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A pesar de que el verano sea sinónimo de playa para muchos, los municipios más pequeños del interior de España recuperan durante la temporada estival la población. Volver al pueblo es una de las actividades favoritas de los ciudadanos, que aprovechan sus días de descanso para visitar el lugar en el que algún día o ellos o sus familiares vivieron.
Familias al completo, niños que se van a ver a los abuelos, jóvenes que vuelven tras un año estudiando…En definitiva, el verano se convierte en una oportunidad única para que los pueblos recuperen la población que tanto necesitan y que esta, además, rejuvenezca. La temporada estival se alza, por lo tanto, como una buena fecha para que estos municipios resulten atractivos para las nuevas generaciones.
Con este objetivo, la consultora Mazinn ha elaborado un estudio para saber cuáles son las características que enamoran a los jóvenes de los pueblos españoles. Para ello, se ha ayudado de las redes sociales como Instagram, uno de los medios más utilizados por la generación Z.
En concreto, un buen pueblo tiene que cumplir cinco características para que los jóvenes lo elijan. En primer lugar, las nuevas generaciones valoran que el municipio tenga actividades culturales no convencionales. “Les atraen los planes culturales, pero demandan formatos diferentes que los envuelvan en experiencias adaptadas a sus gustos”, asegura Mazinn en el informe.
Asimismo, el municipio tiene que tener ofertas de ocio a diferentes horas del día, ya que valoran tener planes tanto durante el día como por la noche. “En el pueblo, la casa no se pisa”, ha sido una de las frases más repetidas durante el estudio. Además, apuestan por que se haga “en el campo, para disfrutar de los paisajes que no les brinda la ciudad”.
La facilidad de movilidad es el tercer requisito que los jóvenes valoran. En concreto, los entrevistados aseguran que a veces estos “se les quedan pequeños o llega un punto en el que los planes empiezan a resultar rutinarios”, por lo que nada mejor que abandonar el lugar durante unas horas para después volver con las pilas renovadas.
El vínculo emocional también es importante. Para muchos jóvenes, el pueblo supone el encuentro con la infancia. “Por esto, esta generación valora que el pueblo facilite y proponga planes que puedan hacer junto a su familia”. Así pueden recordar una etapa de su vida de la que, seguro, tienen muy buenos recuerdos.
Por último, la conexión con el entorno rural resulta determinante. “Los jóvenes valoran las facilidades que les ofrece el pueblo para relacionarse con los entornos rurales que hay cercanos al municipio”, señalan. Se trata, por lo tanto, de cambiar la rutina en la ciudad por el aire limpio y los paisajes verdes de los pueblos, aunque sea por unos días.