Qué es la neumonía bilateral que ha acabado con la vida de Enrique San Francisco

  • Los alvéolos de los pacientes de neumonía están llenos de pus y líquido

  • Las complicaciones en una neumonía se desarrollan cuando la infección no se limita a los pulmones

  • Fumar, beber, tener más de 65 años o sufrir otras patologías agravan la enfermedad

Enrique San Francisco no ha podido superar una neumonía bilateral severa. Según datos de la Clínica Universidad de Navarra, se observan aproximadamente entre 7 y 15 casos de neumonía por cada 1.000 personas al año -el covid las ha aumentado exponencialmente.. Aunque cualquiera puede sufrir neumonía, afecta, sobre todo, a los ancianos y a las personas que sufren alguna enfermedad asociada crónica.

La neumonía bilateral se desarrolla cuando los patógenos (ya sean virus, bacterias u otros microorganismos) inflaman los pulmones. La neumonía es una infección respiratoria que afecta a los pulmones, que están formados por alvéolos que se llenan de aire al respirar. "Los alvéolos de los pacientes de neumonía están llenos de pus y líquido, lo que hace dolorosa la respiración y limita la absorción de oxígeno", explica la OMS.

Por tanto, esta infección inflama los alvéolos de uno o de ambos pulmones lo que da lugar a síntomas como fiebre intensa, dolor en el pecho, tos con pus, escalofríos, dificultad para respirar, nauseas, vómitos o diarrea. También es necesario señalar que la neumonía puede ser adquirida en la comunidad (NAC) o en los hospitales (NN).

El mecanismo más frecuente por el que un germen infeccioso invade el tejido pulmonar es la aspiración de microorganismos desde las vías respiratorias altas. Otros microorganismos alcanzan el pulmón desde el aire inspirado, mientras que otros, procedentes de otras regiones del organismo como las vías biliares, el sistema urinario o las válvulas cardíacas, llegan hasta el pulmón a través de la circulación sanguínea.

La causa de la neumonía está asociada a diversos agentes infecciosos como virus, bacterias y hongos. Los más comunes, según la OMS, son los siguientes:

·'Streptococcus pneumoniae': la causa más común de neumonía bacteriana en niños.

·'Haemophilus influenzae' de tipo b (Hib): la segunda causa más común de neumonía bacteriana.

·El virus 'sincitial' respiratorio es la causa más frecuente de neumomía vírica.

·'Pneumocystis jiroveci' es una causa importante de neumonía en niños menores de seis meses con VIH/SIDA, responsable de al menos uno de cada cuatro fallecimientos de lactantes seropositivos al VIH.

Las complicaciones en una neumonía se desarrollan cuando la infección no se limita a los pulmones, sino que se puede extender a otras áreas o cuando el desarrollo de dicha infección es más complejo de lo normal. Los expertos de MSD destacan algunas de las complicaciones más frecuentes en una neumonía:

· Los niveles bajos de oxígeno en el torrente sanguíneo.

· Tensión arterial baja potencialmente mortal.

· Absceso pulmonar o empiema.

· Lesión pulmonar grave: Síndrome de dificultad respiratoria aguda (SDRA).

Desde Mayo Clinic explican que pueden presentarse complicaciones, sobre todo en determinados grupos de riesgo, como una bacteriemia. Esto significa que "las bacterias que ingresan en el torrente sanguíneo a través de los pulmones pueden propagar la infección a otros órganos".

Factores de riesgo

1. Tener más de 65 años o ser menor de 5. La edad no es un factor de riesgo en sí mismo, pero sí va asociada a situaciones que favorecen la pulmonía.

2. Ser fumador. Estos tienen un 51% más de riesgo que la población no fumadora de padecer neumonía, según la Sociedad Española de Neumología (SEN).

3. El alcoholismo.

4. La desnutrición.

5. Padecer una enfermedad pulmonar crónica como la EPOC (Enfermedad Pulmonar Obstructiva Crónica), el asma o la fibrosis quística.

6. Sufrir otras patologías graves como la cirrosis hepática, la diabetes o dolencias cardíacas.

7. Padecer demencia, accidente cerebrovascular, lesión o parálisis cerebral u otros trastornos cerebrales.

8. Problemas del sistema inmunitario que puede producir, por ejemplo, un tratamiento contra el cáncer o enfermedades inmunológicas como la infección por VIH o el SIDA.

9. Haber padecido una cirugía o traumatismo recientemente.