Comiendo bacon y llevando falda corta, la nueva vida de la joven que desafió Arabia Suadí huyendo del país

Rahaf Mohammed, la joven que huyó de Arabia Saudí porque las mujeres eran tratadas como "esclavas"
telecinco.es
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A sus 18 años, Rahaf Mohammed al Qunun huyó de su país, Arabia Saudí y pidió asilo en Canadá, donde reside actualmente. La joven quiso alejarse de los maltratos a los que le sometía su familia y de las restrictivas normas sociales que posicionan a las mujeres "como esclavas". Su historia ha dado la vuelta al mundo y sus únicas intenciones son llevar una vida normal y demostrar a las mujeres sauditas que tienen libertad de elección.

Desde que dejó atrás su país a principios de enero, Rahaf no ha dejado de recibir mensajes amenazantes y ella, sin embargo, ha asegurado a CBC que "el riesgo mereció la pena": "Sentí que no podía lograr los sueños que deseaba mientras viviera en Arabia Saudita".

En una entrevista para una cadena local, la joven declara que con su huida "ha vuelto a nacer". De hecho, su vida actual es muy distinta a la de su lugar de origen. Según ha compartido ella misma en las redes sociales, Rahaf ahora puede disfrutar del sabor del bacon y lleva con orgullo las prendas de ropa que le han sido negadas desde siempre.

Mientras que en Canadá afirma sentirse "segura", en Arabia Saudí su situación, y la de todas las mujeres, no es igualitaria: "Nos tratan como un objeto, como esclavas. Quería contarle a la gente mi historia y lo que les pasa a las mujeres saudíes".

Fue el día 5 de enero cuando Rahaf Mohammed cogió un vuelo desde Kuwáit, donde se encontraba de viaje con su familia, hacia Bangkok (Tailandia). Allí le denegaron la entrada al país y sus padres le denunciaron por haber tratado de viajar sin su consentimiento.

Con el fin de evitar ser repatriada a su país-aseguró a las autoridades que la matarían por haber huido-, la joven se encerró en una habitación de hotel, desde donde comenzó a enviar tuits pidiendo ayuda a la ONU.

"Mi mayor temor era que mi familia me encontrara y me haga desaparecer", declaró Rahaf. Su caso fue investigado por Human Rights y finalmente el sábado llegó a Toronto. El Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Refugiados (ACNUR) la reconoció como refugiada.

Mujeres "valientes y libres"

Rahaf recurrió a un comunicado para hacer llegar, aún más, su mensaje a las mujeres sauditas: "Las mujeres ni siquiera pueden viajar solas, son tratadas como niñas, incluso si tienen 50 o 60 años de edad, no son libres ni iguales a sus contrapartes masculinas".

En su discurso, la joven denuncia la "opresión y abuso" al que están sometidas en Arabia Saudí y manifiesta sus deseos por que su historia sirva para empoderar a las mujeres y reconocerlas como "valientes y libres".

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