Consigue que el pollo no quede seco con estos consejos de cocina

  • Ni muy hecho ni muy crudo: descubre el punto justo para cocinar pollo sin que quede seco y mantener todo su jugo

Hay alimentos cuya preparación resulta especialmente delicada: cuando están en su punto, son deliciosos; cuando nos pasamos o no llegamos, pueden ser un desastre para el paladar. Es el caso del pollo: nada peor que un pollo seco para estropear esta materia prima y arruinar un plato que, para que sea verdaderamente sabroso, debe quedar jugoso pero bien cocinado. ¿Cómo evitar que el pollo quede seco al cocinarlo?

Cómo cocinar el pollo para evitar que quede seco

A todos nos ha pasado alguna vez: compramos una pieza de pollo y, por pasarnos con el tiempo de cocinado, ésta acaba seca y difícil de masticar. Lo cierto es que encontrar el punto exacto para cocinar este alimento no es del todo fácil. Al contrario de lo que ocurre con otras carnes, como la ternera o el cerdo, un pollo que quede un poco crudo resulta desagradable, por lo que tenemos menos margen para acertar. Sin embargo, seguir ciertos consejos y trucos puede ayudarte a pillarle el punto exacto a esta carne blanca, uno de los alimentos más adictivos.

Lo primero es tener en cuenta de qué parte del pollo estamos hablando. La pechuga es, en general, más seca que otras zonas (por ejemplo, el muslo), por lo que una buena manera de acertar sin complicarte demasiado es simplemente evitar comprar aquellas piezas que te compliquen la tarea. En el caso del muslo, normalmente éste contiene más grasa y su carne es más tierna y jugosa.

Además, siempre será mejor cocinar pollo fresco (y de buena calidad) que pollo descongelado. Y es que en el proceso de congelado se pierde cierta humedad y la carne se ve afectada por este proceso. La carne fresca quedará mas tierna y retendrá mucho mejor los jugos de la cocción. Si no queda otro remedio que usar pollo congelado, intenta respetar el tiempo óptimo de descongelación: sácalo del congelador al menos 12 horas antes de cocinarlo y luego mantenlo a temperatura ambiente un rato antes de prepararlo.

Una manera de lograr que el pollo quede más jugoso (sobre todo si es pechuga) es cocinarlo al horno untando la fuente con mantequilla y cubriéndola con papel para horno también untado en mantequilla en su parte inferior, de manera que la hoja de papel sobresalga alrededor de la fuente. también puedes añadir especias y hierbas aromáticas a tu gusto. De esta manera, el calor y la humedad se conservarán mejor en la fuente y el resultado será más jugoso. La temperatura del horno debe ser de entre 190-200 grados. Normalmente basta con 40 minutos, pero es recomendable vigilar de vez en cuando porque, lógicamente, dependerá de la cantidad de piezas que cocines, de su tamaño y grosor...

Si decides preparar pollo en sartén, un truco eficaz es intentar igualar el grosor de las piezas, especialmente en el caso de las pechugas, para lo que puedes valerte de un mazo con el que golpear su parte central para aplanarlas. Luego, condiméntalas a tu gusto y calienta la sartén a fuego alto con un poco de aceite para bajarlo en el momento en que vayas a introducir las pechugas. Séllalas durante un minuto por cada lado y tapa la sartén para dejarlas a fuego muy bajo durante unos 10 minutos (de nuevo, dependerá de su grosor). Con ello conseguirás que se terminen de cocinar en su jugo. Déjalas reposar otros 10 minutos con el fuego apagado y estarán listas para servir.

En cuanto al pollo a la plancha, los expertos aseguran que lo mejor es, después de igualar las piezas, sumergirlas en un litro de agua con una cucharadita de sal durante 30 minutos. Luego, calienta la plancha y unta las pechugas con aceite para cocinarlas alrededor de 3 minutos por cada lado a fuego medio.

Además, es bueno saber que el pollo no debe cocinarse nunca a más de 75 grados si queremos evitar que se seque. Puedes usar un termómetro de carne para controlar el proceso. Otro elemento clave es tener en cuenta que el grosor y tamaño de las piezas que vayas a cocinar debe ser similar para evitar resultados dispares.

Por último, en cuanto a cómo calentar el pollo sin que se seque cuando ya lo hemos cocinado previamente en su punto, lo mejor es usar el horno, tanto para conservar sus cualidades como para que se reseque lo menos posible. El microondas es un electrodoméstico a evitar para este proceso.