Navidad

El ‘síndrome de la silla vacía’ y cómo dejar de sentirse "tristes, enfadados o superados" en Navidad: “Revisa los rituales familiares"

Sillas vacías en una cena de Navidad
La ausencia de quienes ya no están puede generar dolor, tristeza o enfado. Informativos Telecinco
  • "Si estás viviendo un duelo en estas fechas, es normal estar triste, superado o enfadado", admite la psicóloga Mónica Domínguez

  • La experta aconseja "recordar con ternura" a quien no está "y sentir que el tiempo compartido" con ella "fue el mayor regalo"

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MálagaEl fenómeno conocido como la "silla vacía" en Navidad por la ausencia de un ser querido en la mesa durante las comidas y cenas de fin e inicio de año nos lleva a estar "tristes, enfadados o superados", como admite la psicóloga Mónica Domínguez.

La experta de la malagueña Cudeca, fundación que presta cuidados paliativos, nos aporta algunos consejos para afrontar estas situaciones que han llevado ya a Andalucía a montar talleres de acompañamiento al duelo pensados para estas fechas "dolorosas".

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Porque no todas las personas disfrutan del ambiente alegre y festivo que se asocia directamente con las navidades. La pérdida de un miembro de la familia que no volverá a reunirse con los demás ni en Nochebuena ni en Nochevieja afecta de manera natural.

En medio de ese contexto "es normal querer que pasen rápido las fiestas y también sentir tristeza e incluso enfado", reconoce Mónica. "Ojalá existiera un remedio para aliviar el dolor de la ausencia, pero sí existen formas de hacerlo más llevadero", nos asegura.

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Los síntomas que pueden experimentar las personas que todavía tienen muy presente a aquellos que ya no están incluyen "no tener ganas de pensar en regalos ni en celebraciones". Tampoco "en la comida que van a preparar" para los días señalados.

Incluso pueden "sentirse mal tanto por festejar como por no hacerlo". En los reencuentros navideños se reviven los momentos pasados con los padres, hermanos, hijos, abuelos y hasta mascotas. Esas que, como parte de la familia, también pueden haberse marchado.

Formas de "tener a ese ser querido presente"

Sea cual sea la situación personal que tenga cada persona, un buen primer consejo es "revisar las costumbres y rituales familiares". La psicóloga argumenta que esto sirve para "acordar qué vamos a mantener porque es importante y qué preferimos", en cambio, dejar atrás.

El segundo truco que nos da es "buscar una manera simbólica de recordar a la persona fallecida". Matiza que "no se trata de hacer como si no estuviera o no notáramos su ausencia, sino de tener a ese ser querido presente con nosotros".

Por ejemplo, podemos "encender una vela, poner el villancico que le gustaba tanto o decir unas palabras en su honor". Cualquier acción o elemento asociado a quien ya no está ayuda a que, en realidad, se perciba como que sí está.

"Seguramente sea un momento muy emotivo, pero nos permitirá compartir nuestro dolor y evitar intentar disimular durante toda la cena el vacío de esa silla en nuestra mesa", justifica Mónica Domínguez al respecto.

"El tiempo compartido fue el mejor regalo"

En todos esos "pequeños gestos que dan sentido y cercanía" recomienda incluir a los pequeños de la casa: "Incluso preguntarles formas de recordar a sus seres queridos, ya que nos sorprenden con sus aportaciones y les permitimos vivir su duelo con normalidad".

Más consejos para afrontar la silla vacía

"Compartir anécdotas es una forma de mantener vivo su legado", así como mantenerse callado, "en silencio o en la intimidad". Esta también es una manera válida y respetable. "No hay una que sea correcta, solo la que reconforta a cada uno", explica.

Mónica admite que el sentimiento es de saber que "la Navidad no va a volver a ser como antes", pero ello no implica no "intentar mantener lo que nos ayuda y eliminar lo que no lo hace". Para así vivir las fechas importantes "desde la serenidad y el recuerdo".

Incide en que sí es posible vivir unas navidades diferentes, rememorando las experiencias con quienes ya se han ido "con ternura" y sintiendo que "el tiempo compartido" con esas personas en el pasado fue "el mejor regalo".

Que ahora esté "su silla vacía" puede contemplarse desde otra perspectiva, manteniendo la tradición del reencuentro familiar. Y viviendo el momento con el amor, el cariño y el acompañamiento de los que sí están en la mesa.