La cresta del diablo: la ruta con más de 1.000 metros de altitud

La Cresta del Diablo de Jaén
La Cresta del Diablo de Jaén
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MadridVivimos en un país de lo más rico en diversidad paisajística, que es capaz de ofrecer un sinfín de rutas diferentes para los amantes del senderismo y el alpinismo. Entre estas rutas destacan dos con un nombre singular: la Cresta del Diablo. Aunque comparten denominación, sus características y desafíos son netamente diferentes. La primera se encuentra en la Sierra de Jabalcuz, en Jaén, y la segunda forma parte del macizo del Balaitús, en los Pirineos. 

La Cresta del Diablo en Jaén: una experiencia para senderistas

Ubicada en la Sierra de Jabalcuz, en la provincia de Jaén, esta ruta de senderismo es ideal para quienes buscan disfrutar de vistas impresionantes sin encontrarse con caminos que tengan un nivel de dificultad extremo. Con una altitud máxima de 1.244 metros sobre el nivel del mar, la Cresta del Diablo ofrece un recorrido circular de aproximadamente 11 kilómetros que se completa en unas cinco horas.

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El itinerario atraviesa paisajes variados que incluyen bosques de pinos, tramos rocosos y zonas abiertas que permiten divisar la ciudad de Jaén y el cerro de La Peña. La ruta es especialmente atractiva en días despejados, cuando las vistas se extienden hasta las sierras cercanas. No se requieren autorizaciones específicas para realizarla, pero es importante no olvidarse de llevar suficiente agua, calzado adecuado y protección solar, especialmente durante los meses más cálidos del año.

La Cresta del Diablo en el Balaitús: un reto para alpinistas experimentados

En contraste con la ruta de Jaén, la Cresta del Diablo en el macizo del Balaitús, en los Pirineos, es un desafío reservado para montañeros experimentados. Con una altitud que alcanza los 3.144 metros en la cima del Balaitús, esta travesía es conocida por su complejidad técnica y sus pasos de escalada. 

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La Cresta del Diablo en Balaitus

La aproximación comienza en el embalse de La Sarra, en el valle de Tena, desde donde se asciende al refugio de Respomuso. Desde este punto, los alpinistas inician la travesía hacia el collado del Canino, pasando por las emblemáticas agujas de la cresta, como la Punta Lucifer y los Tridentes. El recorrido incluye pasos de escalada de hasta grado IV+/V y requiere de conocimientos avanzados de aseguramiento y progresión en crestas aéreas. Para los valientes y expertos montañeros que se atrevan a recorrerla, la calidad del granito y las vistas panorámicas de los Pirineos hacen de esta experiencia algo inolvidable.

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Similitudes y diferencias: dos rutas, dos mundos

Aunque ambas rutas comparten el nombre "Cresta del Diablo", representan experiencias muy diferentes. La versión jienense es accesible para senderistas con una condición física moderada y se centra en el disfrute del paisaje y la conexión con la naturaleza. Por otro lado, la ruta pirenaica es una travesía técnica que demanda preparación física, habilidades avanzadas y equipo especializado.

Ambas, sin embargo, destacan por la belleza de sus paisajes y la sensación de aventura que ofrecen. La elección entre una u otra dependerá del nivel de experiencia y las expectativas de cada visitante.

La Cresta del Diablo en Jaén no solo ofrece una experiencia de conexión con la naturaleza, sino también un viaje al pasado geológico de la región, con formaciones rocosas que cuentan historias de millones de años. Por su parte, la ruta en el Balaitús es un homenaje a los exploradores y montañeros que han buscado superar los límites humanos en las alturas.

Independientemente de cuál se elija, ambas rutas encarnan el espíritu aventurero y la conexión con la naturaleza que define a nuestro territorio como un destino imprescindible para los amantes del senderismo y el alpinismo. Con la preparación adecuada y respeto por el entorno, cada paso en alguna de las Crestas del Diablo prometen ser experiencias inolvidable.