El asesino de Mónica Borrás pudo usar un hacha para acabar con su vida

  • El uso por parte de los investigadores de un geolocalizador fue clave

  • El juezgado ha decretado prisión sin fianza para el acusado

El Juzgado de Violencia sobre la Mujer de Terrassa ha decretado el ingreso en prisión provisional, comunicada y sin fianza del autor confeso del crimen de quien fue su pareja, Mònica Borràs.

En un auto recogido por Europa Press, el juez también ordena a los cuerpos policiales que tengan "especial cuidado del detenido" para evitar que intente autolesionarse.

Los primeros indicios policiales, según informa la Agencia Catalana de Noticias, apuntan a que Mònica Borràs fue asesinada por su exnovio con un hacha. Jaume Badiella tuvo sangre fría hasta el último segundo en el que un hecho inesperado acabó con sus planes.

El uso por parte de los investigadores de un geolocalizador para encontrar el cuerpo fue un mazazo. Cuando dio positivo el sospechoso se derrumbó porque se había detectado la presencia de un cuerpo bajo la zona del taller del domicilio. Cuando los Mossos desenterraron el cadáver nada había que ocultar ya, mentir más no tenía sentido.

De nada había servido haberlo enterrado con toda la intención bajo densas capas de cemento y yeso. Lo hizo a conciencia para que nunca fuera encontrada. Levantó las baldosas, hizo el agujero, la pavimentó. Toda una obra para ocultar la prueba del delito. No es de extrañar que los vecinos siempre hayan dicho que estamos ante un hombre inteligente.

Como en otros casos, fue el propio asesino el que con total sangre fría denunció la desaparición de Mònica Borràs. Dijo en su día que después de una discusión ella se había marchado. Pero los Mossos nunca se fiaron de sus palabras y le tuvieron siempre en el foco como máximo sospechoso. Faltaban pruebas para incriminarlo aunque había indicios. Ahora, tras encontrar el cuerpo, el caso está resuelto.