Ikigai, la filosofía de vida de los japoneses: ¿qué es y cómo se practica?

  • El concepto de Ikigai nos llega desde Japón para ayudarnos a encontrar nuestra pasión en la vida

  • Se trata de combinar lo que deseamos aportar al mundo con lo que el mundo necesita

  • Se basa en cuatro pilares que deben mantenerse en equilibrio para que podamos aspirar a la autorrealización

Dedicarnos profesionalmente a algo que nos apasione o que, como mínimo nos guste y nos haga sentir realizados, debería ser prioridad teniendo en cuenta que dedicamos aproximadamente un 30 por ciento de nuestra vida a ello. Sin embargo, son muchas las personas que asumen la tarea de trabajar como algo molesto, tedioso y, en ocasiones, incluso traumático.

Por eso es importante hacer lo que esté en nuestra mano para cambiar esta situación y encontrar satisfacción en esta faceta inevitable de nuestra existencia. Para ello podemos hacer uso de un concepto cada vez más de moda en este ámbito. ¿Qué es Ikigai y cómo se practica?

Ikigai: qué es y cómo se practica

Son muchos los motivos por los que podemos estar insatisfechos en el plano laboral: puede que no nos guste la profesión que hemos elegido o que no hayamos encontrado un espacio en el que desarrollarla a nuestro gusto, o bien que el problema se encuentre en el ambiente de trabajo o en las condiciones concretas de empleo. A veces entra en juego una infravaloración de nuestro trabajo, un trato complicado con nuestros jefes o compañeros... Sea cual sea la causa, este tipo de situaciones pueden resultar muy perjudiciales para la salud física y mental del trabajador.

Afortunadamente, existe cierto margen de decisión con el que podemos jugar para cambiar nuestra situación y mejorarla. En este punto entran en juego conceptos como Ikigai, que se traduce como "razón de ser" o "pasión de nuestra vida" en japonés. Se trata de una idea de moda a raíz del éxito del libro 'El método Ikigai', de Héctor García y Francesc Miralles, publicado en 2016: en él se desarrolla un método pensado específicamente para ayudarnos a descubrir nuestra pasión vital y a ponerla en práctica.

Los autores definen el concepto de Ikigai como el objetivo vital de cada persona. Se trata de encontrar nuestro lugar en el mundo y convertirlo en nuestro camino hacia la autorrealización. No es tarea fácil, pero el método Ikigai consiste precisamente en ayudar a cada individuo a encontrar su vocación.

Para ponerlo en práctica, el primer paso es definir cuáles son los cuatro pilares vitales de cada uno de nosotros: el primero consistiría en definir aquello que nos gusta hacer; el segundo, definir lo que mejor se no da hacer; el tercero, más concreto, consiste en despejar la duda de qué valor aportamos y lo que estarían dispuestos a pagarnos los demás por hacerlo; y el cuarto y último, acotar aquello que cada uno de nosotros puede aportar para mejorar el resto del mundo, más allá del dinero que podamos recibir por ello.

El resultado sería unir lo que podemos aportar al mundo con lo que el mundo necesita: el punto de equilibrio entre ambas ideas sería Ikigai, donde se unen pasión, profesión, misión y vocación.

Para poner en práctica este método, toma un papel y dibuja cuatro círculos del mismo tamaño para definir en cada uno de ellos los cuatro pilares. Luego debes pintar cada uno de ellos con el color que te inspire su contenido.

  • En el primer círculo, escribe lo que te gusta hacer: escribir, pintar, estudiar, viajar...
  • En el segundo círculo, escribe lo que se te da bien: don de gentes, empatía, trabajar en equipo o bien en solitario, resolver problemas, organizar actividades...
  • En el tercer círculo, escribe los motivos por los que los demás pueden estar dispuestos a pagarte, es decir, cuál es el valor que aportas: tu formación, tus conocimientos en idiomas, tus habilidades profesionales y sociales...
  • En el cuarto círculo, escribe las cosas que te encantaría hacer para mejorar el mundo, más allá de que te paguen o no por ello. Por ejemplo, cuidar el medio ambiente, practicar el voluntariado...

Puedes pedir ayuda a tus conocidos y familiares, ya que ellos pueden hacerte ver cualidades que tal vez no sepas que posees.

El siguiente paso consiste en buscar los puntos en común entre todos los círculos y definir qué relación existe entre todo ello. Por ejemplo, aquello que resulte común al unir el primer, el segundo y al cuarto círculo te ayudará a definir tu pasión en la vida, tu misión y vocación. Del mismo modo, la unión de esta idea con el tercer círculo te ayudará a concretar qué tipo de trabajo puedes desarrollar.

La clave está en el equilibrio: ninguno de los pilares puede fallar, y es importante que todos sean tenidos en cuenta a la hora de definir tu vida laboral ya que, de lo contrario, es probable que te sientas incompleto. El ejemplo más claro lo tenemos en el caso de que tengas clara tu pasión pero no cómo convertirla en una profesión que te permita vivir. Del mismo modo, si no amas lo que haces y simplemente se te da bien, de poco servirá que percibas un buen salario por ello: tu felicidad seguirá estando en peligro.

Por último, es importante partir de la idea de que nunca es tarde para reciclar nuestros conocimientos o para dar un salto lateral a nivel profesional: son muchas las personas que deciden dar un rumbo completamente distinto a sus carreras profesionales en diferentes momentos de sus vidas, y nunca es tarde para hacerlo si el resultado va a suponer una existencia más feliz y equilibrada.