La sangre con sangre se paga: el Kanun albanés o la libertad quebrada

PILAR BERNAL 23/05/2008 17:56

La mente se le queda en blanco cuando le preguntamos por sus sueños, por lo que haría si mañana pudiera salir de casa. Dorina suspira y responde que prefiere no pensar en cosas que seguro no va a poder hacer, asume su secuestro. Ella es la mayor de cuatro hermanos, todos viven recluidos en la casa familiar, a salvo, porque las leyes del Kanun dictan que no se puede cobrar la venganza en el territorio seguro del hogar. También el jardín es zona franca, allí este código medieval, que dicta las vidas de miles de personas en Albania y Kosovo, dice que no puede derramarse sangre.

Su única esperanza es que se produzca un indulto de sangre, una tarea en la que trabajan ONG's y organizaciones religiosas como los franciscanos, que median entre las familias para que llegue el perdón. El hermano Përlala está harto de asistir a funerales. Ha mediado en decenas de casos pero confiesa que pocas veces se logra el acuerdo. Son los ancianos del clan los que más poder tienen para conseguir una reconciliación, que permita a las familias abandonar el encierro y volver a la vida. .

Los Marepepaj a punto estuvieron de conseguir el perdón de la familia con la que llevan treinta años enfrentados. La mala suerte hizo que otra venganza se cruzara en su camino. El hermano del hombre al que habían matado hace tres décadas fue a su vez asesinado por una tercera familia, hecho que anuló cualquier posibilidad de concordia. .

Nicoline tiene doce años y la mirada perdida. Confiesa que no entiende muy bien por qué razón nunca ha podido jugar un partido de fútbol fuera de su jardín o hacer amigos que no sean de su familia; tampoco tiene claro lo que es un colegio porque jamás ha estado en uno. Aprende lo básico con el profesor que, voluntariamente, acude una vez por semana a visitar a las decenas de niños que hay en esta situación en los suburbios de Shkodra, la ciudad más importante del norte de Albania. .

Los inmigrantes de las zonas montañosas del norte emigraron tras la caída del comunismo y extendieron sus arcaicas leyes a estas áreas urbanas. El Primer Ministro albanés, Sali Berisha, ha dicho que el imperio de la ley triunfará sobre el Kanun pero lo cierto es que, de momento, hay muchos afectados y el estado, como afirma el hermano Përlala, es indiferente al problema. El fraile franciscano asegura que es más frecuente en el norte albanés pero que también existe en el sur y hasta en la capital, Tirana, pero con menor intensidad. .

No es un problema exclusivo de Albania, en el recién nacido estado kosovar (provincia serbia para España) hasta la policía reconoce que existe una doble ley: la oficial y la del Kanum. Según el teniente Latifi, de la central de policía de Podujevo, en la frontera con Serbia, a menudo la ley extraoficial del clan es más poderosa que la que las autoridades representan. .

Mientras, Dorina sigue abrazándose con fuerza a los periodistas. En su vida ha visto muy pocos extraños más allá del médico o el profesor que les visitan de vez en cuando. No piensa en casarse, ni en estudiar, ni en trabajar "me bastaría con dar un paseo", musita antes de que nos marchemos con nuestra libertad un poco quebrada.

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