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Los datos son terribles. El mes de julio fue uno de los peores que se recuerdan por el número de víctimas de la violencia machista, y agosto ha arrancado también sumándose a la trágica tendencia. Desde el 1 de enero hasta hoy se contabilizan 39 víctimas mortales de la violencia machista. El peor dato de los últimos ocho años en ese intervalo de meses. A ello se ha tenido que referir, por segundo día consecutivo, la vicepresidenta del Gobierno en funciones, Carmen Calvo.
Además, la violencia machista ha golpeado también en forma de parricidio. El más reciente en Teruel, donde un padre acabó con la vida de su hijo de 15 años y dejó gravemente herida a su mujer.
Solo en el 20% de los casos existían denuncias previas. En 27 de los asesinatos la víctima y su verdugo coexistían.
Ante la realidad de estos hechos, cabe recordar que ante la menor sospecha de maltrato no es necesario que la mujer denuncie, puede hacerlo cualquiera que sea testigo de la situación antes de que esta concluya de la peor manera.
“Quiero manifestar la indignación y el dolor, pero muy profundamente la indignación que podemos tener casi todos y todas en este país cuando ayer vimos como un menor de edad fue asesinado en el ámbito de este combate del conjunto de España contra la violencia machista, contra la violencia de género, que son el rostro más insoportable de la desigualdad entre hombres y mujeres”, ha dicho la vicepresidenta del Gobierno, Carmen Calvo, refiriéndose al suceso de Andorra, Teruel, donde un hombre mató a su hijo e hirió de gravedad a su mujer.
“Un abrazo con mucho ánimo para esa madre que, en este momento, de manera terrible se está debatiendo entre la vida y la muerte en Teruel”, ha continuado.
“La principal causa por la que merece la pena trabajar cada día y en cada momento, todos los poderes del Estado, todas las instituciones y el conjunto de un país es esta: la inseguridad que viven las mujeres, la falta de libertad y de oportunidades de muchas de ellas, y particularmente el horror que nos produce que algunas sean asesinadas por el hecho de ser mujer”, ha subrayado, antes de manifestar el férreo compromiso en esta lucha contra la violencia machista.
“Somos un país que no se ha hecho ninguna trilería consigo mismo para no afrontar esta situación. Esto significa que hay que seguir. Requiere unidad de todos”. “Seguir y seguir; con reformas normativas, con recursos, con coordinación, con prevención y con reacción sancionadora”, ha insistido.
En este sentido, ha expresado su inquietud ante la existencia de partidos políticos que no firmaron el Pacto de Estado contra la Violencia de Género y que están "poniendo en jaque" y cuestionando "estrategias e instrumentos", al tiempo que "arrastran a otros actores políticos" a hacerlo.
A este respecto, reprocha a quienes pensaban que la violencia machista "se resolvía de manera natural y evolutiva" porque "no llevaban razón". "Otros pensamos que el Estado tiene que hacer normas para atajar una estructura patriarcal, que es la que recorre la historia de la humanidad", ha subrayado.
A su juicio, la violencia contra las mujeres no se puede resolver "sin intervenir" y, de hecho, ha mencionado que los delitos sexuales perpetuados contra ellas están "aumentando". "Esto no solo no remite sino que se acrecienta", ha argumentado. A su juicio, la sociedad sigue siendo "profundamente machista" e "injusta" para las mujeres. Por eso, ha recalcado el compromiso de su Ejecutivo para retomar el desarrollo del Pacto de Estado contra la Violencia de Género cuando el Parlamento esté "activado", al tiempo que ha hecho un llamamiento a no hacer "política partidista" con este asunto, y puntualizando que hay muchas de las más de 200 medidas contempladas en el pacto que requieren de una modificación del normas de rango orgánico, lo que implica la necesidad de aunar una mayoría absoluta.