El barco que busca a Anna y Olivia está de vuelta en el mar tras volver a puerto por razones logísticas

  • El barco había regresado a puerto por razones logísticas

  • El rastreo con un sonar del fondo del mar continúa en Tenerife

  • La búsqueda de las pequeñas Anna y Olivia está resultando muy complicada

Continúa el rastreo con un sonar del fondo del mar en Tenerife en la zona donde se perdió de forma brusca la señal del móvil de Tomás Gimeno el hombre desaparecido junto a sus dos hijas, las pequeñas Anna y Olivia.

El barco, que había regresado a puerto por razones logísticas, ya está de vuelta para continuar la búsqueda.

La zona donde fue localizada la lancha de Tomás Gimeno, clave

Hasta ahora, el rastreo se había centrado en un tramo de unas 10 millas cuadradas frente al litoral de Santa Cruz, entre el puerto y el barrio de Añaza.

Ahora el Ángeles Alvariño está trazando un recorrido de calles paralelas que se solapan para cubrir la superficie a explorar entre Santa María del Mar y el Puertito de Güímar.

Durante este reconocimiento se van estableciendo marcas en las irregularidades del fondo que requieran una inspección visual a posteriori.

Esa inspección le corresponde al robot no tripulado Liropus 2000, con capacidad para operar y realizar recogida de muestras más allá de los 2.000 metros de profundidad, aunque si es debidamente adaptado puede trabajar hasta los 3.000 metros.

A punto está de cumplirse una semana desde que el buque oceanográfico Ángeles Alvariño se incorporó las labores de búsqueda de Anna y Olivia y, de momento, no ha habido avances en la búsqueda de indicios.

Las labores de búsqueda en el fondo marino de la costa sureste de Tenerife están resultando muy complicadas, según fuentes de la investigación consultadas por Efe, pues el terreno es rocoso y lleno de precipicios.

La zona hacia donde se han desplazado los trabajos con el sonar es donde fue localizada la lacha de Tomás Antonio G.C., quien se hizo a la mar en dos ocasiones en la noche del 27 de abril, cuando se le perdió el rastro.

Embarcó solo, sin la compañía de las niñas, y antes cargó desde su vehículo maletas y bolsos, para lo que tuvo que realizar tres viajes.

De regreso de su primera incursión en el mar fue interceptado por la Guardia Civil y propuesto para sanción por saltarse el toque de queda.

Los agentes no hallaron nada sospechoso en la lancha de Tomás, puesto que a esas horas la madre aún no había denunciado la desaparición de sus hijas.

Luego, pasada la medianoche, volvió a zarpar y horas más tarde la embarcación fue localizada vacía, a la deriva y sin ancla frente al Puertito de Güímar. En las inmediaciones hallaron flotando en el agua una silla de retención infantil que usaba Anna.