La expareja de Juana Canal rectifica y dice ahora que la encontró muerta, la descuartizó y la enterró en la finca de Ávila

Jesús P.H., el que fuera novio de Juana Canal en el momento de su extraña desaparición en 2003, ha confesado hoy a los agentes que la se encontró el cadáver de Juana Canal -rectificando tras confesar primero que la había matado-, la descuartizó y enterró su cadáver en dos bolsas en la finca de Navalacruz (Ávila), a la que volverá hoy para marcar los puntos donde estarían sepultados sus restos, han indicado a EFE fuentes de la investigación. Jesús ha llevado a los investigadores al lugar donde la había enterrado los restos tras confesar.

El detenido ha declarado ante los agentes este jueves en la Comandancia de la Guardia Civil de Ávila, desde donde va a ser trasladado a la zona de la localidad de Navalacruz donde aparecieron varios restos óseos de la mujer. En concreto, va a participar en la inspección de dos puntos donde se hallaron enterrados varios huesos de Juana Canal, ya que los investigadores creen que pudo ocultarlos en dos agujeros de una zona que no forma parte de la finca de la familia del hombre, ubicada en Navarredondilla, en el límite con Navalacruz.

Fue en 2019 cuando un senderista descubrió un fémur y el cráneo de la desaparecida, como así constataron las pruebas de ADN meses después.

Hace poco más de una semana, en la misma zona rural, un operativo conjunto de la Unidad de Delincuencia Especializada y Violenta (UDEV) de la Policía Nacional y la Guardia Civil de Ávila halló nuevos restos óseos que también pertenecerían a Juana Canal, concretamente otro fémur, la cadera, una costilla y parte de la columna vertebral.

La conversación en la que dijo Jesús P.H, expareja de Juana Canal dijo que no creía que le iban a descubrir, clave

Jesús fue detenido este miércoles en su domicilio de Fuente el Saz (Madrid), donde vive tras haber rehecho su vida, después de que la Policía descubriese una conversación telefónica con otra persona en la que deslizaba que no creía que los agentes le descubriesen.

El pinchazo del teléfono de J.P.R. fue autorizado hace semanas por el juzgado de Instrucción número 3 de Ávila, que de la misma forma impulsó la inspección de la Policía Científica y Judicial a finales de septiembre en la casa donde vivía Juana, en la calle Boldano del barrio madrileño de Pueblo Nuevo.

J.P.R. fue trasladado este mismo miércoles a la Comandancia de la Guardia Civil de Ávila, donde por la tarde ya participó en la inspección de las inmediaciones de la finca familiar en la que se centra la investigación. Una vez que finalicen estas diligencias, también autorizadas por el juzgado que lleva el caso, se prevé que el detenido pase a disposición judicial este viernes. En el momento de su desaparición, Juana Canal tenía 38 años, dos hijos y estaba divorciada, aunque tenía una nueva pareja, el ahora arrestado.

El 22 de febrero de 2003, el día de su desaparición, uno de sus hijos encontró en el piso familiar una carta en la que J.P.R. le decía que ella se había marchado después de una "discusión" y de haber ingerido muchas "pastillas".

La expareja de Juana, feriante de profesión, fue detenida ayer miércoles después de que el dispositivo de búsqueda hallara hace unos días más restos óseos en el mismo paraje de Ávila donde se localizaron más huesos en 2019. Ya habían inspeccionado la casa donde residía con su pareja Juana Canal, desaparecida en 2003 y hallada muerta en junio

El hombre fue arrestado cerca de Torrejón de Ardoz y se le trasladó a la finca de Ávila cercana al lugar donde aparecieron los restos en un dispositivo conjunto de Policía Nacional y la Guardia Civil. Fuentes de la investigación consultadas por Europa Press confirmaron que en las batidas en la zona de Navalacruz se habían encontrado restos óseos, pendiente de análisis, pertenecientes a un fémur y la cadera.

Además, la jueza que investiga el crimen de Juana autorizó el pasado septiembre un pinchazo telefónico para controlar las conversaciones de la expareja de la víctima.

Según las pesquisas, la expareja se habría delatado en una de las conversaciones telefónicas e incluso habría apuntado a la posible participación de una tercera persona en el traslado del cadáver del piso de la madrileña calle Boldano, en el distrito de Ciudad Lineal, donde se habría ejecutado presuntamente al crimen a la zona boscosa de Ávila donde se están hallando los huesos.

La Policía Nacional y la Guardia Civil de Ávila pusieron en marcha el pasado 17 de octubre en el término municipal de Navalacruz un dispositivo de búsqueda de restos mortales de Juana Canal Luque, la vecina de Ciudad Lineal desaparecida en febrero de 2003 y cuyo cráneo apareció en 2019 en esta zona.

La búsqueda se centraba en una zona de Ávila frecuentada por el sospechoso, la pareja de Juana de entonces, y donde se halló el cadáver en 2019. Una de las hipótesis de la Policía es que la víctima fue asesinada en su propio piso en Madrid y posteriormente su cadáver fue trasladado.

La mujer, que en 2003 tenía 38 años y vivía en Madrid con sus hijos y su nueva pareja, desapareció tras una fuerte discusión con este. Fue el 22 de febrero de ese año cuando uno de los hijos regresó al domicilio tras pasar la noche fuera y encontró una nota redactada por la pareja de su madre, que le indicaba que habían tenido una fuerte discusión y que ella había salido corriendo y no había logrado encontrarla.

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