Magaluf y El Raval, dos localidades que tienen en vilo a sus vecinos por la sucesión de episodios violentos

Rubén Fernández 10/10/2018 07:33

Las últimas imágenes de los episodios violentos acontecidos han hecho saltar las alarmas en Magaluf, Mallorca. Ni siquiera el adiós a la temporada alta y el denominado ‘turismo de borrachera’ que tantos estragos causa en la zona y tantos dolores de cabeza provoca a las instituciones públicas llamadas a controlarlo, ha frenado la sucesión de incidentes.

Este martes nos sorprendía el vídeo grabado por testigos en el cual un hombre, a paso ligero y con determinación, se dirigía directo hacia su víctima con el objetivo de asestarle una puñalada. Afortunadamente, erró en su intento y salió corriendo de la zona antes de ser alcanzado y reducido por el portero del local donde se contextualizan los hechos.

“La gente va muy pasada y cada noche tenemos discusiones”, explicaba un compañero de este último. Y es que, para los vecinos, como para quienes trabajan en este entorno, este suceso no es una sorpresa; es algo con lo que conviven desde hace tiempo y en demasiadas ocasiones.

De hecho, eran ellos los que precisaban que el citado agresor era un desequilibrado que ya ha protagonizado problemas anteriormente y que, en esta ocasión, estaba lanzando cuchilladas de forma aleatoria por el local.

No faltan los ejemplos del problema que afecta a la zona. Sin ir más lejos, este mismo miércoles lo que trascendían eran las imágenes en las que unos turistas, completamente ebrios, protagonizan una pelea en la que dos agentes de la Guardia Civil intervienen de forma contundente, golpeándoles con sus porras. Aparentemente, no median ni una palabra con ellos y uno de los turistas cae directo al suelo por un empujón.

Ha sido la prensa británica quien se ha hecho eco de ello ante una imagen, –la del turismo de borrachera–, que también causa vergüenza en Reino Unido.

Con casi todo cerrado en la isla, la violencia, como los robos, no descansan. Prueba de ello también es la imagen compartida por Nicky Smith en Facebook la pasada semana, el 5 de octubre, en las que se puede apreciar cómo un hombre y un vendedor ambulante tienen una disputa que acaba con el primero tumbado en el suelo tras recibir un fuerte golpe en la cara.

Según Smith, en una información de la que también The Sun se hace eco, el hombre estaba intentando recuperar un collar que, presuntamente, le había sido sustraído.

VIOLENCIA CONTINUA

Yéndonos más lejos en el tiempo, pero no más allá del plazo de un mes, entre septiembre y octubre, un turista hubo de ser trasladado al Hospital de Son Espases en estado grave tras recibir cuatro puñaladas profundas en el pecho el pasado 10 de septiembre; un hombre de 30 años tuvo que ser trasladado al mismo hospital que el anterior tras precipitarse desde el segundo piso de un hotel de la isla, el 22 del mismo mes; y apenas siete días después, era la Consellería de Salud, el Servicio de Salud y la Gerencia del 061 quien evidenciaba la dramática situación que reinaba y aún reina en el lugar, condenando la agresión de un a un técnico del 061 mientras era atendido después de que éste, con intoxicación etílica, decidiese embestir a un taxi en la vía pública en Punta Ballena.

Más allá, este 1 de octubre un joven de 21 años era detenido por un delito de homicidio en grado de tentativa por atropellar intencionadamente a otro tras una discusión. Además, también fue acusado de un delito contra la seguridad vial, tras dar positivo en las pruebas de alcohol.

Así las cosas, la lista continúa y podríamos seguir enumerando sucesos, tantos que hasta hay vecinos que, bajo pseudónimos propios de un agente especial, inmortalizan con sus propias cámaras algunos de los actos vandálicos que presencian.

Entre tanto, el Ayuntamiento de Calvia anunció este 5 de octubre un convenio con la Asociación Patronal de Empresarios de Actividades Marítimas de Baleares (Apeam) con el objetivo de acabar con las denominadas ‘party boats’ (fiestas en barcos) en Magaluf, es decir, “unas fiestas que se caracterizan por un turismo de excesos, con ofertas de todo incluido y promociones que fomentan las borracheras, así como música alta y juegos de contenido sexual”, en palabras de los firmantes del citado convenio.

Mientras, desde la oposición, el PP de Calvia reprocha a los socialistas su “inacción” ante el “incremento de la inseguridad en las calles”, felicitando a las fuerzas del orden, pero pidiendo “incrementar los efectivos”.

EL RAVAL, OTRA ZONA LLENA DE CONFLICTOS

Con todo, la desesperante situación que viven los vecinos de Magaluf no responde a un problema único de esta localidad. El otro gran foco de delincuencia y sucesos violentos es el popular barrio de El Raval de Barcelona.

“Hemos pasado de 2 robos a la semana a siete o diez al día y peleas diarias”, denuncian los vecinos, que se enfrentan a un conglomerado de circunstancias que hacen de la zona un auténtico polvorín predispuesto a una explosión de delincuencia.

Desde los narcopisos en “edificios comprados con fondos buitres” y las mafias, que los alojan; pasando por la okupación, las continuas “peleas con armas blanca” y los múltiples robos; continuando con los problemas derivados de la prostitución; hasta llegar a la propia “centralización” del conflicto en El Raval.

Así lo explicaba recientemente en ‘el programa de Ana Rosa’ Santi González, un residente y comerciante de la zona que relataba que incluso los vecinos, –que se han unido en plataformas como la Acció Riera Baixa–, tenían que mediar en los conflictos, llegando a perseguir a los ladrones para luego entregar las pertenencias robadas a los turistas, víctimas del delito.

“Hay un problema entre el Ayuntamiento y la Generalitat, porque el Ayuntamiento sí que ha pedido más efectivos de Mossos, pero no sé por qué el conseller Michel Buch dice que no hacen falta en El Raval”. “A nosotros no nos gusta la solo la solución policial. Creemos que la situación policial es ahora, porque estamos en una situación de emergencia, mientras se solucionan todos los otros problemas sociales. Ahora sí que nos hace falta un poco de policía”, concluía. Y lo cierto es que los últimos sucesos así lo demandan.

NARCOPISOS, OKUPACIÓN, PELEAS, ROBOS Y PROSTITUCIÓN

El pasado 9 de septiembre la indignación y el hartazgo vecinal se producían ante las imágenes de una mujer que deambulaba desnuda a plena luz del día tras salir de un baño público ante la mirada de los transeúntes.

Apenas diez días después era el apuñalamiento de un joven veinteañero lo que activaba las alarmas, mientras a finales de mes, el día 28, lo que causaba conmoción era el espeluznante vídeo que recogía las imágenes de una pelea a machetazos en el lugar.

Los vecinos, testigos de todo, graban desde la impotencia los hechos que suceden en el barrio a la espera de unas soluciones que no llegan.

Cuando no son peleas a machetazo limpio, con palos o bates de béisbol, en plena calle o incluso en parques infantiles, son disputas entre prostitutas que luchan por el lugar donde ejercer; o reyertas derivadas del narcotráfico; el consumo de drogas; los ajustes de cuentas; o la okupación, en muchos casos relacionada con lo anterior.

Más allá, la delincuencia queda también impregnada en las calles a través de la suciedad, otro problema añadido para un barrio que clama medidas urgentes.