Cura de Fuente de Cantos, victima del robo de votos en Correos: "Me preocupaba que pudiera conocerse mi voto"

La Guardia Civil recupera los votos robados en la oficina de Correos de Fuente de Cantos, mientras la Junta Electoral habilita un sistema para que los afectados puedan volver a votar
El PP exige que Montero, Marlaska y el jefe de Correos rindan cuentas en el Congreso por el robo de votos en Extremadura
La Guardia Civil ha localizado totalmente calcinada la caja fuerte sustraída de la oficina de Correos de Fuente de Cantos. En su interior se ha recuperado un botín compuesto por 124 votos y 14.000 euros. El suceso ha sido utilizado como arma política por el Partido Popular, que exige la comparecencia inmediata de María Jesús Montero y Fernando Grande-Marlaska para dar explicaciones urgentes. Desde el Gobierno, sin embargo, consideran que poner en duda la credibilidad de los comicios es propio de la ultraderecha.
Este hecho está vinculado a otros robos cometidos en oficinas de Correos de Santa Amalia y Torremejía, donde se sustrajo material comercial y de oficina. Todos los casos están siendo investigados como delincuencia común. Ante esta situación, la Junta Electoral de Extremadura ha habilitado un sistema para que los ciudadanos afectados puedan volver a ejercer su derecho al voto.
Cura de Fuente de Cantos, sobre el robo de votos en Correos: "Al principio pensábamos que era una broma, hasta que lo vimos en los medios"
‘El programa de Ana Rosa’ ha hablado en directo con Juan Francisco Apolo, sacerdote de Fuente de Cantos y uno de los afectados por el robo del voto por correo: “Ayer teníamos una comida con los mayores del pueblo y empezaron a mandarme mensajes informándome de que habían robado en la oficina de Correos. Al principio pensábamos que era una broma, hasta que lo vimos en los medios. Estábamos expectantes por saber qué iba a ocurrir. Le pregunté a una de las concejalas y me dijo que estaban buscando una solución”.
El sacerdote explica cómo se resolvió la situación: “Por la tarde me llamaron de Correos para decirme que me iban a traer el voto para que pudiera volver a votar. Estaba celebrando la eucaristía y llegó el sacristán porque estaban llamando a la puerta de la iglesia para recoger la documentación necesaria y poder votar hoy”.
Por último, relata la preocupación que sintió al conocer el robo: “Teníamos miedo de que se desvelaran nuestros votos, porque a nadie le gusta que se sepa a quién ha votado. En mi caso, además, soy sacerdote y en un pueblo es más fácil identificar a las personas. El sacerdote ideológicamente se abstiene de posicionarse, por lo que me preocupaba mucho que pudiera conocerse mi voto”.

