún qué le pasa a tu coche, pero tú dices 'he leído online o he investigado en Google que esto es lo que le pasa a mi coche, así que solamente quiero que arregles eso y nada más'”. Esto puede causar graves problemas, porque el mecánico hará lo que le pidas y, si eso sirve o no para solucionar el problema, “ya no será problema del mecánico”. Puede que por querer ahorrar unos euros hoy, la avería se agrave y salga más caro a la larga.
Otro error a evitar es decir al mecánico los pasos de la reparación. El mecánico sabe por sí mismo cómo afrontar el desmontaje, reparación y posterior montaje de tu vehículo. Si tú le dices que lo haga en el orden que tú creas, generalmente pensando en ahorrar un dinero en el coste por el tiempo de mano de obra, el mecánico lo hará sin discutir, aunque en su mente esté pensando “podría hacerlo más rápido, pero como quieres hacerlo a tu manera, te cobraré encantado por quitar todas las piezas extra”.
En cuarto lugar, la recomendación es no empeñarse en estar presente en la reparación. Por mucha curiosidad que tengas sobre cómo se va a llevar a cabo la reparación, lo que estás queriendo decir voluntaria o involuntariamente es “no confío en ti” o “creo que es la primera vez que haces esto y quiero ver cómo lo haces”. Según la opinión de Long, “sea lo que sea que hagas para ganarte la vida, ¿quieres que alguien esté presente en cada paso? El mecánico tampoco quiere eso”.
Por último, David Long recomienda no llevar tú mismo las piezas que se necesitan cambiar. Aunque creas que vas a ahorrar, el taller las puede conseguir más baratas incluso con el margen en el precio que van a ganar ellos. De este modo, podrán instalar las piezas con las que prefieran trabajar, las de mejor calidad según su criterio y además podrás tener una garantía completa de las mismas en vez de recurrir a ciertos proveedores online cuya procedencia y estado no queda muy claro.
No te comportes así en el taller
Si buscamos una segunda opinión aportada directamente por otros profesionales, el diario The Sun recopiló el testimonio de una serie de mecánicos con las principales cosas que hacen los clientes y que enfurecen absolutamente a quienes trabajan reparando coches. Esta es una muestra de algunas de esas cosas que no deberías hacer si no quieres molestar al mecánico y que eso repercuta en el precio de la factura de la reparación.
- Llevar tu coche al final del horario del taller: siempre que no sea inevitable, no lleves tu vehículo cuando el taller ya está a punto de cerrar, ya que no sentará muy bien al personal que quiere acabar su jornada laboral y regresar a casa después de un largo día de trabajo. Lo mejor es llevarlo a primera hora, por la mañana, para que haya más margen para realizar las reparaciones necesarias.
- Discutir cada aspecto del precio: no todos los mecánicos van a intentar estafarte. Puedes realizar un primer presupuesto, pero el precio de las piezas puede oscilar y no siempre será culpa del taller, sino de los proveedores de suministros. Enfadar a los mecánicos puede hacer que acabes pagando todavía más, en concepto de mano de obra.
- Llamar muchas veces para comprobar el estado de la reparación: es normal querer tener disponible el vehículo cuanto antes, pero si todo sigue dentro del plazo fijado cuando has dejado en el taller el coche, no va a solucionar nada que estés llamando cada dos por tres para ver cómo va la cosa. Solamente serás una molestia, enfadarás al personal y le harás perder más tiempo. Ya te llamarán cuando hayan terminado.
- Si la reparación es menor y va a llevar poco tiempo, no andes por el taller examinando cómo están haciendo las cosas o toqueteando las herramientas de los mecánicos. Puede ser inseguro e invasivo. Mejor quédate en las zonas de espera habilitadas para los clientes.
- Decir cómo tiene que hacer la reparación: por muchos conocimientos de mecánica que tengas, si has decidido acudir a un taller, ahí te vas a encontrar con un profesional que puede agradecer que expliques los síntomas de la avería, pero no que cruces la línea roja diciendo cómo tiene que encarar la reparación. Mucho peor es si encima te pasas de bocazas y tu conocimiento se basa solamente en lo que has leído en Internet.
- Compararlos con otro taller: aunque tengas un taller habitual donde te vaya de maravilla, no es plato de buen gusto para este otro taller que estés constantemente comparando. Empieza con buen pie en el nuevo taller y no les hagas sentirse en una constante competición.
- Evita los enfados si se produce un retraso: puede que el volumen de trabajo o una pieza que se está complicando conseguir acaben afectando al plazo inicial que acordasteis, pero no lo pagues con el personal del taller, que probablemente lo habrá hecho lo mejor posible. Seguro que ellos quieren terminar el trabajo, cobrarlo y sacar tu coche del garaje tanto como tú.