¿Deberían ser obligatorias las vacunas contra el coronavirus? El particular caso de Estados Unidos

  • El país norteamericano ha visto estancarse su ritmo de vacunación y parece toparse con el techo de quienes dudan o no creen en las vacunas

  • El Gobierno de Joe Biden no cumplirá con el hito de tener este domingo al 70% de su población mayor de 18 años con al menos una dosis

  • En España, actualmente a la cabeza de Europa en ritmo de inmunización, la confianza en las vacunas es una de las más altas del mundo

Estados Unidos llega a este domingo sin cumplir uno de los hitos de su programa de vacunación contra el coronavirus: que un 70% de sus ciudadanos mayores de 18 años tuviera al menos una dosis el Día de la Independencia. No muy lejos del objetivo de la administración de Joe Biden, la cifra se sitúa en el 67,1%. El ritmo viene cayendo desde mediados de abril y el pico de 3,38 millones de pinchazos en un solo día. Un mes y medio después, el número apenas supera el millón. La situación podría abrir un debate: ¿debería ser la vacuna obligatoria para lograr la inmunidad de rebaño?

En diciembre, antes de asumir la presidencia y de que las primeras vacunas fueran aprobadas, Biden respondió negativamente a la pregunta y apuntó a los incentivos. "Haré todo lo que esté en mis manos como presidente para animar a la gente a hacer lo correcto y, cuando lo hagan, demostrar que es importante", dijo entonces el mandatario. Los estímulos no han faltado durante estos meses: desde cerveza y marihuana gratis hasta loterías de más de un millón de dólares, algunas con ganadores.

Pero nada basta. El país parece toparse con el techo de quienes dudan o directamente no creen en las vacunas, un número que alcanza el 11% entre el primer grupo y un 18% en el segundo, según una encuesta reciente de la cadena CBS. Es también un asunto político: si entre los votantes republicanos un 29% dice que no se vacunará, en los demócratas esa opinión no supera el 5%. En ese contexto, expertos como Eric Topol han pedido una autorización completa para los fármacos, que hasta ahora solo tienen una de emergencia. La aprobación de urgencia, dice el investigador en The New York Times, puede hacer que mucha gente siga esperando todavía el visto bueno completo de la FDA, que tanto Pfizer como Moderna ya han solicitado.

"Otros quizá no se vacunen a menos que sus empleadores lo exijan, y muchas organizaciones —incluyendo el ejército, según informaciones— están esperando a que las vacunas estén totalmente aprobadas antes de imponer tal obligación", escribe Topol, poniendo el foco sobre un detalle nada menor y que puede ser clave también en el debate de la vacunación obligatoria en las escuelas el próximo curso.

La difícil tarea de reducir al mínimo la franja de población que será "imposible de convencer"

"Obligar a los adultos a vacunarse siempre tiene que ser el último recurso. En países democráticos la obligación es compleja, desde el punto de vista legal y ético, y puede llegar a ser contraproducente", dice Salvador Macip, médico e investigador de la Universidad de Leicester y la UOC. "Es mucho mejor invertir los esfuerzos en campañas de concienciación. Con las vacunas de la covid se ha visto que, si el ciudadano tiene claro que son seguras y necesarias, no hay reticencias a la hora de vacunarse. Siempre habrá una parte de la población imposible de convencer, lo que se trata es de que sea lo más pequeña posible", afirma.

En España, a diferencia de Estados Unidos y de buena parte de Europa, la franja de imposibles de convencer es muy inferior. Según el último informe Estado de confianza en las vacunas en la Unión Europea, publicado a finales del año pasado, nuestro país es el segundo que más cree en las vacunas, solo superado por Portugal. Los españoles creen mayoritariamente que las vacunas son seguras (90,5) y efectivas (91,8) frente a menores porcentajes en Francia (81,2 y 87,3), Italia (87,5 y 89,6) o Bélgica (83,3 y 86,2).

Si es específicamente en relación a las vacunas contra el coronavirus, la sociedad española es una de las que más confía entre los países desarrollados, por encima igualmente de EE.UU.: un 78% frente a un 62%, de acuerdo a los datos del estudio del Imperial College de Londres. Solo Reino Unido, Israel e Italia tienen más confianza.

En ese sentido, Macip recuerda que las vacunas no han sido un tema político en España, como sí ha ocurrido en el gigante norteamericano. "En EE.UU. se ha politizado mucho el debate de las vacunas por culpa de Donald Trump. El movimiento antivacunas es dominante entre los republicanos, especialmente los seguidores de Trump. En España ningún partido político se ha identificado de una forma tan rotunda con el negacionismo", dice el experto, que estima que ese movimiento es bastante marginal en nuestras fronteras y no tiene reconocimiento institucional.

Todo lo anterior puede ayudar a explicar que España esté actualmente a la cabeza de Europa en ritmo de vacunación, con más de 1 dosis por cada 100 habitantes por día. O lo que es lo mismo: un 1% de la población es vacunada diariamente con su primera o segunda dosis, algo que en estos momentos no logran Alemania, Francia o Estados Unidos.

Los fallos del Tribunal Europeo de Derechos Humanos y del Supremo de EE.UU.: precedentes y argumentos

¿Cuándo cabría entonces que la vacunación contra el coronavirus sea obligatoria? En abril, un fallo del Tribunal Europeo de Derechos Humanos señaló que las vacunas obligatorias pueden ser necesarias "en una sociedad democrática", después de que los hijos de varias familias en República Checa no fueran admitidos en la escuela por no estar totalmente vacunados frente a enfermedades como la poliomelitis o el tétano.

En su decisión, los magistrados consideraron que si la vacunación voluntaria no era "suficiente para mantener la inmunidad de rebaño, las autoridades nacionales podían introducir razonablemente una política de vacunación obligatoria para lograr un nivel adecuado de protección", del que dependen aquellas personas que no pueden ser vacunadas por razones médicas.

De momento, el único país de Europa donde hay una obligatoriedad es Italia, que exige a los sanitarios y farmacéuticos estar vacunados tras varios brotes en hospitales y el escepticismo de buena parte del sector por los trombos relacionados con la vacuna de AstraZeneca. En caso de no hacerlo, pueden ser suspendidos de funciones y sueldo.

Una experta en salud pública como Joanne Rosen, investigadora de la Universidad John Hopkins, considera que hay respaldo legal para que la vacuna contra el coronavirus sea obligatoria en Estados Unidos. El precedente: un fallo del Supremo en 1905 que dio la razón a Massachusetts en su decisión de hacer obligatoria la vacuna contra la viruela, después de que un residente de Cambridge demandara a ese estado por infringir sus intereses individuales.

"Aunque tiene 115 años, sigue siendo el caso de referencia sobre la potestad del estado para imponer la vacunación", señaló Rosen en una entrevista con el centro educativo en noviembre del año pasado. El asunto más complejo es el marco, "el punto de intersección común con el estado o con una agencia del estado" que en Estados Unidos representan las escuelas, donde muchas vacunas sí son obligatorias.

A eso apuntaba en enero Anthony Fauci, el director del Instituto Nacional de Alergias y Enfermedades Infecciosas de EE.UU., para quien la inmunización será obligatoria en instituciones individuales como escuelas u hospitales, pero no de manera de generalizada. En esa línea, la Justicia ya dio la razón a un hospital de Texas que obligó a todos sus empleados a vacunarse. El estancamiento de la vacunación general y el número de personas que la rechazan auguran que la discusión seguirá muy vigente.

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