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Gabriela llegó hace año y medio a España procedente de Venezuela. Su maleta venía cargada de sueños: amigos, familia, trabajo y una vida mejor en la que poder culminar su transición de género. A sus 35 años descubrió que el paraíso LGTBI que pensaba que era Europa tenía aún muchas grietas, una de ellas es la discriminación laboral que sufre el colectivo transexual. Hoy, mientras se celebra el Día Internacional de la Memoria Trans, esta luchadora ha encontrado personas y organizaciones que la están ayudando a abrirse camino en el difícil mercado laboral español, y lo está haciendo de la mano del Proyecto Ámbar de la Fundación 26 de Diciembre y empresas como Pantene, Corta Cabeza y Kohlschool.
Gabriela tiene ese acento venezolano que convierte las palabras en música y las ideas en sueños. Los suyos son como los que todos tenemos y que en su caso la trajeron a Madrid buscando culminar una transición de género que comenzaba a complicarse en su país: "Venía con muchas expectativas porque vemos a Europa y a España, en concreto, como uno de los países más avanzados del mundo en la defensa de los derechos LGTBI, pero al llegar aquí me encontré con una realidad diferente en la que todavía hay que seguir luchando para hacernos visibles".
Una de las cosas que se trajo Gabriela desde Venezuela es su título universitario de informática. Un diploma que esperaba le abriese las puertas del mercado laboral español, pero no fue así, "nada más llegar a España comencé a mandar mi currículum a las empresas que buscaban todo tipo de perfiles, teleoperadoras, logística, pero ninguna me respondió por lo que empecé a centrar mis oportunidades en cualquier otro sector".
Para Gabriela, el Proyecto Ámbar de la Fundación 26 de Diciembre ha sido su tabla de salvación, algo que ha hecho realidad su máxima de que "siempre es muy importante tener grandes sueños".
Pedro Bogo es educador social de la Fundación 26 de Diciembre. Por segundo año consecutivo este grupo que lleva más de 10 años trabajando para dar oportunidades y visibilidad al colectivo LGTBI, ha puesto en marcha el Proyecto Ámbar enfocado especialmente a "atender de manera integral a personas, buscando soluciones a sus problemas de salud, laborales o de vivienda".
Bogo señala que "más del 55 por ciento de las personas trans no llegan a finalizar sus estudios de Educación Secundaria Obligatoria (ESO)", algo que podría estar detrás de ese "más del 80 por ciento de paro que sufre este colectivo" lo que lleva a que "la realidad de la comunidad trans en el mercado laboral sigue estando marcada por la exclusión y la falta de oportunidades".
Su iniciativa ya cuenta con el apoyo de de más de 60 empresas que colaboran en esta idea de dar visibilidad al colectivo trans y a la que se ha sumado con fuerza la Comunidad de Madrid a través de la Consejería de Empleo.
Para paliar esta falta de formación el Proyecto Ámbar "ha establecido redes de colaboración con distintas empresas comprometidas con impulsar la inserción laboral del colectivo LGTBI y trans, en particular, no solo dándoles formación, sino también brindándoles la oportunidad de trabajar en ellas".
Este es el caso del segundo curso de iniciación profesional para personas trans organizado por Pantene con la colaboración de Corta Cabeza y Kohlschool, algo que demuestra, según Bogo, la necesidad de un "compromiso de las empresas para seguir construyendo una sociedad más justa e igualitaria".
Gabriela no olvida su futuro como informática y especialista en relaciones comerciales, pero mientras llega su oportunidad defiende que "nunca está de más hacerse con una formación en algún oficio" que le permita ir escalando hacia la consecución de sus sueños.
Proyecto Ámbar no solo ofrece de forma gratuita oportunidades formativas en el campo de la estética o la moda, también lo hace en áreas como el telemárketing o la capacitación en idiomas. Entre sus planes más inmediatos está el anuncio de la constitución de la primera cooperativa trans que abrirá las puertas laborales a otras personas del colectivo.
Tanto Pedro como Gabriela señalan la importancia del apoyo familiar y el entorno social y laboral para lograr la visibilidad del colectivo porque, como afirma el educador social de la Fundación 26 de Diciembre, "la transfobia no viene tanto por el odio sino por el desconocimiento".