Hablamos en exclusiva con la mejor amiga de la norteamericana desaparecida en Madrid: "La han secuestrado"

Sanna, una de las amigas íntimas de Ana Knezevich, la mujer del sur de Florida (Estados Unidos) cuyo rastro se perdió el pasado 2 de febrero en Madrid, tiene claro que la ciudadana norteamericana de 40 años no desapareció por voluntad propia. Según ha explicado en una entrevista con la web de Informativos Telecinco, para ella hay motivos más que suficientes para pensar en la intervención de otra persona: "Ella no se ha ido sola. Alguien la ha secuestrado".

Después de dos semanas sin noticias, Sanna manifiesta su profunda preocupación por su amiga. Ella fue una de las personas que recibió los extraños mensajes de WhatsApp el sábado 3 de febrero y que mantenía contacto casi a diario con Ana. De hecho, tenía planeado viajar de Suecia a Madrid el 8 de febrero para hacerle una visita y aquel reencuentro entre ambas, lejos de producirse, se truncó para Sanna en un escenario donde tuvo que hablar con la Policía Nacional y aportar datos para buscarla y tratar de encontrarla: "Tenía previsto ir para visitarla. Estuve cuatro días en Madrid y hablé con los agentes".

"Es un momento muy difícil. Era mi mejor amiga. A lo largo de este último año hemos sido íntimas. Hemos viajado mucho, hemos estado juntas en Colombia, este verano nos recorrimos parte de Europa, Francia, Grecia... Hemos estado en Mallorca. En enero estuvimos en Austria... En un año nos hemos vuelto muy muy cercanas", lamenta Sanna sobre la desaparición en una conversación telefónica desde Suecia, donde reside su familia.

Sanna, la amiga de Ana Knezevich, la mujer estadounidense desaparecida: "Puede ser que alguien la haya engañado"

Ana María Knezevich Henao, recordamos, se trasladó a Madrid mientras pasaba por un difícil divorcio que no se ha llegado a efectuar. Actualmente vivía en un piso del barrio Salamanca en alquiler, pero el contrato vencía en marzo, por lo que estaba buscando nuevo hogar. El 2 de febrero fue a ver una vivienda para alquilar, desestimó la opción de mudarse y, ya por la noche, le dijo a una de sus amigas en la capital española que iba a quedarse en casa para descansar: "Estuvo allí hasta las 22:00 horas", confirma Sanna.

Aquella sería la última señal fiable de ella. Y es que el sábado 3 de febrero, tanto una amiga española como Sanna recibieron el mismo mensaje. La primera en castellano y la segunda en inglés (I met someone wonderfull! He has a summer house about two hours from Madrid. We are going there now and I will spend a few days there. Signal is spotty. I'll call you when I get back). Eran tan idénticos y con tantas incoherencias que les dio miedo. Ana "no escribía así", y las horas de los mensajes y su contenido no cuadraba. Además, su teléfono se apago.

El domingo 4 de febrero la Policía y los Bomberos comprobaron que, efectivamente, no estaba en su domicilio y, además, habían pintado con un spray negro las cámaras de su edificio -tanto del telefonillo como del ascensor-. Según los indicios, pudo ser una persona con un casco de moto y en aquel bloque no hubo ningún robo: "Creo que la han secuestrado. No se ha ido sola. Puede ser que alguien la haya engañado, no tengo ni idea, pero la secuestraron", se pregunta Sanna.

Creo que la han secuestrado. No se ha ido sola. Puede ser que alguien la haya engañado, no tengo ni idea, pero la secuestraron

La amiga de Anna asegura que la mujer de Fort Lauderdale "no estaba quedando con nadie ahora mismo"

Ningún vecino de Ana escuchó gritos la noche del 2 de febrero al 3 de febrero. ¿Pudo irse la ciudadana estadounidense con alguien que ya conocía y que la mintieran? "Es posible que la persona la conociese. Es muy posible, pero no lo sé", añade Sanna sobre esta posibilidad. Lo que tiene claro tanto ella como los hermanos de Ana, así como otros amigos y familiares, es que no desapareció porque quiso.

"Insisto, alguien la ha secuestrado. Todo apunta a que así es, porque lo contrario sería que ella ha decidido desaparecer por su cuenta, y eso no es verdad. Alguien se la ha llevado, pero no sé quién", precisa Sanna. El círculo más cercano de la mujer de Fort Lauderdale nacida en Colombia descarta rotundamente el suicidio, un posible accidente o una fuga voluntaria.

Ana era una persona con un buen patrimonio debido a sus negocios en el sector tecnológico que mantuvo durante una década en Florida. En Madrid pensaba establecer su propio proyecto y sus planes de futuro eran inmediatos en la capital española. Varias fuentes apuntan a que en los últimos meses utilizó aplicaciones de citas para conocer gente, pero Sanna descarta que estuviera conociendo a alguien: "No estoy segura de lo que estaba haciendo con las apps, pero no estaba quedando con nadie ahora mismo".

David Knezevich, el marido de Ana, se encuentra en Serbia: "Que yo sepa, no ha estado en Madrid este año"

La mujer de 40 años de doble nacionalidad (colombiana y estadounidense) estaba en trámites de divorcio con David Knezevich, su marido. Según confirma Sanna, "se encuentra en Serbia", pero no le ha comentado su tiene previsto viajar a España o a Estados Unidos para colaborar en la investigación. Tan solo que se encuentra allí. Y él tampoco ha querido ayudar mucho cuando le preguntó la familia por si podía aportar datos e información.

Eso sí, mantiene contacto con las autoridades implicadas en el caso, la Policía Nacional, la Policía de Florida y el FBI. Varias fuentes apuntan a que el todavía esposo de Ana visitó España el pasado mes de enero, pero Sanna no tiene constancia de que haya pisado nuestro país: "Que yo sepa, David no ha estado en Madrid este año. Y no sé si había estado allí antes".

Es posible que la persona (que se la llevó) la conociese. Es muy posible, pero no lo sé

Sanna confía en que el trabajo de las autoridades españolas y estadounidenses de sus frutos. Según ella, "el juzgado (encargado del caso en Madrid) ya ha aprobado (a través de orden judicial) que la Policía Nacional tenga acceso a la geolocalización del teléfono móvil de Ana para poder continuar con la investigación". "Lo están mirando todo", agrega con confianza la amiga íntima de la desaparecida.

Había dudas con el acceso a la geolocalización por parte de los agentes. Y es que puede ser clave, porque podría dar una base a las indagaciones (para confirmar si los mensajes extraños se enviaron desde Madrid o desde otro punto). Sanna mantiene el contacto en todo momento con los hermanos de Ana, que residen en Florida. Todos esperan que el caso se resuelva cuanto antes este caso ya tratado como un asunto internacional. Cuanto más tiempo pasa, tras dos semanas, más crece la preocupación.

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