En primera línea a las puertas del infierno, así trabajan los geólogos para estudiar el volcán de La Palma

  • Los técnicos del Instituto Geológico Minero, acompañados por la UME, realizan labores que van desde medir los vapores tóxicos del volcán a tomarle la temperatura a la lava

  • Son los que están más cerca y están registrando algunas de las mejores imágenes de la erupción de La Palma

  • En los últimos días han sido testigos de desbordamientos de lava y de enorme bloques de roca incandescentes flotando sobre el magma

Lleva casi en mes en erupción y el volcán de La Palma sigue en plena forma, sin visos de que vaya a parar, no al menos en el corto plazo. Esa es la opinión de los expertos que los estudian y lo monitorizan minuto a minuto para predecir su comportamiento.

Entre esos científicos, y entre los que están en primera línea, cara a cara frente a la lava, se encuentran los investigadores del Instituto Geológico Minero (IGME) que, acompañados por efectivos de la Unidad Militar de Emergencias (UME), han sido testigos en los últimos días de algunas de las imágenes más impactantes de la erupción del cumbre vieja.

Muchas de ellas las han recogido en vídeos que están recopilando para inmortalizar un evento histórico, tanto por su espectacularidad como por su poder destructivo en la isla canaria.

Midiendo gases en la zona 1 del volcán

El pasado 15 de septiembre un equipo del IGME, acompañados por la UME, se desplazaban hasta el punto 1 del volcán, en Tacande, para medir los niveles de arsénico (As) y de dióxido de Azufre (SO2) que emitían las coladas de lava. Allí a escaso metros de la colada, observaban y narraban el descenso del caudal de lava y como los nuevos flujos arrancaban parte de las paredes del canal lávico del volcán, que tiene entre dos y cuatro metros de profundidad.

El investigador José Mediato lo narraba mientras grababa el momento de la rotura de la pared del canal, lo que provocaba que la colada se desbordara y se extendiera hacía el norte. Dicha ruptura obligó al equipo a retirarse de la zona.

Una roca incandescente como una casa

Ese mismo día, el 15 de septiembre, la geóloga del IGME, Juana Vegas, narraba y describía como la colada de lava arrastraba un enorme bloque de roca incandescente en la zona de Las Manchas. Las zonas fundidas de roca se podían ver en rojo intenso, casi blanco, mientras que las más frías aparecían como más oscuras.

Poniéndole el termómetro al volcán

Este sábado, el geólogo del IGME, José Mediato, acompañado por efectivos de la UME, mostraba como se le toma la temperatura al volcán. En las imágenes muestran las mediciones de una colada de lava, también llamada malpaís. Después se recogen muestras y se separan para estudiar como se comportan ante un enfriamiento rápido y otro lento.

Midiendo la velocidad de la lava

Además de la temperatura, el geólogo del IGME, José Mediato, medía este sábado la velocidad de la colada de lava, que se desplazaba a un metro por minuto. También hacía notar el sonido que deja en su avance: "a vidrio roto. ¿No les parece?, apuntaba.

De cerca y de lejos

A los trabajos de medición a pie de lava se suma la monitorización del volcán más lejana. La que hace desde el espacio el satélite Copernicus de la ESA. Según sus últimas mediciones la lava ha arrasado 1.835 construcciones en su inexorable avance y cubre ya 753,8 hectáreas de terreno.