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Okupas

Les okupan la casa que acaban de comprar para estar cerca de su hija enferma: “Necesitamos cuidarla y se están riendo de nosotros”

Los propietarios afectados muestran su indignación en 'El tiempo justo'. Redacción digital Telecinco
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Un matrimonio madrileño vive una situación límite después de descubrir que la vivienda que habían comprado en Rivas-Vaciamadrid para vivir cerca de su hija enferma está okupada. La casa, adquirida a un banco y revisada por ellos en varias ocasiones mientras permanecía vacía, fue ocupada justo antes de que tomaran posesión, según relataron los propietarios en ‘El tiempo justo’.

Los afectados explican que, tras vender su anterior piso y mientras esperan poder entrar en su nueva propiedad, continúan pagando un alquiler de 800 euros mensuales. “Nos vamos a quedar sin casa. Tenemos que llevar los muebles a un guardamuebles y no sabemos cuánto tiempo estaremos así”, lamentaba Jesús, uno de los propietarios. “Es una put***, sinceramente”.

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Extorsión económica y cambios constantes de personas en la vivienda

Según el testimonio del matrimonio, los okupas les exigieron cantidades crecientes de dinero para abandonar la casa: primero 3.000 euros, después 5.000 y finalmente hasta 8.000 euros. Aseguran que incluso pidieron un préstamo personal para intentar llegar a un acuerdo.

Los propietarios relatan que cada pocos días cambian las personas que entran y salen de la vivienda, dificultando cualquier intento de diálogo. “A veces están unas personas, a los tres días otras… No sabemos ni quiénes son”, describen.

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Afirman además que la policía “no puede hacer nada” y que, en ocasiones, ni siquiera responden ya a las llamadas. Los okupas les habrían cortado incluso la luz del timbre para evitar cualquier contacto.

Una situación aún más dura por la enfermedad de su hija

La pareja tomó la decisión de mudarse a Rivas para estar cerca de su hija, que sufre un grave problema de salud cuyo diagnóstico aún no está claro. Ha estado recientemente en la UCI por una paralización orgánica parcial y necesita ayuda constante.

“Ella tiene días en los que casi no puede levantarse”, explica la madre, profundamente afectada. “Por eso queríamos estar cerca, para cuidarla. Pero nos encontramos con esto”.

Ante la falta de soluciones, han contratado a un mediador privado para intentar negociar la salida de los okupas. Aseguran que algunos de ellos se comunican en chino y que el mediador tuvo que recurrir a traductores para mantener conversaciones.

Los propietarios consideran que están siendo “extorsionados” y denuncian que las leyes protegen más “al que delinque que al dueño de la casa”. La frustración es evidente: “Se están pitorreando de nosotros”, afirma la madre.

Mientras tanto, el 30 de diciembre deberán abandonar su actual vivienda de alquiler y no saben dónde podrán ir. Solo piden una solución rápida y un apoyo institucional que, por ahora, no llega.