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Tabarca, la isla habitada más pequeña de España: la belleza natural de su paisaje la hace única

Tabarca, la isla habitada más pequeña de España: su belleza natural la hace única
Numerosos bañistas se refrescan en una playa de Tabarca, la isla alicantina que cada año atrae a miles de visitantes. EFE
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AlicanteEspaña ofrece la posibilidad, tanto a sus ciudadanos como a los millones de turistas internacionales que la visitan cada año, de disfrutar de paisajes que parecen auténticos escenarios de películas gracias a su encanto y belleza natural.

Uno de esos lugares que bien merecen una escapada, y que no pasa desapercibido tampoco fuera de nuestras fronteras, es la Isla de Tabarca. Situada frente a la ciudad de Alicante, a 22 kilómetros de la ciudad costera y cerca del cabo de Santa Pola, resulta un magnífico destino incluso en los meses de invierno.

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Este tesoro de la Comunidad Valenciana, de apenas 1.800 metros de largo por 400 metros de ancho, forma parte de un reducido archipiélago junto a los islotes de Nao, La Galera y La Cantera. Hace unos años, en plena pandemia, llegó a ser un espacio sin coronavirus.

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Bien de Interés Cultural

Aunque en la época estival se dispara hasta los 10.000 visitantes diarios, Tabarca cuenta con una población de unos 50 residentes. Por ello, se trata de la isla habitada más pequeña de nuestro país. No obstante, sus primeros datos demográficos se remontan al siglo XVII, con más de 300 habitantes.

Las personas que llegan a esta isla, algunas ya desde hace varios años, pueden disfrutar de actividades como el buceo, la pesca, el senderismo y la visita a su pequeño pueblo de pescadores, con sus calles empedradas y casas típicas de estilo marinero.

Además, pueden disfrutar de sus playas paradisíacas de arena blanca y de sus aguas cristalinas, ideales tanto para el baño como para la practica de deportes acuáticos. La isla entera está declarada Conjunto Histórico Artístico y Bien de Interés Cultural.

En el año 1986, recibió la protección de Reserva Natural Marina. Con una forma rectangular y una superficie total de 1.754 hectáreas, sus fondos oscilan entre los 0 y 40 metros de profundidad y albergan praderas de Posidonia oceánica en óptimo estado de conservación, lo que favorece la regeneración de los recursos pesqueros de la zona.

Mayor población de gatos que de humanos

La web griega 'Ieidiseis' se hace eco de un estudio publicado en 2023 que demostró que en Tabarca hay el doble de gatos que de personas, con una densidad general de felinos que está entre las más altas registradas (308 gatos/km²) y que varía entre el área urbana (1.084 gatos/km²) y el área de matorral deshabitada (27 gatos/km²).

Dicha publicación del país heleno apunta que es un sitio "con un patrimonio natural y cultural inigualable" que, a pesar de que recibe visitas diarias en barco, "consigue mantener su autenticidad".

Por otra parte, indicaremos que existen diferentes medios de transporte que operan durante todo el día, pudiendo zarpar desde Santa Pola, Torrevieja, Alicante o Benidorm. El transporte más común y elegido entre los viajeros es la Tabarquera.

Se trata de un barco de grandes dimensiones, tipo catamarán, que hace de esta travesía un paseo muy agradable y con vistas a los bonitos paisajes de la costa mediterránea. Algunas embarcaciones disponen de visión submarina.

Repoblación con familias genovesas

La historia de Tabarca también resulta fascinante. Durante siglos, los corsarios musulmanes emplearon la isla como refugio y base de operaciones. Para terminar con estas incursiones, el rey Carlos III ordenó en 1760 fortificar la isla y repoblarla con familias procedentes de Génova, liberadas de la esclavitud tras años de cautiverio en Túnez.

Aquel proyecto dio lugar a las murallas de piedra que aún la rodean, aunque hoy en día apenas quedan restos de las almenas originales. Tres puertas continúan en pie: la de San Rafael, la de San Gabriel y la de San Miguel. Entre sus construcciones destaca la Iglesia de San Pedro y San Pablo, levantada en 1779 con una marcada inspiración barroca.

De aquella misma época se conserva la Casa del Gobernador, hoy en día convertida en hotel, lo que permite a los visitantes alojarse en un establecimiento repleto de memoria e historia. Otros lugares emblemáticos son el Museo de Nueva Tabarca, las cuevas del Llop Marí, la Torre de San José del siglo XV o el faro del siglo XIX, desde donde se pueden contemplar unas puestas de sol verdaderamente espectaculares.

En cuanto a la gastronomía, que sin duda también es uno de los importantes reclamos turísticos de la isla, destacan el caldero tabarquino, considerado joya gastronómica nacional, el gazpacho de mero, los arroces, el marisco fresco y las frituras. Para el mencionado guiso marinero se suelen utilizar pescados de roca como el mero, el cabracho o el rape.

Por último, señalar que el clima es mediterráneo seco, con una temperatura media anual de 17 grados centígrados, máximas de 35ºC en agosto y mínimas de 5ºC en el mes de enero.