Sus vecinos okupas le secuestran en su casa y le dan una brutal paliza: "Estaban drogándose y bebiendo"
Tras una brutal agresión en Zamora, 'El Programa de Ana Rosa' ha hablado con la víctima, que explica cómo está viviendo la situación
Ha solicitado una orden de alejamiento y el juez se la ha denegado dos veces
Víctima del maltratador transgénero Candy: "Nadie me protege. Él sigue en su casa y nadie le detiene"
Un hombre ha sido atacado en el portal de su casa en Zaragoza. Estuvo cuatro horas secuestrado seminconsciente y sobre un charco de sangre y, mientras que los ladrones lo destrozaban todo, el hombre consiguió llegar al centro de salud con varias costillas rotas, una brecha y dolor en el pecho.
Le robaron 900 euros, un reloj y un móvil. Los ladrones viven en un edificio okupado al lado y la víctima se cruza con ellos todos los días. 'El Programa de Ana Rosa' ha hablado con la víctima, que explica cómo está viviendo la situación: "A mí me produce ataques de ansiedad y ataques de pánico, he pedido una orden judicial y el juez me la denegó, entonces los tengo que ver por la calle. Hay unos edificios okupados que el Ayuntamiento dice que va a cerrar pero llevan muchos años".
El hombre recordaba cómo los okupas le golpearon con el mango de un cuchillo: "En la ceja tuve cinco centímetros de apertura, en la mandíbula una fisura, cuatro costillas rotas y la rodilla la tuve mucho tiempo mal pensando que era el menisco pero era que tenía las rodillas hinchadas".
Lo más sorprendente es que mientras él estaba atado y sangrando, sus agresores estaban celebrando lo sucedido: "Estaban en mi casa de fiesta metiéndose rayas, bebiendo alcohol, tirando el vino por el suelo y por las paredes".
"Se metieron en el edificio para meterse un par de rayas y pensaron que los estaba viendo"
La víctima cree que sus agresores lo eligieron al azar: "Venían de hacer unos robos durante toda la noche en el barrio. Estos chicos, según me han comentado amigos policías nacionales, se dedican a ser chaperos y habían estado en casa de un vecino en la calle paralela. Se metieron en el edificio para meterse un par de rayas y pensaron que los estaba viendo, que iba a llamar a la policía y me tocó a mí".
Al agredido le han denegado la orden judicial, pero no sabe la razón: "Yo pedí la orden de alejamiento justo cuando los habían detenido, a los dos días los sacaron a la calle, la volví a pedir y me la han denegado otra vez. Hace 20 días cogí un abogado y estamos a la espera para que me llamen a testificar", comentaba la víctima.
En cuanto al botín del robo, dice que a uno de los agresores le pillaron con el reloj robado que vale "900 euros" y aún no sabe nada de él, al igual que el móvil que le ha desaparecido: "Aún no me lo han devuelto".
Al parecer, hasta ahora, en el barrio no había ocurrido antes algo así: "Cuando fui a la policía para el reconocimiento me dijo que venían del País Vasco de hacer lo mismo y que aquí tenían familia", concluía.
