Escapada exprés: playas de la península en las que no hay un alma en Semana Santa

eltiempohoy.es 07/04/2019 12:34

Lo de irte a la playa unos días no se te ha ocurrido sólo a ti, eso quiere decir que habrá muchas que estén hasta arriba. Otras, ya sea porque son menos conocidas, por las dificultades de accesibilidad o porque el buen tiempo no está asegurado, te las puedes encontrar casi vacías. Te recomendamos algunas de las más tranquilas de la península para tu escapada de Semana Santa.

Playa de los muertos. Almería

Está situada en la reserva natural del Cabo de Gata, en el municipio de Carboneras y debe su nombre a los náufragos que llevaban las corrientes a la costa, no obstante, también recuerda que se trata de una playa muy peligrosa para el baño si hay viento fuerte de levante.

Lo habitual es que en esta época del año te la encuentres vacía porque es la típica playa en la que, por su complicado acceso (hay que andar unos 700 metros de camino empinado y finalmente descender por un barranco), no está demasiado concurrida ni en pleno verano. Merece la pena porque se trata de una playa virgen (no hay papeleras, ni chiringuitos, ni nada que se le parezca) de aguas cristalinas en la que la práctica del snorkel es casi obligatoria.

Playa de la flecha en El Rompido. Huelva

Seguimos en Andalucía, pero nos vamos a la otra punta del mapa. Esta es una de las playas más salvajes y tranquilas de Huelva, ya que sólo se puede acceder en barco. Hay dos líneas de ferry que te llevan a esta playa, pero una sólo funciona en verano. La que sí está activa en Semana Santa, tiene servicio diario desde el 5 de abril hasta el 3 de noviembre. Una vez que desembarcas, accedes a la playa por una pasarela de unos 300 metros que debes recorrer a pie.

Es una playa muy extensa, poco concurrida incluso en verano, no sólo porque no atraviesa demasiada gente, también porque quienes lo hacen se asientan cerca de la pasarela, así que basta caminar unos metros para disfrutar de un día de playa idílico.

Playas de Sagres en el Algarve. Portugal

Ni una, ni dos, cuatro son las playas de las que puedes disfrutar en la costa meridional de Sagres: Tonel, Beliche, Mareta y Martinhal. Sagres es el paraíso para quienes practican surf, así que probablemente sólo encuentres surfistas en Semana Santa entre otras razones porque el agua está tan helada que difícilmente puedes pegarte un baño sin un traje de neopreno que te proteja.

Tonel, a la que se accede por la carretera que va hacia el Cabo de San Vicente (visita obligada para ver la puesta de sol en “el fin del mundo”) se sitúa bajo la fortaleza de Sagres, entre rocas de la edad Jurásica. Siguiendo esa misma carretera se encuentra Beliche, a la que se accede por una larguísima escalera, esconde un chiringuito entre las rocas. Mareta es una playa más amplia, se sitúa a los pies de los Jardines de Sagres, donde se concentran la mayoría de los hoteles, restaurantes y tiendas de la zona. Finalmente está Martinhal que, a pesar de estar enclavada en un resort familiar de lujo, no está masificada.

Playa de Xilloi, O Vicedo. Lugo

De un salto nos colamos en el norte de la península, si el tiempo lo permite, por supuesto. Esta playa con forma de concha tiene fácil acceso y cuenta con servicios de playa (en temporada estival) y hasta un buen restaurante junto al aparcamiento, pero está tranquila hasta en pleno verano, así que en Semana Santa es casi una playa privada. De arena blanca, suave oleaje y vistas al puerto de Bares, está protegida por dos acantilados y cuenta con una amplia zona de dunas por donde transcurre un riachuelo y aunque está algo apartada, también es ocupada por algunos bañistas.

La Arnía, Piélagos. Cantabria

Seguimos en el norte, de nuevo si es que el tiempo lo permite, y nos vamos a Cantabria. La de la Arnía es una playa de arena dorada a la que sólo se puede acceder a pie desde el aparcamiento. Situada sólo a 10 km de Santander, en la Costa Quebrada, al estar rodeada de acantilados ofrece un paisaje rocoso y salvaje poco común que, además, la guarda de los vientos. Y si te pilla en día malo, tienes junto al aparcamiento un restaurante con vistas a la playa (si reservas junto a la ventana), de aspecto modesto pero que cuenta con una carta de cocina tradicional en la que los arroces, los guisos y sobre todo los pescados te compensarán si el día no permite que te pegues un baño.

Cala Jugadora, Cadaqués. Gerona

Volvemos al Mediterráneo para instalarnos en una de las playas menos visitada de toda la Costa Brava. Cuando llegues, no te sorprenderá que su paisaje fuera uno de los favoritos de Dalí. Es una playa salvaje, sin servicios, protegida de la tramontana por su paisaje rocoso y poco transitada, ya que para acceder es necesario descender a pie durante unos 30 minutos por el lecho seco de un arroyo. Sus aguas transparentes invitan a practicar el snorkel y, principalmente, a hacer submarinismo porque el fondo marino esconde una impresionante colonia de posidonias en forma de bosque.