Alfredo Ojanguren, el biólogo que está en contra de limpiar el monte: "Eliminar la vegetación para que no arda es absurdo"

  • "Según la Fiscalía y la Guardia Civil, Asturias la queman los ganaderos para generar pastos, pero la responsabilidad la tiene el que favorece ese ambiente"

  • "La idea de eliminar la vegetación para que no arda es completamente absurda. En Asturias, todos los fuegos son intencionados y alguien se beneficia de ellos, hay que empezar por ahí"

  • Recuerda que las ayudas de la PAC están relacionadas con la "superficie pastable": "Cuanto más pasto se vea desde el satélite, más dinero recibe el ganadero"

"Hay que limpiar el monte". "El monte arde porque está sucio". Son ideas que escuchamos, de forma recurrente, en cada oleada de incendios. La última, en Asturias, donde entre finales de marzo y comienzos de abril se registraron casi 200 incendios, en los que han ardido más de 20.000 hectáreas, según los datos del Sistema Europeo de Información de Incendios Forestales.

El gobierno asturiano acaba de hacer una estimación de lo que costaría, precisamente, “limpiar" toda la superficie forestal de esa comunidad: 800 millones de euros. ¿Es la solución a los incendios? Muchos denuncian que no, y que, si se hace, agravará el problema, porque no dejará al monte regenerarse. Pero son pocos los que apuntan de forma clara a las causas que pueden estar detrás de esos incendios. Alfredo Ojanguren es uno de ellos.

El biólogo y profesor de Zoología en la Universidad de Oviedo habla claro, y mira al sector ganadero. Aunque “esto no se trata de buscar culpables, sino responsables”, matiza en esta entrevista, en la que insiste varias veces en que el problema de los incendios es multifactorial y “muy complicado”.

Ojanguren tiene claro que el monte arde porque “alguien se beneficia de los incendios”, y que, para evitarlo, hay que atacar el problema desde ahí. Explica que, en Asturias, el dinero lo dan los pastos, no el monte. Y mira a una administración a la que califica de “cómplice”. Prefiere hablar como ecologista y miembro de la asociación Geotrupes, pero lo cierto es que su discurso, nada convencional, contradice incluso al de los propios ecologistas.

Pregunta: Tiene un discurso muy diferente al que estamos acostumbrados a escuchar, centrado sobre todo en la mala gestión forestal, en que el monte arde porque no está limpio. Para usted, esa no es la causa principal, ni mucho menos...

Respuesta: No, pero es que además eso implica muchos errores de concepto. ¿Limpio? Limpio significa sin basura. Pero la vegetación no es suciedad, es parte del ecosistema, es biodiversidad, son plantas. Eso que llamamos suciedad y que hay que quitar del monte, del bosque, de los cultivos forestales, es biodiversidad.

P: El verano pasado, hablábamos con Greenpeace tras la oleada de incendios, y ellos pedían poner el foco en la mala gestión del monte, porque "las masas forestales tienen un altísimo grado de inflamabilidad, independientemente de la causa”.

R: Claro. Pero aquí hay otra cuestión clave. Es importante distinguir un bosque de un cultivo forestal. Una cosa es un bosque o un terreno que se ha dejado de explotar y va camino de convertirse en bosque, que es lo más habitual, y otra es un cultivo forestal. Si tú tienes una huerta, o un cultivo, y te dedicas a plantar eucaliptos o pinos, tendrás que mantenerla.

Pero otra cosa es un bosque, un ecosistema natural o un terreno que se explotó durante un tiempo y que ya no se explota. Si lo dejas, va a madurar como ecosistema y va a a llegar a un estado que se denomina de clímax, en el que la biodiversidad es máxima. Eso es lo que necesitamos. La idea de eliminar la vegetación para que no arda es completamente absurda.

En Asturias, todos los fuegos son intencionados. Hay alguien que prende fuego. Lo que hay que hacer es evitar eso, que una persona vaya y prenda fuego.

P: Usted ha dicho varias veces que hay que evitar que alguien se beneficie de los incendios. ¿Quién se beneficia?

R: Es muy complejo. Lo que dice aquí, en Asturias, la Fiscalía de Medio Ambiente y la propia Guardia Civil es que 4 de cada 5 incendios están provocados por los ganaderos para regenerar pastos. Aunque esto es matizable.

P: ¿Por las quemas de rastrojos incontroladas?

R: Esa es la versión que dan ellos, sí. Pero la cosa es más complicada. Parte del asunto es este, que alguien se beneficia metiendo ganado después allí, en la zona quemada. Lo cual es muy discutible, porque el tipo de vegetación que se genera después del incendio no es el pasto ideal para meter vacas. Pero hay más.

Aquí había una ley (la Ley de Montes de Asturias de 2017) que establecía los acotamientos: que en un monte quemado no se puede hacer ningún tipo de explotación hasta 10 años después. A mi me parece una medida estupenda, porque atacas la cuestión de quién se beneficia de los incendios.

P: Y porque permites que se regenere la zona quemada...

R: Exactamente. No sigues dándole caña. A mí me esa ley parecía muy buena, pero estando el PSOE en el gobierno del Principado, el PP propuso cambiarla y eliminar los acotamientos. Y todos votaron a favor, excepto Podemos. Por supuesto, los ganaderos estaban en la tribuna aplaudiendo. Pues dos y dos son cuatro.

Y por otro lado, está lo que acaba de anunciar el Principado. Lo que van a hacer como medida de prevención no es prevenir que alguien vaya y queme el monte, sino destinar 800 millones de euros a “limpiar toda" -y enfatizo “toda”- la superficie forestal asturiana. Van a eliminar una parte clave de los ecosistemas, que es el sotobosque.

P: ¿De qué hablamos cuando hablamos de sotobosque?

R: De matorral, por ejemplo. De berzales, tojales... de ecosistemas que son clave para especies como el urogallo, por ejemplo, que está en peligro de extinción. Van a dedicar 800 millones para eso, es algo de otro mundo. Yo confío en que no lleguen a hacerlo. Es destruir una parte clave de los ecosistemas.

P: Usted plantea que eso supondría, además, cargarse la posibilidad de que el propio monte se regenere.

R: Claro. Es que parece que las únicas opciones son que se lo cargue el fuego o que lo destruyamos nosotros con las máquinas (supuestamente para evitar el fuego). Te cortas una mano para no hacerte un corte en un dedo.

P: Pero si la responsabilidad de los incendios, al menos en parte, apunta al sector ganadero, ¿por qué no se toman medidas al respecto? "Asturias no arde, la queman", se ha repetido estos días por parte del gobierno asturiano. Se dice "la queman", pero no se dice quién.

R: Este ha sido el lema, sí. Y ya te digo que, según la fiscalía y la guardia civil, la queman los ganaderos para generar pastos. A mi personalmente no me gusta la culpa, prefiero pensar en responsabilidades. La culpa, desde el punto de vista legal, la tiene la persona a la que pillan quemando el monte. Pero la responsabilidad la tiene el que favorece ese ambiente. En Asturias, el consejero tiene un pasado profesional en asociaciones ganaderas, era un sindicalista ganadero. Y ha llegado a salir en sede parlamentaria diciendo que en las ciudades no entendemos el fuego.

P: Hay una "cultura del fuego" muy arraigada en el mundo rural, sí. En su opinión, ¿las quemas son necesarias a día de hoy?

R: Las quemas se han hecho durante mucho tiempo. Por eso, gran parte de la montaña asturiana esta absolutamente degradada, a base de quemar y quemar. Pero que algo se haya hecho durante mucho tiempo no quiere decir que sea bueno. Hay cosas que son tradición, pero tradicional también era darle un guantazo a tu mujer y eso no quiere decir que sea bueno. Estamos en el siglo XXI.

P: ¿Entonces no son necesarias?

R: No. Aparte de que el sector ganadero actual ya no tiene nada que ver con el del siglo XX. Antes, un señor tenía cinco vacas, ahora no puede. Ahora tienes que tener 100, o muchas, al menos. Si no, no tienes acceso a las ayudas. Recordemos que más de un tercio de las rentas de los ganaderos asturianos son subvenciones para compensar la falta de rentabilidad de ese tipo de explotaciones. El sector ganadero ha cambiado mucho. Entonces, decir lo de que tu abuelo quemaba… Bueno, sí, y también tuvo que emigrar a Cuba porque la huerta y la vaca no daban para vivir toda la familia.

P: En un contexto de cambio climático, lo cierto es que ahora, el riesgo de las quemas no es el mismo que hace 50 o 100 años. Greenpeace sí alertaba sobre esto: "En esta era del cambio climático, quemar como se quemaba antes ya no es posible".

R: Claro. Y antes no estábamos en una crisis de extinción de especies. Lo que nos dice la ciencia, tanto frente a la crisis de biodiversidad como a la crisis climática, es que es clave permitir que los ecosistemas se regeneren. Tenemos que cuidar esa biodiversidad.

P: En general, en casi toda España, los incendios son en verano, pero en Asturias suelen producirse más en invierno o primavera. ¿Esto también tiene que ver con las quemas?

R: Claro, es por las motivaciones que hay detrás. Es el factor humano. Y, volviendo a lo que hablábamos antes, que va en esta línea, los ganaderos aplauden los desbroces, porque si al desbrozar, les abres pastos… Pero además de todo esto, hay una cuestión sentimental. Para mucha gente que vive del campo, ver una zona que ellos recuerdan como prado convertida en vegetación, es algo que les duele. Y luego hay otras cuestiones, como la PAC (Política Agraria Común de la UE).

P: Los ecologistas denunciáis que las ayudas de la PAC favorecen todo esto.

R: Sí. Hasta hace poco, el dinero que te daban estaba relacionado con las cabezas de ganado, pero ya hace años que no es así. Ahora está relacionado con la "superficie pastable". Pero nadie de Bruselas viene a medir, eso se hace por satélite. Tú declaras que tienes tantas hectáreas y, por ellas, te corresponde tanto dinero. Cuanto más pasto se vea desde el satélite, más dinero recibe el ganadero, el municipio, la comunidad autónoma. Ahí hay un problema serio. Y aquí, la gente que conoce esto, está disimulando. El problema de los incendios es multifactorial.

P: ¿Y cuáles serían los principales factores, de todos los que estamos hablando?

R: Yo creo que el principal factor es la tolerancia con las quemas. Unido al relato -un poco victimista- del abandono del monte, al ensalzamiento del pasado, la reivindicación de lo tradicional… Es una historia que está muy bien contada, porque apela a los sentimientos, y a tu pasado. Hoy en día nadie quiere ser el "urbanita". Y eso hace que la historia entre muy bien, aunque sea falsa y peligrosa.

P: Y ese discurso se traslada a la política...

R: Totalmente. Y eso es una irresponsabilidad.

P: Al escucharle, se vislumbra una cierta complicidad política con un sistema que favorecería al sector ganadero.

R: Sí, la complicidad explica muy bien lo que esta pasando. El consejero de Medio Ambiente y Cambio Climático, por ejemplo, procede de sindicatos agroganaderos. Esa gente tiene sus prioridades. Complicidad es una palabra muy buena para definirlo.  

P: ¿Y qué medidas propone para solucionar el problema de los incendios, para que en Asturias no se repita otra oleada como esta?

R: La primera, volver a los acotamientos. Limitar que alguien se beneficie de que arda el monte. Si los incendios, en su gran mayoría, son intencionados, es porque hay humanos detrás. También cambios en las políticas forestales, y esto vale también para el resto de España. Hay determinadas especies que, igual son muy rentables, pero igual es mala idea plantarlas.

P: ¿Cómo cuáles?

R: Como los eucaliptos, por ejemplo. Asturias tiene decenas de miles de ha de eucaliptos. Es una especie que arde bien, y además, daña el ecosistema. Y luego, hay que explicar que hay cosas del mundo rural que no son tolerables. Una de las cosas que ha salido aquí estos días es que en los pueblos se sabe con un 90% de certeza quién quema el monte. Pero nadie dice nada.

P: En esas cosas "no tolerables" incluye las quemas, ¿no?

R: Claro. Y hay otra cosa más. Un informe de la fiscalía de hace un par de años decía que parece que el Principado no tiene muchas ganas de perseguir y castigar a los culpables de los incendios. En Asturias, había una brigada especializada en investigación de incendios y se desmontó. Y eso no solo lo criticamos los ecologistas, lo criticó la propia Fiscalía de Medio Ambiente.

P: Una última cuestión. Al margen de los responsables de los incendios, hay algo que está pasando que tiene mucho que ver con el cambio climático. Ahora, el calor empieza antes y los grandes incendios se adelantan. ¿Tendremos que acostumbrarnos a verlos ya en primavera?

R: Sí, claro, aunque yo me niego a acostumbrarme. Que va a haber más incendios y más peligrosos es uno de los efectos del cambio climático a nivel global: en California, en Australia y aquí. Es un clásico del cambio climático, por esos desajustes de los ciclos. Está claro que el calor es un factor en los incendios, pero también hay que tener claro que no es lo que los provoca. Aunque una vez que alguien prende fuego, el incendio es peor, claro.