El padre de Olivia, la niña asesinada por su madre, fue condenado por maltrato y 'actitud de dominación machista'

  • Los tribunales debían decidir sobre la guarda y custodia, primando el interés de la menor

  • La pareja acumulaba más de una veintena de denuncias cruzadas

  • Emilio había sido condenado a nueve meses de prisión por violencia de género y tenía una orden de alejamiento

Emilio y Noemí llevaban vidas muy distintas. Se casaron en 2015 y a partir del nacimiento de su hija Olivia entraron en crisis. En 2018 la mujer le denunció por malos tratos en presencia de la niña. Durante los últimos tres años, los juzgados habían ido tramitando y resolviendo los procedimientos penales y civiles que habían ido planteando. Acumulaban más de una veintena de denuncias cruzadas. En 2020 el hombre fue condenado a nueve meses de prisión por lesiones, malos tratos e injurias. Le impusieron una orden de alejamiento hacia la víctima.

La madre tenía la custodia porque la sentencia dictaminaba que, "partiendo de la base de que ambos progenitores tenían habilidades y capacidad para hacerse cargo de la niña, no era posible la custodia compartida porque el padre estaba incurso en una causa penal por violencia de género". Quedaba inhabilitado durante cinco años pero la pena quedó suspendida, bajo la condición de que el hombre no volviera a delinquir en los próximos dos años.

El pasado 27 de octubre, los progenitores celebraron la ultima vista para resolver definitivamente sobre la guarda y custodia de la pequeña y el traslado de la mujer a Gijón. Un juzgado había autorizado el pasado mes de junio que se mudase con su hija a Asturias y le había concedido al padre un régimen de visitas.

Finalmente se acordó que la pequeña debía quedarse con su padre, al entender que "la menor tenía sus raíces en la provincia de Segovia, su familia extensa, colegio, vecinos y amigos" y ese era el interés superior. Una decisión que se contradecía con la de la sentencia de 2020, que determinaba "que otorgar la exclusiva paterna supondría unos cambios en la situación que causaría una desestabilización emocional y de hábitos en Olivia".

La Audiencia entendió entonces que la niña había estado viviendo con la madre desde su nacimiento, pero también desde la ruptura de la pareja en julio de 2018, sin que hubiese sufrido perjuicio alguno en su desarrollo o estuviese mal atendida. El padre pretendía modificarla a toda costa y debía demostrar que el cambio de custodia iba a beneficiarle.

Emilio denunció a Noemí, alegando que incumplía el régimen de visitas, que le permitían ver a la niña un día entre semana y fines de semana alternos. Aún así, Olivia había pasado unos días con él en Palazuelos de Eresma, antes de morir. El juzgado había dictado un auto por el indicaba a la mujer que tenía que regresar a la localidad castellano leonesa ya que se había marchado antes de dictarse la resolución judicial y de modificar las medidas correspondientes. La mujer decidió entonces acabar con la vida de su hija y suicidarse.

Violencia machista

"Noemí era muy infeliz en el matrimonio, ya que su marido mantenía una actitud fría y distante", recoge una sentencia del Juzgado de lo Penal número 1 de Segovia, del 19 de octubre de 2020. Según diagnosticaron los médicos forenses sufría estrés y padecía cefaleas frecuentes.

El conflicto aumentó en el verano de 2017, planteándose la separación en distintas ocasiones. Hasta que el hombre decidió dar la relación por rota. Aún así seguían compartiendo el domicilio y mantenían constantes discusiones delante de su hija.

La mañana del 28 de julio de 2018, "la madre fue a atender a la niña que estaba llorando cuando el padre le regañó diciéndole: 'estás malcriando a la niña, hay que dejarla llorar, estoy hasta los cojones de ti y de la situación. Fírmame el papel y vete a buscar un abogado', agarrándole del brazo izquierdo, zarandeándola y golpeándola en el mismo brazo y en la espalda", recoge el auto.

Según manifestó Noemí, él le presentó un convenio regulador para que lo firmara, a lo que ella se negó. Como consecuencia de esta agresión, sufrió lesiones en el hombro y el brazo izquierdos, hematomas y una crisis de ansiedad, que precisaron asistencia médica y tardaron 10 días en curar.

Sin embargo, el magistrado dictaminó que no quedaba suficientemente acreditado que Emilio le maltratara habitualmente, aunque "el hecho de que le iba a plantear la custodia compartida le perjudicaba y resultó diagnosticada de reacción de estrés agudo". Le pusieron un tratamiento médico consistente en farmacología y psicoterapia.

Emilio siempre se ha limitado a negar los hechos y a poner en duda la versión de su exmujer. En su relato alegó que la pelea se había desencadenado porque ella no quería el divorcio y le ponía "un camino lleno de obstáculos". Fue condenado a nueve meses de prisión y el Juzgado de Instrucción n° 3 de Segovia dictó una orden de alejamiento que le impedía acercarse a menos de 500 metros.

Este auto fue declarado nulo por la Audiencia Provincial de Segovia por Auto de 27 de noviembre de 2018 dejando sin efecto las medidas acordadas, después de que el letrado de Emilio lo recurriera. El Juzgado de Instrucción n° 4 de Segovia dictó un nuevo auto de 5 de diciembre de 2018, en el que se volvieron a adoptar las medidas de protección.

Dominación machista

Noemí se fue a vivir a Gijón, donde había alquilado el piso en el que acabó con la vida de su hija. Un juez consideró que el hombre "dio rienda suelta un impulso de actos unilaterales y lo ejerció de diversas formas sobre su compañera sentimental con el fin de demostrarle su corte machista. Una violencia con la que avasalló y subyugó a la mujer y que demuestra una actitud de dominación".

Fue condenado a nueve meses e prisión por un delito de malos tratos, "que se realiza en el domicilio familiar y con presencia de la hija menor, que aunque tiene unos dos años se empapa del clima de violencia". Es la pena mínima contemplada para estos hechos.

Ahora Noemí se encuentra en prisión provisional en la cárcel de Villabona, acusada de asesinar a su hija. "Antes de dejarla con su padre, la mato", escribió a su hermano en un mensaje de Whatsapp a modo de despedida. Le suministró un cóctel mortal de pastillas, que machacó y vertió en un vaso de leche. La mujer también ingirió una gran cantidad de medicamentos. Ambas se tumbaron juntas en una cama. La autopsia ha determinado que Olivia no presentaba signos de violencia. Sus restos mortales han sido enterrados en Palazuelos de Eresma, por decisión de su familia paterna.

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