Cambiar tus neumáticos por otros usados: cuándo es legal, cuándo no, y cómo asegurarte de que no te estafan
Los neumáticos "kilómetro cero" pueden ser una solución más económica, pero a la larga pueden salir más caros si no se tienen en cuenta ciertos aspectos.
¿Qué rueda aumenta el riesgo de accidente ante un pinchazo?
El cambio de neumáticos es un mantenimiento básico en nuestro vehículo. Teniendo en cuenta que son el único elemento que conecta con la carretera, es crucial a nivel de seguridad vial que estén en unas condiciones lo más perfectas posibles. Según las recomendaciones de la DGT, las gomas de las ruedas deben cambiarse cuando la profundidad del dibujo de la banda de rodadura alcanza el límite legal de 1.6 mm, o si presentan daños visibles como cortes, grietas o deformaciones. Además, se recomienda sustituir cada par de neumáticos cuando han alcanzado 5 años de edad o superado un límite de entre 40.000 y 50.000 kilómetros.
Pros y contras de los neumáticos de segunda mano
La venta de neumáticos de segunda mano no está prohibida en España, ya que no existe ninguna normativa o legislación al respecto. De la misma forma, esta falta de legislación también significa que no hay mecanismos para controlar el estado y la calidad de estos neumáticos que venden estos talleres y no tienes más que la palabra y la confianza que te generen para saber si te están dando buen género.
No nos vamos a engañar: el principal y único motivo para montar neumáticos usados es económico, para ahorrar dinero. Estas gomas suelen ser más baratas que montar ruedas nuevas en tu coche. Sin embargo, como lo más normal es que no sean precisamente kilómetro cero, sino que tengan al menos desgastada un 30% la banda de rodadura, lo barato puede salir caro. Con cierto desgaste, el neumático va a tener una vida útil más corta que puede que no merezca la pena por el ahorro que has conseguido. Además, un neumático algo desgastado acaba haciendo consumir más combustible. Concretamente, las estimaciones hablan de que el consumo se puede incrementar hasta un 50% debido al desgaste y la pérdida de adherencia que existe como consecuencia.
En cuanto a la procedencia de estos neumáticos “como nuevos”, en la mayoría de los casos vienen de vehículos siniestrados. Teniendo en cuenta estos condicionantes, ya debería resultar un argumento suficientemente poderoso como para rechazar esta opción. En estas condiciones, aunque pueda parecer que a nivel estético están impolutos, no se puede saber si la estructura interna del neumático fue dañada en el accidente. Si no vienen de estos casos, lo más probable es que fueran las gomas de otros vehículos que ya han experimentado su vida útil.
Otro aspecto importante a tener en cuenta es la compatibilidad del neumático usado con nuestro vehículo. Incluso aunque las medidas de la goma parezcan las mismas que las que solemos montar nosotros, no es recomendable poner un neumático que ya tiene encima una cantidad de kilómetros en un coche con diferente geometría. Por tanto, una vez que montemos ese neumático, el desgaste anterior nos afectaría.
Lo que no sería tan grave a nivel de reutilizar neumáticos sería hacerlo con los nuestros. Teniendo en cuenta que las ruedas suelen desgastarse de forma diferente según los ejes (delanteros y traseros), puede que necesitemos cambiar por borrado del dibujo, edad o kilometraje solamente uno de estos pares. Lo que suele hacerse es que, como los neumáticos delanteros se desgastan más rápido debido al peso del motor, se pueden colocar (si no estaban desgastados por encima del 70%) en el eje trasero para alargar algo más su vida y hacer lo mismo al contrario para que los menos desgastados se igualen. Esta acción, conocida como permuta de neumáticos, alarga la vida útil de tus neumáticos dentro de un vehículo con el que comparte geometría (y puede salir más rentable que cambiar las cuatro ruedas por unas de segunda mano).
El truco para saber la edad de un neumático
Cuando se opta por un neumático de segunda mano, además de todos los posibles deterioros que hemos comentado anteriormente, puede que nos quieran engañar y darnos unas gomas más antiguas de lo recomendable. Como hemos dicho antes, uno de los criterios para cambiar de neumáticos es que hayan pasado 5 años, por lo que, si los repuestos tienen esa o más edad, no servirían de nada a nivel del incremento de seguridad esperado para este mantenimiento.
Tal y como informa la Guardia Civil, en lo que deberíamos fijarnos es en las últimas cifras del DOT, el número de identificación del neumático en el que viene inscrita su fecha de producción. Debemos fijarnos que, por ejemplo, si el código DOT termina en '1524', significaría que el neumático fue fabricado en la semana 15 del año 2024. Esta es la mejor forma de asegurarnos de que no nos están colando unos viejos haciéndolos pasar por recientes.
La edad de las gomas es un criterio más de la degradación de las mismas. Sin embargo, no es el único, ya que incluso aunque fueran relativamente nuevas, hay muchos condicionantes a nivel de seguridad en el uso de gomas de segunda mano como para que merezca la pena tanto estas ofertas. Aunque el año indicado en el DOT sea apto, puede tener muchos factores que hagan que ese neumático no sea recomendable (o al menos no mucho más que aquel que quieres sustituir), como desgastes por frenazos, vehículos parados durante mucho tiempo, cristalización del compuesto de las gomas, haber circulado con presiones defectuosas, etc. Todos estos posibles vicios ocultos hacen que, por mucha confianza que dé la cadena que los vende, nunca tengamos tantas certezas como con unos nuevos.